Tras seis temporadas revisando desde una perspectiva muy personal (y controvertida) la vida de la reina Isabel II… es hora de bajar el telón. Llegó el momento de despedirse de The Crown, una serie producida por Netflix que pasará a la historia de la televisión por su multitud de tramas, su impecable ambientación y, cómo no, por sus grandes interpretaciones. Entre ellas, la de Diana de Gales, icono absoluto de estilo en la moda y la belleza.
La temporada 6, cuyo estreno se ha dividido en dos partes para crear todavía más expectación, centra su atención en la ya fallecida soberana, pero… una vez más y como lleva ocurriendo desde la cuarta temporada Diana le roba el protagonismo. Exactamente como ocurrió en la realidad. Primero fue la joven actriz Emma Corrin y, ahora, continúa Elizabeth Debicki interpretando la vida de una princesa que va directa hacia un destino fatal.
Diana forever, un icono intemporal
La dianamanía se ha desatado de nuevo (¿en algún momento dejó de estar ahí?) y desde VIBE queremos reivindicar la figura de una mujer con una imagen pública dividida en dos etapas muy distintas. Su matrimonio con el actual rey Carlos III creó un royal icon llamado Lady Di; su posterior divorcio le permitió crear el inconfundible estilo Diana de Gales. Y cuando parecía encontrar esa calma y esa felicidad tan ansiadas, cuando por fin brillaba con luz propia por su encanto, su humanidad, su empatía… nos dejó la noche del 31 de agosto de 1997.
En este post, dos imágenes de sus citadas etapas resumen el antes y después de su legado beauty. No hace falta una interminable galería de fotos que repase el estilo de Diana de Gales. En VIBE hemos aprovechado la oportunidad que la actualidad nos brinda para profundizar en el personaje desde una perspectiva histórica y sociológica.
Una mirada feminista sobre Diana
Para ello, hemos contado con la ayuda de Catalina Martín Lloris, vicedecana de la Universidad Católica de Valencia, para reflexionar sobre la fascinación que ejerce en nuestra sociedad a pesar del paso del tiempo. Su brillo no parece atenuarse, sino todo lo contrario. Y el estilo propio de Diana de Gales sigue siendo fuente de inspiración desde hace décadas. Tras él hay una mujer fascinante que merece ser reivindicada como ejemplo de superación.
Catalina, ¿por qué crees que Diana de Gales se ha convertido en un personaje histórico?
Desde el momento en el que Diana Spencer se casa con el príncipe de Gales se convierte en personaje histórico. Lo que cambia es el motivo por el que lo es en cada una de las épocas. Ahora, por ejemplo, ya no es un personaje histórico por «ser la esposa de y servir a la corona» sino por haber sido ella misma. Y eso es lo que resulta más revolucionario. Hoy no es un personaje histórico por su actitud pasiva sino por la activa. En la fase del matrimonio todo el mundo la veía como una figura sumisa, obediente y atenta y esa era la manera en la que debía servir a la corona. Recuerdo ese gesto suyo tan característico que reflejaba una actitud tímida, pero también de sometimiento. Sin embargo, ella reinventó esa actitud y sirvió a su monarquía de una manera valiente, nueva y absolutamente opuesta a la tradición. Diana fue engañada y maltratada y, a diferencia de lo que ocurría hasta entonces, no se calló. Fue un gesto histórico maravilloso y muy liberador.
¿Cómo es posible que siga siendo actualidad año tras año desde su trágico fallecimiento?
Creo que justamente es porque consiguió el protagonismo mundial hacia su persona por ser quien era y no tanto por lo que representaba. Esa autenticidad en un mundo de apariencias es lo que ha hecho que la figura de Diana resulte tan liberadora. Sobre todo, dentro de la monarquía británica. Necesitamos vivir en la autenticidad, nos encantan las historias de personajes públicos que son verdaderos. Yo creo que ella era así y supuso una bocanada de aire fresco… sobre todo para las mujeres, claro.
Desde un punto de vista sociológico, ¿qué tiene de especial Diana para que su influencia continúe tan vigente?
En vida Diana fue muy criticada, fue duramente tratada. Era el perfecto ejemplo de la desobediencia femenina, de lo que no debía hacer una mujer y menos en la corona británica. Diana era la mala. El ideal de mujer entonces, o de reina o de princesa, era una mujer guapa, sumisa, discreta y obediente. Ella se asfixió y luchó por ser reconocida por sí misma. En consecuencia, pagó un precio muy caro y no se entendió. Se vio como un intento de robar protagonismo al príncipe e incluso a la reina y eso, en una mujer, era intolerable. Hoy, gracias a la mirada feminista se reivindica ese ideal de mujer libre que destaca siendo ella misma, que no se somete a su marido ni vive en la sombra. En este sentido, todo ha cambiado bastante para las mujeres… afortunadamente.
Las similitudes entre Diana y Letizia
¿Existe alguna mujer en la Historia que pueda compararse con el influjo que ejerce Diana en nuestra sociedad actual?
Recuerdo cuando aquí, hace unos años, el entonces príncipe Felipe presentó a Letizia Ortiz y ella, en un determinado momento que él la interrumpió, le pidió que le dejara terminar de un modo espontáneo. La indignación de muchos españoles y españolas que vieron en ese gesto una actitud de desobediencia y falta de respeto hacia quien iba a ser el rey fue inmediata. Se criticó muchísimo su osadía. La semana pasada, viendo un documental en la televisión a propósito de la mayoría de edad de la princesa Leonor, me llamó algo la atención. Aquel gesto hoy es visto como algo natural y positivo y pensé: «madre mía, cómo han cambiado las cosas y… ¡menos mal!». Soy profesora de Historia del Arte en la Universidad y, desde hace unos años, lucho por reivindicar el papel de las mujeres en la sociedad. Para que se muestren como son sin tener que cumplir con unas normas sobre el saber estar que son asfixiantes, no solo para reinas y princesas sino para todas en general.
Por último, ¿crees que Diana pertenece a una élite de mujeres en la Historia cuya popularidad resiste el paso del tiempo?
Creo que en los últimos años las mujeres pasan a la Historia más por lo que hacen que por la imagen que tienen. La imagen que debía dar la mujer ha sido una gran esclavitud. Diana fue esclava de esa imagen que debía dar y de ese mundo de apariencia que era la corona. Hoy, las series de televisión, los libros y los medios de comunicación están intentando mostrar a la mujer que realmente había detrás. Gracias a la mirada feminista que comentaba antes, esto es algo que no se percibe negativamente, sino positivamente y me parece una maravilla. Creo que si hoy Diana es tan popular… es por lo liberadora que fue para muchas mujeres su valiente actitud, entonces tan criticada.
Así pues, tras su elegancia innata, había una mujer activista y filántropa. Y la serie The Crown la muestra en todo su esplendor antes de que llegara aquella fatídica noche. Con la experta opinión de Catalina hemos reivindicado la belleza interior de Diana de Gales, no solo la exterior. Si continúa tan viva en nuestro recuerdo y nos hace añorar su presencia, es precisamente por ese tipo de belleza que, por siempre, perdurará y servirá como ejemplo para que la humanidad mejore y avance. God save the people´s princess! (¡Dios salve a la princesa del pueblo!).