Transcurren los años y se desea mantener la mirada fresca y despejada, llena de vitalidad. Sin embargo, esa luz que transmite se puede ir apagando por culpa del paso del tiempo. ¿Las principales razones de ello? La gesticulación diaria, la piel súper delicada que hay a su alrededor y un total de 27 músculos en la zona que propician la aparición de líneas finas y arrugas. Pero además, el exceso de piel en los párpados puede empeorarlo todo. ¿La solución? Se llama blefaroplastia.
Pero… ¿qué es la blefaroplastia?
La blefaroplastia se la conoce como la cirugía de la mirada. Es una intervención quirúrgica que busca rejuvenecer mirada y no solo se centra en quitar las bolsas o el exceso de piel como se hacía antes. Actualmente se busca un resultado final que sea acorde con la persona y, sobre todo, que quede muy natural.
Cualquier mujer que note signos de cansancio y envejecimiento o la aparición de indeseadas arruguitas puede ser la perfecta candidata para realizarse una blefaroplastia, una cirugía que se centra principalmente en los párpados superior e inferior. Y con la que se están obteniendo unos resultados sorprendentes que revitalizan el rostro a través de una de sus partes más fascinantes: los ojos.
Al habla con una experta en la materia
Para profundizar en los pros y los contras de una de las cirugías más habituales en el rostro y que mejores resultados proporciona en la actualidad, VIBE ha contactado con la Doctora Elena Jiménez, cirujana plástica y directora médica de Eleca Clinic. A continuación, sus opiniones para resolver dudas que giran en torno a una intervención en la que, quizás, estés pensando desde hace ya tiempo.
Elena, ¿hasta qué punto la mirada es importante ante el inevitable envejecimiento del rostro femenino?
Nuestro cerebro, cuando estamos con una persona y nos relacionamos con ella, siempre va a seguir instintivamente una serie de puntos a través de la mirada. Primero realiza un reconocimiento facial generalizado y luego centra su atención entre los ojos y la boca. Por otra parte, a través de los ojos siempre se ha dicho que se ve el alma de la persona. Por ello es tan importante de cara a todas las expresiones faciales y a toda la mímica. E insisto, la mirada es, junto con la boca, fundamental en las relaciones que establece el ser humano.
¿Qué perfil suelen tener las mujeres que deciden recurrir a la blefaroplastia para mejorar su aspecto?
Es muy amplio. La cirugía de blefaroplastia puede ser solo de párpados superiores o de superiores e inferiores. Hay pacientes muy jóvenes que empiezan a tener de forma natural un exceso de piel por su conformación tanto ósea como epidérmica o muscular. Y hay personas más mayores, entre los 50 y los 70, que el exceso de piel les impide disfrutar de una visión correcta porque cae sobre las pestañas. Así pues, el espectro de pacientes es extremadamente amplio. Pero quizá la motivación principal es tener la mirada cansada. Escuchar comentarios como «se nota que has dormido mal» o «cómo se ve lo cansada que estás». Es el motivo más habitual por el que las pacientes vienen a la consulta solicitando hacerse algo en la zona de los párpados.
¿Cuál es el porcentaje de éxito de este tipo de cirugía respecto a los resultados finales?
Actualmente, el porcentaje de éxito si te pones en unas manos expertas es muy alto. También depende de los casos en los que solo hay que hacer una blefaroplastia (quitando piel del párpado superior y eliminando las bolsas del párpado inferior) o es necesario aportar grasa, tocar la zona de la sien porque está muy hundida o las cejas porque han descendido demasiado. El que surjan ciertas complicaciones en este tipo de cirugía es bastante menos frecuente que antes porque, entre otras cosas, ahora se maneja mucha más información sobre el envejecimiento facial.
El diagnóstico de una blefaroplastia
Elena, ¿existen diferentes niveles de blefaroplastia según sea el caso clínico?
Por supuesto. Se puede llevar a cabo solo una blefaroplastia superior u otra asociada a una elevación de cejas para colocarlas en la posición que tenían cuando éramos más jóvenes. Otras veces es necesario aportar cuidadosamente volumen a la zona ósea superior. Y en otras ocasiones se realiza una blefaroplastia inferior mediante la técnica transconjuntival. En ella puede haber casos en los cuales se utilice un láser para trabajar la piel y no recurrir a la extirpación de piel directa. Solo en los casos límite de edad más avanzada con un elevado envejecimiento de la piel se recurre a su extirpación.
¿Y resulta muy complicado diagnosticar la o las cirugías que proceden?
La valoración de todo el tercio superior de la cara es esencial para conseguir realmente un rejuvenecimiento natural y completo. Para ello, existen procedimientos complementarios como los aportes de volumen, ya sea en la zona ósea del arco ciliar superior o en la zona inferior, o los citados aportes pero un poco más alejados, como puede ser la zona de las sienes. Otras veces el aporte es necesario en la zona de la frente, en la zona malar para darle el soporte a la zona grasa del pómulo o en las zonas más laterales de la cara. Es muy importante establecer con la paciente los pros y los contras de la cirugía. Explicarle claramente lo que podría conseguir solo con un procedimiento o añadiendo algún otro adicional.
Una vez realizada la blefaroplastia, ¿cómo es el postoperatorio tras la cirugía?
Si se trata de una blefaroplastia superior, suele ser un postoperatorio bastante rápido y cómodo. Se suelen retirar los puntos entre el cuarto y el quinto día. Y con mucho cuidado, a partir del séptimo o décimo día la paciente ya se puede maquillar. En el caso del párpado inferior, todo lleva un poco más de tiempo. Aunque con las cirugías que se realizan transconjuntivales por dentro del ojo, la inflamación se reduce mucho. Actualmente, las pacientes que se plantean una blefaroplastia inferior acuden en edades más tempranas, por lo que el exceso de piel que hay que retirar es menor. Gracias a ello, se reducen los riesgos y se acortan los periodos postoperatorios.
Y por último, Elena, ¿es una cirugía que requiera retoques posteriores?
Si se valora correctamente y de forma integral, no es necesario hacer un retoque de la cirugía. Aunque con el paso de los años, la caída de la ceja y del párpado superior podría volver a aparecer. Sin embargo, cuando la intervención se limita a los párpados, es más probable que pueda producirse una recidiva temprana. ¿La razón? No haber tratado la posición de las cejas o incluso el pómulo o el surco entre párpado y mejilla. Hay pacientes que consultan por qué de forma temprana vuelven a tener bolsas y la causa suele ser una infravaloración médica o no darse cuenta de un pómulo óseo plano o de un surco muy marcado. Por eso, insisto, la blefaroplastia no es solo quitar piel y bolsas. Es una cirugía integral de la mirada.
