Los cambios bruscos de temperatura, la toma de medicamentos para los resfriados propios de está época, las calefacciones, el frío, la sequedad ambiental, la fiebre, el viento… son muchos los factores que afectan a nuestra piel en la época más fría del año. Toma nota de estos tips para el cuidado de la piel del cuerpo en invierno y mantenla suave e hidratada fácilmente.
El cuidado corporal en invierno
Prestamos mucha atención al rostro y, lo cierto, es que el resto del cuerpo queda en un segundo plano a la hora de brindarle los cuidados que necesita. Durante el invierno, la piel se presenta más seca, deshidratada, incluso con descamación o con grietas, por las condiciones propias de la estación. Si ya de por sí recibe menos atenciones que la cara, ¿qué podemos esperar de una época en la que el frío hace que nos queramos vestir enseguida? Muchas personas aplican rápidamente un producto de rápida absorción, optan por utilizar cremas de ducha, aceites o directamente no utilizan nada y se visten después de la ducha sin acondicionar la piel.
Como todo en esta vida, es una cuestión de hábitos, así que, cuando veas los resultados que obtienes con una buena rutina beauty corporal seguro que los integras sin problemas en tu día a día y tu piel volverá a estar suave y elástica.
Estos son los consejos básicos de cuidado de la piel en invierno que marcarán un antes y un después en tu rutina de cuerpo.
1) Limpia la piel con suavidad
La limpieza es el primer paso para cuidar la piel, pero hay que hacerlo con productos suaves y adecuados. En la ducha diaria evita los jabones y geles que contengan alcohol y perfumes, ya que pueden resecar y alterar el pH de la piel. ¡Ojo con la temperatura del agua! Utiliza agua tibia y no agua muy caliente, aunque haga frío porque el calor deshidrata muchísimo la piel. Tampoco alargues la ducha más de 5 o 10 minutos para evitar también la pérdida de agua. Al salir sécate con una toalla suave con pequeños toques, sin frotar.
2) Hidrata la piel a diario
La hidratación es la clave para mantener la piel del cuerpo suave, elástica y resistente. Es muy importante aplica una crema, loción o aceite hidratante después de cada ducha o baño, y siempre que notes la piel tirante o seca. Elige productos que contengan ingredientes humectantes, como el ácido hialurónico, la glicerina, la urea o la manteca de karité, y que sean adecuados para tu tipo de piel.
Un truco para sellar mejor el agua en la piel y mantener la humedad durante más tiempo y de forma óptima es aplicar tu producto hidratante cuando la piel todavía esté húmeda, de esta manera notarás la piel mucho más elástica y confortable.
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Loción Repara 10 % urea pura para pieles muy secas de Deliplus
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Body Butter de Moroccanoil
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3) Exfoliación una vez a la semana
La exfoliación es un proceso por el que se eliminan las células muertas y las impurezas de la superficie de la piel, favoreciendo así su renovación y su oxigenación. En invierno, la exfoliación ayuda a mejorar la textura y el tono de la piel, y a potenciar la penetración de los productos hidratantes, por eso es un paso que deberías tener en cuenta y realizarlo al menos una vez en semana.
Usa un exfoliante suave y masajea la piel con movimientos circulares, sin presionar ni irritar. Tal vez notes que la piel se enrojece un poco por la fricción, eso es algo natural y ese efecto desaparecerá en unos minutos. Después, aclara con agua tibia y aplica una crema hidratante. Al eliminar las células muertas la piel queda mucho más suave, menos apagada y con un aspecto más saludable ya que el masaje también ayuda a activar la circulación sanguínea y el sistema linfático que ayuda a depurar toxinas.
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4) Bebe suficiente agua
La hidratación de la piel no solo va a depender de los productos que apliquemos externamente, sino también de la cantidad de agua ingiramos que aportará hidratación desde el interior. El agua ayuda a mantener la piel hidratada, elástica y luminosa, y a eliminar las toxinas que pueden afectar su salud y su belleza. Se recomienda beber al menos dos litros de agua al día, y evitar el consumo excesivo de alcohol, café y bebidas azucaradas, que pueden deshidratar la piel.
Un truco para beber la cantidad de agua recomendada, que no siempre apetece, es beber infusiones o aguas infusionadas con frutas o especias, por ejemplo, agua con pepino, hierbabuena, jengibre y limón… Verás que da menos pereza y le aporta un toque delicioso al agua.
5) Mantén una dieta saludable
La alimentación también influye en el estado de la piel, ya que le aporta los nutrientes esenciales para su funcionamiento y su regeneración. Para cuidar la piel del cuerpo en invierno, es recomendable consumir alimentos ricos en vitaminas, minerales, antioxidantes y ácidos grasos esenciales, que ayudan a proteger la piel del daño oxidativo, a estimular la producción de colágeno y a reforzar la barrera cutánea.
No dejes de incluir en tu dieta saludable menús con alimentos como el aguacate, el salmón, el brócoli, las espinacas, los frutos secos, las semillas o el huevo para tener una piel de cine.
Con estos consejos de belleza y un buen descanso (el mayor secreto beauty de todos los tiempos) conseguirás una piel mucho más cuidada e hidratada este invierno. ¿Vas a hacer la prueba?
