La exfoliación es un gesto imprescindible para mantener la piel en verano sana, hidratada y con un tono uniforme. El ‘temor’ de eliminar el bronceado en la ducha al aplicar el exfoliante es de lo más común pero, aunque tendemos a pensar que esto es inevitable, hay algunas fuentes que señalan justo lo contrario. Hemos preguntado a expertas en dermocosmética y cosmetólogas y lo tienen clarísimo: exfoliar la piel, efectivamente, elimina el bronceado.
¿Es necesaria la exfoliación?
Nuestros peores miedos se ratifican, exfoliar la piel acaba con el bronceado. ¿Por qué ocurre esto? Porque la piel que se pone morena es la más superficial y, al eliminar las células muertas de esa capa con la ayuda de un exfoliante, hacemos que las células bronceadas se vayan desprendiendo antes. Hay que tener en cuenta que esa piel ya está hiperpigmentada y se trata de tejido envejecido así que favorecer la renovación celular con la ayuda del exfoliante es, sin duda, una buenísima idea para mantener la piel en verano suave, lisa y sana.
¿De verdad merece la pena exfoliarse si perdemos el moreno? Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode, explica que «es necesario exfoliarse unas dos o tres veces a la semana, esto permitirá que la piel se regenere más eficazmente y evitaremos las imperfecciones que se pueden derivar de un cúmulo excesivo de células muertas en la piel».
Pero vamos un paso más allá porque resulta que exfoliarse no es que sea un paso opcional, es que en realidad es incluso prioritario para la salud cutánea cuando estamos morenas. «El bronceado sucede cuando nos exponemos al sol al aumentar los niveles de melanina de la piel, pero junto a eso, también baja la hidratación y aparecen cadenas de radicales libres que pueden promover un fotoenvejecimiento cutáneo. Si exfoliamos, eliminaremos esa capa exterior y promoveremos que nuestra piel se renueve más rápida y eficazmente, evitaremos que el la piel envejezca y prevendremos la aparición de manchas», comenta Raquel González, cosmetóloga y directora técnica de Perricone MD.
El efecto «piel pelada»
Cuando nos bronceamos en nuestro destino vacacional, en la playa o la piscina, días después llega inevitablemente el efecto “pelado” de la piel, sobre todo si no nos exfoliamos porque si lo hacemos regularmente ese efecto se minimiza e incluso no llegaremos a percibirlo. El sol hace que la piel se deshidrate mucho y, si no exfoliamos la piel y no la mantenemos correctamente hidratada y elástica con productos que aporten humedad y la sellen, comenzaremos a «pelarnos».
No solo eso, si no exfoliamos la piel pueden obstruirse los poros y producirse una acumulación de células muertas que dan un aspecto y un tacto rugoso e irregular. Estefanía Nieto, directora dermocosmética de Medik8, asegura que al no exfoliar la piel en verano «pueden aparecer también procesos de acné, ya que el cúmulo de células muertas puede incentivar los procesos bacterianos, e incluso dar lugar a procesos de hipersensibilidad al alterarse el equilibrio de la piel».
Además de ayudar a prevenir la obstrucción de los poros, reduciendo el riesgo de brotes y puntos negros que suelen incrementarse con el sudor y la exposición solar, exfoliar la piel también mejora la absorción de los productos hidratantes y protectores solares, potenciando su efectividad. Un exfoliante suave elimina las impurezas y revela una piel más uniforme y radiante, ideal para lucir un bronceado perfecto.
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Cómo exfoliar correctamente la piel
Exfoliar la piel en verano es un paso esencial dentro de nuestra rutina de cuidado facial y corporal. Este proceso no solo elimina las células muertas, sino que también promueve la regeneración celular, dejando la piel suave, luminosa y mejor preparada para recibir hidratación.
A la hora de eliminar células muertas y suavizar la piel es importante elegir un exfoliante adecuado para tu tipo de piel. Los productos con gránulos naturales, como el azúcar o la sal, son ideales para el cuerpo, además, suelen incluir en sus fórmulas ingredientes hidratantes como aceites que acondicionan y dejan la piel como la seda. Las fórmulas más suaves como exfoliantes enzimáticos o alfahidroxiácidos (AHA) son mejores para el rostro. Como explicaban las expertas, exfoliarse dos veces por semana es suficiente para mantener la piel en óptimas condiciones sin irritarla. Recuerda siempre continuar tu rutina beauty con una buena hidratación y protección solar para mantener la piel protegida y nutrida, y poder lucir una piel más bonita, lisa y uniforme.
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Aunque elimine células muertas y con ellas parte de nuestro bronceado, la exfoliación es un aliado indispensable durante el verano. Este sencillo, pero efectivo paso en tu rutina de cuidado, te ayudará a mantener una piel sana, radiante y luminosa. Exfoliar la piel elimina el bronceado, sí, pero no hacerlo va a hacer que tu piel esté apagada, áspera y deshidratada así que, aunque perdamos un poco de tono, lo ideal es utilizar un exfoliante regularmente y eso sí, utilizar mucha hidratación en la piel que en verano la sequedad va unida a la exposición solar.
Piérdele miedo a la exfoliación y luce una piel más bonita, saludable y uniforme, aunque haya que sacrificar un poco el tono. Merece la pena.
