Durante la época estival las pieles sensibles pueden alterarse fácilmente debido a las altas temperaturas. En verano pueden exacerbarse los síntomas de rosácea, generarse un desequilibrio en el microbioma de la piel y producirse síntomas indeseados como irritaciones. Analizamos por qué el calor puede tener un impacto negativo en la piel.
¿Qué es el microbioma?
El microbioma no es más que el conjunto de bacterias que viven en nuestra piel, un ecosistema de microorganismos que pueblan también virus y hongos, y que actúan como un elemento esencial de la barrera cutánea. Son invisibles a simple vista pero están presentes en toda la superficie de la piel y también en el interior y suponen una valiosa fuerza protectora ante agentes dañinos como patógenos, contaminación, exposición solar excesiva etc.
Este ecosistema o microbioma está controlado por nuestras células de defensa que impiden que haya un sobrecrecimiento bacteriano y que se multipliquen. El calor puede alterar el equilibrio del microbioma cutáneo, que es esencial para la salud de la piel, al reducir la diversidad de bacterias beneficiosas y aumentar la presencia de microorganismos potencialmente dañinos, regular la inflamación y fortalecer la barrera cutánea. Por eso es esencial prevenir.
Cómo afecta el calor del verano a la rosácea
El calor del verano puede exacerbar los síntomas de la rosácea y afectar negativamente al microbioma cutáneo. ¿Por qué? Porque durante los meses más cálidos, las altas temperaturas y la humedad hacen que la sudoración y la producción de sebo aumente, y esto puede irritar la piel sensible y provocar enrojecimiento, picazón o incluso erupciones. Es normal pasar más tiempo al aire libre durante los meses de verano y la exposición prolongada al sol puede deshidratar la piel, dañando la barrera cutánea y haciendo que sea aún más reactiva.
El calor lo que hace es dilatar los vasos sanguíneos, lo que provoca el enrojecimiento característico y brotes a las personas que padecen rosácea. Si a esto le sumamos una sudoración excesiva del verano tenemos todas las papeletas para que la piel se irrite mucho más. ¿Cuál es la solución? Para minimizar estos efectos, es crucial utilizar productos suaves, mantener la piel fresca y protegida del sol, y evitar cambios bruscos de temperatura. Además, es crucial utilizar productos calmantes y libres de fragancias, aplicar protector solar de amplio espectro, y mantener una correcta hidratación.
Cómo mantener a raya la rosácea
¿Qué es exactamente la rosácea? Eli Monte, fundadora de la marca cosmética natural Mamita Botanical Skincare explica que «la rosácea es una patología cutánea que tiene su manifestación como enrojecimiento y/o irritación en la piel de la cara, espinillas, piel más gruesa en ciertas zonas e incluso sequedad u otros problemas en los ojos. A nivel alopático la rosácea no tiene una causa definida, se describe que puede tener un origen hereditario y que es mucho más habitual en mujeres, lo que también apuntaría a una posible causa hormonal».
¿Tiene la rosácea relación con el microbioma de la piel? «El interés creciente sobre la relación microbiota-piel ha aportado luz sobre esta patología descubriendo que hay una disbiosis cutánea en aquellas personas que sufren rosácea, es decir que faltan bacterias ‘amigas’y hay exceso de poblaciones bacterianas menos amigables. No podemos olvidar que para cuidar la microbiota de la piel tenemos que cuidar su reservorio principal, la microbiota intestinal. De hecho, sabemos que muchos pacientes con rosácea tienen síntomas digestivos como dispepsia, hinchazón, flatulencia, estreñimiento, diarrea y meteorismo», señala la experta.
¿Hay más elementos que puedan alterar la microbiota de la piel y, por ende, empeorar la rosácea? Además del sol, Eli Monte expone que también «es fácil observar la relación de la rosácea con la toma de antibióticos, que pueden empeorar los síntomas o en algunos casos mejorarlos momentáneamente al disminuir la microbiota patógena de la piel. Por lo que, si sufrimos de rosácea, el primer paso es equilibrar nuestro intestino y sus habitantes».
Trata la rosácea en tu rutina de belleza
Si tu rosácea ha empeorado en verano con el calor lo primero es evitar el sudor excesivo y huir todo lo posible del sol, además de intentar mantener la piel fresca, hidratada (por dentro y por fuera) y protegida con un SPF alto. Los expertos recomiendan el uso de protector solar mineral con óxido de zinc o dióxido de titanio para proteger la piel del sol, ya que la exposición a los rayos UV puede agravar la rosácea.
Bruma solar SPF30 de Massada
Sun Protect Antiox Protector Solar Facial SPF50 de Beauté Mediterranea
En la rutina de belleza lo ideal es utilizar productos específicos que calmen y protejan la piel sensible. Es fundamental usar productos suaves, sin fragancias ni alcohol, para evitar irritaciones, rojeces y exacerbar posibles brotes. Ingredientes como la niacinamida, el ácido azelaico, y el extracto de regaliz son de gran ayuda para reducir el enrojecimiento y la inflamación, así que es muy buena idea incluirlos en tu neceser habitual.
Azulene Day Cream de Integra
Bruma hidratante con ácido hialurónico y niacinamida de Deliplus
Skin10 Crema con colágeno de Medichy Model
Sérum Protector Anti-polución y protección del microbioma de HI Sensitive
Sensibio AR crema calmante Antirrojeces de Bioderma
Mantener la piel bien hidratada es básico así que apuesta por cremas que contengan ceramidas y ácido hialurónico, así podrás proteger la barrera cutánea, fortaleciendo y reparando tu microbioma reduciendo así posibles brotes de rosácea e incómodos síntomas como picores, enrojecimiento y demás alteraciones.
Mantener tu microbioma en buenas condiciones va a ser un factor clave para controlar la rosácea con éxito este verano.