Hay muchos factores que influyen en el envejecimiento acelerado de la piel pero la glicación es uno a tener muy en cuenta porque sus efectos son totalmente devastadores. Arrugas, flacidez, tono apagado… la glicación acelera la oxidación celular haciendo que los signos de envejecimiento se aceleren y sean más evidentes. La buena noticia es que es un proceso que, aunque natural, se puede frenar.
¿Qué es la glicación?
La glicación es un proceso químico natural que ocurre en nuestro organismo cuando las moléculas de azúcar en el torrente sanguíneo se unen a las proteínas, como el colágeno y la elastina, esenciales para la firmeza y elasticidad de la piel. Este fenómeno da lugar a la formación de productos finales de glicación avanzada (AGEs, por sus siglas en inglés), que afectan la estructura y funcionalidad de las proteínas, acelerando el envejecimiento cutáneo.
El impacto de la glicación sobre la piel es notable, especialmente en su textura y apariencia. Los AGEs afectan al colágeno y la elastina, volviéndolos más rígidos, menos flexibles y menos eficaces en su función de soporte. En otras palabras, las fibras de colágeno y elastina se rompen con más facilidad al estar rígidas y el sostén del rostro se resiente. Como resultado, la piel pierde firmeza, aparecen arrugas más profundas, la flacidez se hace más evidente y el tono se vuelve apagado. La glicación puede intensificar el daño causado por otros procesos como la oxidación y la inflamación, agravando los signos del envejecimiento.
Aunque la glicación es parte del proceso de envejecimiento, hay ciertos hábitos y factores externos que pueden acelerarla:
- Dieta alta en azúcares. El consumo excesivo de alimentos ricos en azúcares refinados y carbohidratos simples aumenta los niveles de glucosa en la sangre, potenciando la formación de productos finales de glicación avanzada (AGEs). Son tentadores pero dañan mucho la piel así que piénsatelo dos veces antes de hincarles el diente.
- Exposición a los rayos UV. El sol, fuente de vida, en exceso puede dañar mucho la piel. Los daños producidos por la radiación ultravioleta no solo aceleran la glicación, sino que amplifican sus efectos negativos sobre la piel.
- Estrés oxidativo. Los radicales libres, generados por factores como el estrés, el tabaquismo y la contaminación, potencian la formación de AGEs.

Efectos de la glicación en la piel
Los efectos de la glicación se manifiestan de forma evidente en la piel y se acentúan con la edad. Los AGE alteran la estructura del colágeno y la elastina, proteínas fundamentales para la apariencia juvenil de la piel.
Este proceso da lugar a efectos tan poco deseables como la pérdida de firmeza, ya que el colágeno glicado pierde su elasticidad y resistencia, provocando flacidez en áreas clave como las mejillas, el cuello y el contorno facial. Aparecen arrugas o las que ya se habían instalado en el rostro se vuelven más profundas ya que la rigidez de las fibras de colágeno impide que la piel recupere su forma tras los movimientos faciales, favoreciendo la formación de líneas de expresión y arrugas profundas. No nos podemos imaginar un panorama más desolador en cuestiones estéticas.
La glicación, por si fuera poco, es también responsable del tono apagado porque afecta la microcirculación, esto dificulta el transporte de oxígeno y nutrientes a la piel, haciéndola lucir menos radiante. También puede intensificar los efectos del daño solar, favoreciendo la aparición de manchas y un tono de piel desigual. No se priva de nada.
Cómo prevenir la glicación y proteger la piel
Aunque no podemos detener por completo la glicación, sí que podemos tomar medidas para ralentizar el proceso y minimizar sus efectos:
- Adopta una dieta baja en azúcares: La alimentación juega un papel clave en la glicación. Reducir el consumo de azúcares refinados y carbohidratos de alto índice glucémico (como bollería, refrescos y pan blanco) puede ayudar a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Sustituye estos alimentos por opciones más saludables como frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras. Es difícil, pero no imposible. Puede ser uno de los propósitos de Año Nuevo que vas a cumplir este año.
- Incorporar antioxidantes en la alimentación: Los antioxidantes neutralizan los radicales libres y protegen la piel del daño causado por los AGE. Incluye en tu dieta alimentos ricos en vitamina C (cítricos, pimientos, kiwi), vitamina E (aguacate, frutos secos) y polifenoles (té verde, cacao puro, frutas del bosque).
- Hidrata y nutre la piel: Usa cremas hidratantes y sérums formulados con ingredientes como vitamina C, ácido ferúlico, resveratrol, niacinamida y péptidos. Estos activos no solo combaten el daño oxidativo, sino que también estimulan la producción de colágeno. Te recomendamos el uso y abuso de estos ingredientes.
- Usa protección solar diariamente: Los rayos UV son uno de los principales aceleradores del envejecimiento cutáneo. Aplica protector solar de amplio espectro incluso en días nublados para prevenir el daño y reducir la formación de AGEs. Ya lo sabemos, es invierno, hace frío y el sol brilla por su ausencia pero los rayos atraviesan igualmente las nubes y dañan la piel.
- Ejercicio físico: Es la eterna recomendación y tal vez un empujón más para perezosas. El ejercicio regular mejora la circulación, oxigena los tejidos y favorece la eliminación de toxinas, incluyendo los AGE acumulados en el cuerpo. ¿Te animas a mover el esqueleto?
- Evita el tabaco: Fumar no solo acelera la glicación, sino que también disminuye la capacidad del organismo para regenerar el colágeno dañado, lo que intensifica los signos de envejecimiento. Además, está totalmente demodé.

C E Ferulic Sérum de ácido ferúlico con vitamina C de SkinCeuticals

Sérum facial Sisbela Reafirm de Deliplus

Ampollas de Ácido Hialurónico de HI Antiage

Serum Super Plump Hydra Concentrate con ácido hialurónico y niacinamida de Beauté Mediterranea

Beauty Boost de The Lab Room

C-Firma Fresh Day Serum con vitamina C de Drunk Elephant
Una piel más joven y firme
Aunque la prevención es clave, también existen tratamientos en cabina que pueden ayudar a combatir los efectos de la glicación en la piel. La radiofrecuencia, los láseres fraccionados y las terapias de estimulación con microcorrientes son opciones que pueden mejorar la firmeza y la calidad de la piel de forma efectiva.
Mantener un estilo de vida saludable y unos hábitos cosméticos adecuados, son la clave para evitar el envejecimiento prematuro frenando o ralentizando el proceso de glicación. No podemos detener el tiempo pero tenemos todas las armas para mantener la piel más joven, cuidada y bonita durante más años.