La limpieza del rostro es el primer paso en la rutina de belleza pero también es el más importante de todos. Una piel limpia es una piel más sana y más bonita, libre de impurezas que puedan obstruir el poro provocando puntos negros, irritación o brotes de acné. ¿Cuáles son los errores más frecuentes en la limpieza facial? Las expertas en belleza desvelan cómo lavarse la cara correctamente.
El arte de lavarse la cara
¿Puede que el paso fundamental en la rutina beauty esté jugando en nuestra contra? ¿Qué ocurre si lavamos el rostro de manera inadecuada? Mireia Fernández, directora dermocosmética de Perricone MD explica al respecto que: «lavarse la cara inadecuadamente puede ser el primer paso hacia una piel apagada, más envejecida deshidratada o incluso con brotes».
Seguro que conoces a mucha gente que se lava el rostro con jabón de manos, con el gel de ducha o simplemente con agua. Esto es un error, pero hay muchos otros factores a tener en cuenta a la hora de hacer una correcta limpieza facial.
Hay muchas texturas diferentes en los limpiadores faciales pero, si el limpiador es en gel, lo ideal es emulsionar el producto con agua en las manos para formar una espuma y no aplicarlo directamente en el rostro. Y no lo decimos nosotras (que también), sino Raquel González, cosmetóloga y creadora de la marca de belleza Byoode que da uno de los tips clave sobre cómo lavarse la cara correctamente: «El limpiador en gel debe transformarse en espuma en tus manos antes de aplicarlo en el rostro. Así nos aseguramos de que la distribución sea uniforme, reducimos la fricción y evitamos los daños en la piel».
Nube limpiadora con extracto de algodón y malaquita, de Kueshi. Limpiador facial de textura esponjosa que limpia con suavidad sin resecar, ayuda a equilibrar los brillos y mantiene la piel más uniforme y fresca.
Super Vitamina C Ester Citrus Brightening Cleanser, de Perricone MD. Limpiador facial iluminador con vitamina C que limpia sin resecar y respeta los aceites naturales de la piel. Su fórmula ayuda a suavizar, aportar luminosidad y dejar el rostro más firme, fresco y energizado desde la limpieza.
Nourishing Cleansing Oil de Beauté Mediterránea. Aceite limpiador que se transforma en emulsión al contacto con el agua. Elimina maquillaje, sebo e impurezas sin resecar, gracias al aceite de almendras y la cúrcuma, dejando la piel limpia, suave y confortable.
Super Surface Radiance Cleanse, de Medik8. Limpiador exfoliante en gel con AHA/BHA que limpia en profundidad, elimina impurezas y afina la textura de la piel. Deja el rostro más suave, luminoso y fresco, sin sensación de tirantez, ideal para pieles mixtas y grasas.
La temperatura es clave
Otro error frecuente es no tener en cuenta la temperatura del agua. Está muy de moda ‘despertar’ la piel con agua muy fría, incluso con roll-on de hielo directamente en la piel o con agua con hielo. Las expertas desmienten esta afirmación y no recomiendan utilizar agua muy fría al lavar la cara. «El agua fría puede hacer que determinada suciedad se adhiera más a la piel en lugar de eliminarla completamente, volviendo más densas las impurezas», advierte Raquel González.
Hay quien afirma que el agua fría es perfecta para calmar la piel acneica. Sin embargo, a largo plazo puede haber consecuencias. «Si tienes acné, es posible que, en un primer momento, con el contacto del agua fresca, sientas alivio; sin embargo, ese frescor se transforma en un aumento de la producción de sebo una vez que la piel vuelve a su temperatura normal», asegura Estefanía Nieto, directora dermocosmética en Medik8.
Entonces, ¿qué temperatura es la óptima para lavar el rostro? Mireia Fernández comenta cómo lavarse la cara correctamente: «Para limpiar la piel en profundidad y que, a la vez, se mantengan equilibrados los niveles de nuestra barrera cutánea, lo ideal es hacerlo a unos 30 °C». Y añade: «Con agua caliente, las pieles sensibles se alteran más».
Irte a la cama sin retirar el maquillaje
Es uno de los gestos que siguen a rajatabla muchas celebrities y que suelen comentar que es un ritual que heredaron de su madre: para cuidar la piel nunca hay que acostarse sin haberse desmaquillado. Es la regla número uno del skincare y casi un pecado capital.
¿Por qué es tan importante desmaquillarse antes de irse a la cama? «Dormir con el maquillaje o con restos de protector solar es uno de los hábitos que más envejece la piel porque puede llevar a inflamación crónica y cascadas de pérdida de colágeno, así como a brotes de acné», apunta Patricia Garín, directora dermocosmética de Boutijour. Por su parte, Estefanía Nieto de Medik8 agrega que: «Durante la noche, la piel necesita oxigenarse y regenerarse, y las impurezas acumuladas bloquean ese proceso. Aunque estés agotada, limpiar siempre el rostro y cuello antes de dormir es innegociable».
Pero vamos un paso más allá, y es que no basta con un limpieza con un limpiador en gel si has usado protector solar o maquillaje. Es fundamental realizar una doble limpieza antes de irse a acostar para dejar la piel limpia y libre de impurezas. «La piel acumula dos tipos de impurezas, por eso se debe realizar la doble limpieza. Primero, con limpiador de base oleosa para acabar con el maquillaje, el SPF y la contaminación. Después, para acabar con el resto, un limpiador de base acuosa, tipo gel o espuma. Así, además de tener la piel limpia, también estará más permeable y los activos del suero y la crema que apliquemos con posterioridad, penetrarán mejor», detalla la cosmetóloga Raquel González.
Bálsamo desmaquillante Metamorphosis of Narcissus, de Byoode. Bálsamo limpiador que retira maquillaje e impurezas con suavidad, incluso en ojos y pestañas. Su fórmula botánica calma, hidrata y ayuda a renovar la piel para un rostro más uniforme y luminoso.
Glowy Cleansing Gel de Beauté Mediterránea. Limpiador facial en gel que limpia en profundidad sin resecar. Elimina maquillaje e impurezas mientras aporta hidratación y deja la piel suave, fresca y luminosa.
Babasú Micellar Mousse Skin10, de Medichy Model. Mousse limpiadora ultra suave que limpia sin resecar, elimina maquillaje e impurezas y deja la piel fresca, hidratada y confortable. Apta incluso para pieles sensibles.
Glycolic Washing Foam, de Bruno Vassari. Espuma limpiadora con suave acción exfoliante que limpia en profundidad, deja la piel más luminosa y ayuda a preparar el rostro para absorber mejor los tratamientos posteriores.
Otros errores a tener en cuenta
Hay otros errores que pueden parecer simples pero son muy comunes. Uno de ellos es no lavarse las manos antes de lavar el rostro. Estefanía Nieto es muy clara a este respecto: «Lávate las manos y usa un cepillo para las uñas», y advierte que: «las bacterias y la suciedad acumulada pueden transferirse al rostro y provocar brotes o irritaciones».
También hay que tener muy presente que la piel es muy delicada por lo que hay que secarla a toquecitos después de enjuagarla y no frotar. «Secar la cara con toalla y con fuerza puede parecer inofensivo, pero no lo es. Esa fricción rompe la barrera cutánea, irrita y puede provocar rojeces. Lo ideal es usar una toalla limpia y dar suaves toques hasta que la piel quede ligeramente húmeda», indica Mireia Fernández de Perricone MD.
El cuello y la línea del cabello son las zonas más olvidadas en la limpieza facial y puede tener consecuencias si no las prestamos atención. «En la línea del cabello se acumulan restos de maquillaje y grasa, y el cuello sufre los mismos efectos del paso del tiempo que el rostro. La próxima vez que te laves la cara, extiende el limpiador hasta el escote», recomienda la experta Estefanía Nieto.
¿Cometes alguno de estos errores? Las expertas nos han dado las mejores claves sobre cómo lavarse la cara correctamente así que ya no tienes excusa.
