Los retoques estéticos están a la orden del día. Consiguen unos labios suaves y repulgados, unos pómulos más marcados, cejas más elevadas, alisan arrugas en el entrecejo, minimizan las patas de gallo y las líneas de marioneta… son tratamientos sencillos y rápidos de realizar que tienen como misión realzar rasgos y embellecer el rostro. Pero… ¿hasta qué punto son seguros? ¿pueden dejar un rastro visible y poco deseable a largo plazo? Analizamos la huella estética.
El boom de los retoques estéticos
Se les llama incluso snacks estéticos o tratamientos exprés ya que no requieren preparación y tampoco tiempo de recuperación. Son pequeñas «intervenciones», mínimamente invasivas, que buscan frenar el paso del tiempo y mejorar la apariencia. Se han normalizado tanto que una gran parte de la población ya ha probado los efectos de los rellenos de ácido hialurónico, el bótox o la hidroxiapatita de calcio con la promesa de que no son algo inmutable e inamovible sino que su efecto es pasajero y los fillers reabsorbibles. ¿Son estos snacks estéticos una buena idea o podemos arrepentirnos a la larga?
Esta tendencia estética que es todo un boom en la actualidad ya comenzó a realizarse en los años 90. La Dra. Carmen Górriz, médico-estético de IMR, explica que «inicialmente, los rellenos se utilizaban en exceso, resultando en una apariencia exagerada que daba lugar a facciones como la conocida «boca de pato». Esto se debía a la combinación de técnicas menos refinadas y a la búsqueda de resultados dramáticos. Desde entonces, las técnicas han evolucionado hacia un enfoque más natural y sutil, que se consigue gracias a la utilización de productos más avanzados y a la personalización de los tratamientos, que se adaptan a la anatomía individual de cada paciente.
¿Existe la temida huella estética?
Huella estética en el mal sentido, en el de una secuela poco deseable y que modifica sustancialmente el efecto inicial, en definitiva, una huella estética negativa. Actualmente se busca un resultado natural y que perdure en el tiempo eliminando la sustancia del filler de forma progresiva y sin un impacto negativos en la imagen personal, es decir, se tiene en cuenta tanto el resultado inmediato como su evolución en un futuro.
¿Cómo podemos asegurarnos de que nuestro tratamiento estético va a tener unos buenos resultados a corto y a largo plazo? «Es crucial acudir a un profesional experimentado que utilice técnicas precisas y ajuste las cantidades de relleno a las necesidades individuales del paciente. Este enfoque personalizado asegura que se elija el relleno más adecuado y se logren resultados mucho más naturales y armoniosos. De esta manera se evitan efectos como la temida Pillow Face, esa que tiene lugar cuando se inyecta demasiado relleno en la cara, creando un aspecto inflado y antinatural. Esto suele deberse al exceso de volumen y a una técnica de inyección inadecuada. De ahí la importancia de un buen profesional y el asesoramiento personalizado, añade la especialista», señala la Dra. Górriz.
Los peligros de los rellenos estéticos
La polémica que ha surgido en las redes sociales se debe a declaraciones de la actriz y cantante Jedet, activista trans, sobre rellenos que no se absorben, se encapsulan y que incluso pueden llegar a migrar de unas zonas a otras del rostro. ¿Esto puede ocurrir? ¿Cuáles son los rellenos más problemáticos? La experta expone que «algunos rellenos permanentes, como los basados en silicona, pueden modificar los rasgos faciales de forma duradera. Sin embargo, los rellenos de ácido hialurónico, aunque generalmente se absorben en 6-12 meses, pueden dejar «restos» en forma de cambios sutiles en la estructura del tejido. Para evitarlo es importante seguir un plan de tratamiento adecuado, no abusar de las inyecciones y considerar la disolución de cualquier exceso con hialuronidasa si es necesario».
Sobre la afirmación de Jedet sobre la migración de los rellenos de ácido hialurónico, la doctora aclara que «este relleno atrae y retiene agua, lo que puede causar un aumento del volumen. Aunque es raro, puede migrar ligeramente desde el lugar de la inyección, especialmente si se inyecta producto en exceso o en áreas que tienen mucha movilidad».
Hay que tener mucho cuidado con los rellenos permanentes que no los reabsorbe el organismo, como la silicona, ya que pueden traer problemas graves de salud como infecciones crónicas, bultos, inflamación, migraciones del relleno… Sin embargo los rellenos de otras sustancias reabsorbibles tienen un efecto temporal, como el ácido hialurónico (de 6 a 12 meses) o la hidroxiapatita de calcio (hasta 18 meses).
Los mejores rellenos sin riesgos y por zonas
La doctora señala que es el ácido hialurónico el mejor producto para realizar rellenos estéticos ya que es una sustancia muy segura, que ofrece resultados fantásticos y que tiene un efecto reversible. «Son ideales para los labios, los pómulos, la región mandibular, los surcos nasogenianos, la sien, el código de barras y las líneas de marioneta. Por otro lado, los rellenos como la hidroxiapatita de calcio pueden ser útiles para generar tensión especialmente en la región cerca de la mandíbula o los pómulos, debido a su capacidad para estimular la producción de colágeno».
No todos los rellenos aportan volumen como hace el ácido hialurónico. Hay muchas personas que buscan un efecto mucho más natural y para ellos lo ideal es usar productos que tengan como misión estimular la producción natural de colágeno por el organismo, como los fillers basados en polinucleótidos o el ácido poliláctico. Sin embargo «los rellenos de ácido hialurónico dejan menos huella estética debido a su naturaleza reversible y su capacidad para integrarse bien en los tejidos», puntualiza la especialista.
Cuando se arma revuelo en redes sociales lo mejor es contar con la visión de especialistas en ese campo para tener toda la información posible al respecto. Los rellenos estéticos son seguros siempre que se realicen con un buen producto y por manos profesionales. De esta manera la huella estética siempre sería positiva, sutil y armónica.