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¿Cómo afecta el azúcar a la piel? Los expertos en la materia nos lo cuentan

Sabemos que el azúcar es uno de esos ingredientes omnipresentes en nuestra dieta diaria, pero, ¿sabías que su consumo en exceso no solo tiene repercusiones en tu salud general, sino también en tu piel? En el mundo de la belleza y la dermatología, el azúcar juega un papel crucial que va más allá de las calorías. En este artículo, te contamos todo sobre cómo el azúcar puede afectar a tu piel y lo que puedes hacer para minimizar sus efectos, con la ayuda de expertos en la materia.

El impacto del azúcar en la piel

Uno de los principales mecanismos a través del cual el azúcar impacta negativamente en la piel es la glicación. Este proceso se produce cuando hay un exceso de glucosa en la sangre que se une a proteínas clave como el colágeno y la elastina, componentes esenciales para mantener la piel firme y elástica.

«Por un lado, el aumento de glucosa hace que esta se pueda unir a proteínas como el colágeno o la elastina, produciéndose un fenómeno llamado glicación o glicosilación que provoca la aparición de AGEs (Advanced Glycation End Products) que provocan inflamación, oxidación y deterioro a nivel celular. Cuando el colágeno se glicosila, su estructura se altera y la piel se muestra menos elástica y turgente apareciendo la flacidez y las arrugas. Estos AGES, además, tienen la capacidad de desactivar los antioxidantes naturales de la piel haciéndola más sensible a todo tipo de daño», cuenta la Dra. Pérez Sevilla, cirujana maxilofacial y experta en medicina estética facial.

Los dos principales efectos del azúcar en la piel

El consumo excesivo de azúcar, o de alimentos con alto índice glucémico, provoca dos grandes efectos que afectan negativamente a tu piel:

Glicación y daño en el colágeno

Como ha mencionado la doctora, la glicación altera la estructura de las proteínas de la piel, como el colágeno y la elastina, volviéndolas más rígidas e ineficaces. El colágeno glicosilado pierde su capacidad para mantener la piel tensa y firme, lo que lleva a una piel menos elástica y más propensa a la flacidez y la aparición de arrugas. A largo plazo, este proceso puede acelerar significativamente el envejecimiento cutáneo, dejando la piel apagada, debilitada y con un aspecto envejecido antes de tiempo.

Aumento de la insulina y colesterol

Además de la glicación, un exceso de azúcar puede aumentar los niveles de insulina en el cuerpo. Este pico de insulina también eleva los niveles del factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1), que estimula la producción de sebo. Esta sobreproducción de grasa en la piel, combinada con un incremento en las hormonas andrógenas, puede obstruir los poros y empeorar afecciones como el acné y la rosácea. Si sufres de piel grasa o acneica, el azúcar puede ser un gran enemigo.

De hecho, Isabel Viña, médico residente de Endocrinología y Nutrición y aval científico de la firma IVB WELLNESS LAB®, hace hincapié en que un exceso de grasas y azúcares «puede afectar negativamente los niveles de triglicéridos y colesterol. Además, el consumo de altas cantidades de azúcares simples con sus consecutivos picos genera una elevación demasiado pronunciada de la insulina pudiendo afectar al correcto equilibro del metabolismo de grasas, hidratos y proteínas en los músculos y tejido adiposo. Todo ello, si no se tiene en cuenta puede dar lugar a una disminución en nuestra salud en general y nuestra salud metabólica y cardiovascular en particular».

¿Debo dejar de consumir azúcar?

A estas alturas, es probable que te preguntes si es necesario eliminar por completo el azúcar de tu dieta para proteger tu piel. La buena noticia es que no es necesario ser tan extremo. El consumo moderado de azúcar es perfectamente aceptable y, de hecho, el cuerpo tiene mecanismos naturales para compensar la glicación en pequeñas cantidades. El problema surge cuando se exceden esos límites, superando la capacidad del organismo para neutralizar los efectos negativos.

Es importante tener en cuenta el tipo de azúcar que consumes. Los azúcares refinados, como los que encontramos en pasteles, refrescos y dulces procesados, tienen un impacto mucho más perjudicial en la piel debido a su alto contenido en glucosa y fructosa. Estos azúcares son absorbidos rápidamente por el cuerpo, lo que provoca un pico de glucosa en la sangre y, por tanto, más glicación.

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El azúcar de las frutas es una estupenda forma de consumirla.

Por otro lado, los azúcares naturales, como los que se encuentran en frutas, verduras y lácteos, suelen tener un impacto menor en la piel. Estos alimentos también contienen fibra, agua, vitaminas y minerales que ayudan a contrarrestar los efectos de la glicación. Las frutas con bajo índice glucémico, como los arándanos, albaricoques deshidratados, cerezas o peras, son opciones más saludables si buscas satisfacer tu gusto por lo dulce sin comprometer tu piel.

Cuidado con los alimentos procesados y salados

Eso sí, la Dra. Pérez Sevilla advierte que «hay que tener cuidado, y consumir con moderación, con los alimentos salados procesados ya que suelen llevar azúcar añadido a pesar de que no se note en el sabor, además de ser pobres en agua y contener exceso de sal y grasas. Además, los aditivos, conservantes y aromatizantes de los alimentos procesados son ricos en sodio, lo que hace que se retenga líquido y la piel aparezca inflamada, potenciando a su vez la inflamación de la glicación (por esta razón nuestra piel se somete a doble inflamación y se verá peor)».

¿Cómo proteger tu piel del azúcar?

Si bien reducir el consumo de azúcar es un primer paso crucial para mantener la piel sana, existen otras estrategias que pueden ayudarte a combatir los efectos del azúcar en tu piel. El uso de productos tópicos con ingredientes como la vitamina C, el ácido glicólico y el retinol puede mejorar la apariencia de la piel al promover la renovación celular y combatir los radicales libres. Estos ingredientes también ayudan a estimular la producción de colágeno, contrarrestando parte del daño causado por la glicación.

Incorporar en tu dieta alimentos ricos en vitaminas B1 y B6 también puede ser beneficioso, ya que estos nutrientes han demostrado inhibir el proceso de glicación. Algunos de los mejores alimentos para obtener estas vitaminas incluyen huevos, carne, pescado, nueces y legumbres. Asimismo, aumentar la ingesta de antioxidantes a través de alimentos ricos en vitamina C, como los cítricos, fresas y pimientos, puede ayudar a neutralizar los radicales libres y proteger tu piel desde dentro.

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