Mucho ha llovido desde que en 2002, la cantante Jessica Simpson lanzó Dessert Beauty, una línea de cosméticos que incluía un perfume de cupcake empaquetado con una tapa esmerilada y espolvoreada. Britney Spears le siguió con Fantasy en 2005, una fragancia con dulce de lichi, caramelo y chocolate en su composición. Y Paris Hilton en 2006 presentó su aroma homónimo con esencias de melocotón y maracuyá. Oler dulce fue una tendencia top dosmilera. Pues bien, cómo no, los perfumes golosos están de vuelta.
¡Los perfumes golosos al poder!
Seguimos en modo flashback. Unos años después, las «fragancias comestibles», parecidas a postres en el ámbito de la perfumería y también conocidas como gourmands, caerían en desgracia y serían reemplazadas por perfumes discretos y sofisticados de firmas como Byredo o Le Labo. Tras pasarse más de una década de capa caída (a pesar el incansable esfuerzo de Ágatha Ruiz de la Prada por reivindicar la dulzura con su extensa colección de fragancias), parece que los perfumes golosos viven de nuevo tiempos de gloria.
No lo digo yo, lo asegura la plataforma de tendencias de consumo Spate. Las búsquedas en Google de «aromas golosos» aumentaron un 36,8 por ciento entre 2022 y 2023. Y desde 2022, las fragancias con notas de vainilla, coco, miel, cacao y fresa han impulsado el cambio positivo más significativo en el promedio de búsquedas mensuales en Google. ¿Algunos de los perfumes golosos de nueva generación que triunfan por su azucarada melosidad? Althaïr (con notas de vainilla y bourbon) de Parfums de Marly, Crumb Couture (con aroma a croissant) de Snif y Yum Pistachio Gelato (su nombre lo dice todo) de Kayali.
Un (fortuito) trasfondo sociológico
El término gourmand, típicamente usado para describir a una persona que disfruta comiendo (y que tal vez come demasiado), ahora se ha vinculado a una tendencia de belleza que… no implica comer en absoluto. En lugar de tentarnos con el placer que produce morder un croissant hojaldrado, los perfumes golosos disocian el aroma de una comida deliciosa del propio acto de comerla. ¿Sería lógico pensar que este tipo de propuestas gourmand refuerzan la creencia de que pueden engañar al hambre? Posiblemente.
Podría ser una casualidad, pero el regreso triunfal de los perfumes golosos coincide con una época en la que, de nuevo, se rinde pleitesía a la extrema delgadez. Han pasado unos cuantos años desde que, en la pasada década, los conceptos de diversidad e inclusividad irrumpieran con fuerza en la moda y la belleza exigiendo su instauración permanente. Algo que solo ha ocurrido cuando se trata de, por ejemplo, modelos con una gran personalidad, aparte de un físico curvy. ¿Dos buenos ejemplos? Paloma Elsesser y Ashley Graham (arriba, en la imagen). Pero… ¿son ellas las modelos que realmente están triunfando en esta década? No del todo. Más bien son las delgadísimas Adut Akech o Anok Yai, ambas de origen africano.
Si no comes dulce, pues huele dulce
Así pues, las fragancias con aroma a comida regresan en una época repleta de dietas detox y de súper celebrities como Zendaya, cada vez más y más delgada pero… siempre con un aspecto saludable. Nada que ver con el lamentable capítulo que la moda y la belleza vivieron en los años 90 con el auge del heroin chic. Sin embargo, es obvio que el movimiento body positive ha perdido notoriedad. Vivimos tiempos en los que los cirujanos plásticos están eliminando la grasa bucal de las caras; Ozempic ha convertido la pérdida de peso inducida por drogas en un símbolo de estatus; y los vídeos centrados en mostrar los cambios corporales inundan TikTok.
¿Será una mera coincidencia que se anhelen perfumes golosos teniendo en cuenta todo lo comentado anteriormente? Al fin y al cabo, son fragancias que huelen a postres que recuerdan los alimentos que se supone que no se deben comer mientras se lleva a cabo una dieta. Lo cierto es que fuentes especializadas en cultura alimentaria afirman que, para alguien que está restringiendo severamente su consumo alimenticio, los perfumes golosos brindan oportunidades a través de un consumo indirecto. Y encajan de maravilla en la obsesión que mejor define la actual cultura dietética: limitar al máximo el consumo de azúcar.
5 perfumes golosos que son… mmm
Dicho todo lo anterior y sin ánimo de desacreditar los perfumes golosos como una propuesta olfativa muy sugerente, os recomendamos algunos de ellos. Su capacidad para endulzar el día a día está fuera de toda duda. Y si además calman la ansiedad por arrasar en el Dunkin´ Donuts más próximo pues… bienvenidos sean, ¿no?
Con aroma a croissant
Cálido, suave, tostado. El extracto de perfume Croissant Café de Versatile Paris recuerda a un paseo en París entre boulangeries. Coralie, la fundadora de la firma, ha creado un universo sensorial de fragancias unisex en el que los aromas golosos ocupan su espacio. La mayoría surgen del aceite de almendras dulces y de una cuidadosa combinación de ingredientes naturales y sintéticos.
Con aroma a cacao
El eau de parfum Féve Gourmande de Guerlain es una interpretación especiada y licorosa del acorde cacao. Este acorde es un símbolo de melosidad y revela notas de chocolate tan dulces como amargas. La fragancia juega con el contraste. ¿Cómo? Debatiéndose entre la melosidad del chocolate, el vértigo de las notas del ron y el refinamiento de la rosa.
Con aroma a frambuesas
La nueva línea corporal Candyland de Mercadona incluye, para las más devotas de los aromas dulces basados en las golosinas y el algodón de azúcar, el eau de toilette Monogotas Candy de Deliplus. Su exquisita composición se realza con una refrescante nota inicial frutal con toques de frambuesa y un acorde lechoso, sobre una base dulce de vainilla.
Con aroma a vainilla
Limón confitado, flor de azahar y vainilla. Los principales ingredientes culinarios y olfativos del popular panettone se dan cita en el eau de parfum Devotion de Dolce & Gabbana Beauty. Su aroma resulta ligero, no empalagoso. Y como afirma su creador, el perfumista Olivier Cresp, «dura 24 horas en la piel, aunque la vainilla permanece hasta el día siguiente».
Con aroma a caramelo
El eau de parfum Prada Candy de Prada pertenece a la familia gourmand oriental y es una versión más adulta (sin dejar de lado el punto edulcorado) de los perfumes golosos. Su aroma es femenino, sofisticado y alegre sin llegar a resultar too much. Un postre apto para todos los paladares que combina almizcles con notas de vainilla y un toque de caramelo.
