Desde hace tiempo, me preocupaba mi postura. Después de pasar tantas horas al día frente a la pantalla, era inevitable notar cómo mi espalda se encorvaba y mis hombros se quedaban tensos. No fue hasta que escuché a una amiga hablar maravillas sobre el pilates reformer cuando me decidí a probarlo. «Me duele menos la espalda y estoy tonificando bastante el abdomen», fueron las palabras que encendieron la chispa que necesitaba para arrancar. Así que, sin pensarlo demasiado, probé esta disciplina ¿El resultado? Me enamoré del pilates máquina desde la primera clase. Y sí, puede que esto suene a cliché, pero es que no solo me ayudó a corregir mi postura, sino que se redujeron mis dolores de espalda y noté más tonificada mi tripa.
Lo que descubrí del pilates reformer
Entré a la primera clase pensando que iba a ser un entrenamiento físico más, pero salí con la sensación de haber desbloqueado un nuevo nivel de consciencia sobre mi cuerpo. El pilates máquina no se parece a nada que haya hecho antes. Se realiza sobre una máquina con plataforma deslizante, resortes y poleas que generan resistencia, lo que hace que cada ejercicio implique un esfuerzo tanto físico como mental.
Una de las primeras cosas que aprendí es que todo gira en torno a la respiración y a la activación del abdomen. Parece simple, pero mantener el core activado mientras te deslizas de un lado a otro en la máquina es todo un arte. Tal y como me explicó Carolina Roa, trainer de Solid Studio, «basta con un par de buenas clases para entender que focalizarse en la respiración y en el abdomen en todos y cada uno de los ejercicios es fundamental para corregir la postura».
¿Es mejor el pilates reformer que el pilates suelo?
Una de las cosas que me preguntaba al principio era si realmente valía la pena hacerlo en máquina en lugar de en el suelo. Ahora, después de varias sesiones, puedo decir que son dos experiencias completamente diferentes. Mientras que el pilates suelo trabaja con el peso del cuerpo, el reformer añade un «extra challenge» gracias a los straps, barras y plataformas móviles. «El reformer lleva el entrenamiento a otro nivel y expande las posibilidades de movimiento de tu cuerpo», me contó Carolina.
Esa resistencia adicional hace que cada ejercicio sea más intenso y que puedas tonificar y fortalecer el cuerpo de una manera que no había experimentado antes. Además, las clases suelen ser reducidas, lo que permite una atención más personalizada del instructor, algo que definitivamente marca la diferencia cuando estás aprendiendo.
El truco de «meter el ombligo hacia dentro» y los beneficios del pilates reformer
Si hay una frase que escucho constantemente en clase es «mete el ombligo hacia dentro». Al principio no entendía bien la importancia de esta instrucción, pero con el tiempo descubrí que es clave para alargar la columna y mejorar la postura. «Es como si despertáramos sutilmente cada uno de los músculos alrededor del core, activando la respiración y creando espacio entre las vértebras para acomodar la postura», explica Carolina Roa. Y es cierto. Ese simple ajuste ha hecho que mi espalda se sienta más erguida y que mis movimientos sean más ligeros y elegantes. Además, es un recordatorio constante de que la postura no se corrige solo durante la clase, sino que debe mantenerse también fuera del estudio.
No exagero cuando digo que el pilates reformer me ha cambiado la vida. No solo me siento más fuerte y tonificada, sino que también he notado mejoras en mi postura, algo que era uno de mis principales objetivos. Además, me ha ayudado a conectar mejor con mi cuerpo y a prestar más atención a cómo me muevo en mi día a día. «Nos damos cuenta en las personas que prueban el reformer que suelen ejercitarse de muchas otras maneras, pero al integrar esta técnica adquieren una consciencia y capacidad corporal superior», afirma Carolina. Y estoy completamente de acuerdo. Siento que ahora tengo un mayor control sobre mi cuerpo y, sobre todo, más respeto hacia él.
Consejos de una experta para empezar a practicar pilates máquina
Si estás pensando en probar el pilates máquina, aquí van algunos consejos que me han ayudado mucho (y que aprendí con el paso del tiempo) y que Carolina Roa me ha confirmado:
- Encuentra un estudio con profesionales capacitados: la calidad del instructor marca la diferencia. Asegúrate de que estén bien formados y que puedan guiarte paso a paso. Solid Studio, por ejemplo, tiene distintas clases, en concreto cinco, centradas en diferentes zonas del cuerpo y objetivos. Por ejemplo, la clase Lower body se centra en fortalecer el tren inferior haciendo énfasis en glúteos y piernas; mientras que Core & Back está centrada en abdomen, psoas y espalda. Se fortalece el core y se mejora la postura.
- Comunica cualquier lesión o limitación: es importante que la trainer sepa si tienes alguna dolencia para que pueda adaptar los ejercicios a tus necesidades.
- No te compares con los demás: cada persona tiene un nivel y un proceso distinto. Avanza a tu propio ritmo y disfruta el camino.
- No subestimes la importancia de la respiración: parece un detalle menor, pero marcará una gran diferencia en cada ejercicio.
Un viaje de bienestar y amor propio
Algo que me ha quedado claro es que el movimiento es una herramienta poderosa de bienestar. «Nuestros cuerpos están diseñados para moverse de maneras increíbles y es asombrosa su capacidad de adaptación, aprendizaje y reconstrucción», afirma Carolina. Y no puedo estar más de acuerdo. A través del movimiento no solo fortalecemos el cuerpo, sino que también ayudamos a la mente a estar más equilibrada, más sana, más centrada.
Si aún estás dudando, te animo a que te des la oportunidad de probar el pilates reformer. No importa si nunca lo has hecho antes, lo importante es que te permitas explorar, aprender y disfrutar del proceso. Porque, al final del día, dedicar tiempo a cuidarnos y mimarnos es uno de los mejores actos de amor que podemos darnos a nosotras mismas.