Si alguien me preguntara cuál es el producto de belleza con el que no puedo vivir, sin duda, le diría que los bálsamos labiales. En la adolescencia, la vaselina (o el cacao) se convirtió en mi gran imprescindible cosmético. Tras superar, como buena millennial, mi obsesión por las vaselinas de colores de Agatha Ruiz de la Prada, empecé a usar la favorita de mi madre: la vaselina neutra perfumada. Desde los 13 hasta los 33 años —dos décadas, que se dice pronto— he sido fiel a la misma marca… Hasta hace un mes.
Hace un mes, el algoritmo de Instagram empezó a bombardearme con vídeos de enfermeras, dermatólogas y otras expertas en cuidado de la piel sobre la importancia de escoger el bálsamo labial correcto. Y para mi sorpresa, el mío no estaba entre los favoritos. «Una vaselina solo debería contener petrolatum o paraffinum liquidum» advierte la Dra. Leire Barrutia en su cuenta @dermisphere. Lo que hace que otros ingredientes —como los habituales perfumes— puedan causar irritaciones e, incluso, deshidratar.
Al instante, empecé a cuestionarme si era «normal» la dependencia absoluta que tenía y la necesidad de usarla cada pocos minutos. Mientras que algunas personas —en su mayoría hombres— apenas la utilizan, salvo en temperaturas extremas o cuando practican deportes de exterior. Así que fui a comprarme la vaselina más recomendada por las expertas: Vaseline Original con Pure Petroleum Jelly Original o, lo que es lo mismo, vaselina 100%. En estos treinta días, he notado que mis labios retienen más la humedad y que no tengo la necesidad de volverme a aplicar al segundo. Un hábito —casi un tic— que había interiorizado en estos veinte años.
Vaseline Original Protecting Jelly es, sin duda, el producto que he visto más recomendado a nivel nacional e internacional. Su principal ingrediente, Vaseline Jelly, es un oclusivo que repara la piel seca y dañada al sellar la humedad dentro y promover su recuperación natural.
5 preguntas frecuentes sobre los bálsamos labiales
¿Por qué podemos sentir una necesidad imperiosa de aplicarnos vaselina cada cinco minutos?
La Dra. Paloma Borregón, dermatóloga y directora médica de clínica Kalosia (Calle de O’Donnell, 39, Salamanca) nos cuenta que el bálsamo labial suele usarse por dos motivos: «por una necesidad médica o una razón estética». El primero sería para «evitar la sequedad e hidratar» esta zona en concreto; mientras que la otra, buscaría «un labio más brillante, jugoso y bonito»
«Realmente no hay necesidad de ponerse vaselina cada cinco minutos, sobre todo si usamos bálsamos buenos», explica Borregón. Si el producto escogido «no hidrata lo suficiente, vamos a tener la necesidad de echarnos más» para evitar esa sensación de sequedad tan incómoda. Por eso, es tan «importante usar bálsamos que nos hidraten el labio y que, además, sean de larga duración».
¿El bálsamo labial puede provocar «adicción»?
Más que adicción, para la Dra. Paloma Borregón existiría una «necesidad», ya sea porque «estéticamente te gusta llevar los labios jugosos o porque médicamente lo necesitas, ya que eres de piel seca o tienes la piel del labio seco».
¿Es malo abusar de los bálsamos labiales?
«Realmente malo no es», ya que la mucosa labial «es una piel que podemos hidratarla todo lo que queramos y no ocurre nada por darle más grasa», algo que sí que ocurriría con la piel del rostro, por ejemplo. Si nos llegáramos a aplicar crema en la cara con demasiada frecuencia, se podrían «atascar los folículos, las glándulas sebáceas y podríamos tener problemas», sostiene la dermatóloga. En resumen, según la experta, «no es malo abusar, siempre que usemos productos que respeten la piel del labio».
¿Cuándo puede tener consecuencias negativas?
Tal como explica la directora médica de clínica Kalosia, sí que puede tener consecuencias negativos el abuso de «productos que tienen excesivo perfume, algunos labiales permanentes que resecan demasiado el labio, si los productos que usamos no están testados dermatológicamente o tienen componentes que sean alergénicos».
También aprovecha para advertir de una nueva tendencia viral: los plumping gloss, que prometen un efecto voluminizador. El leve hormigueo o picor que provocan estos labiales virales se debe a que «tienen un efecto urticante, es decir, tienen sustancias que hacen que la piel se hinche. Abusar de ellos sí que no sería recomendable, ya que estamos produciendo una reacción inflamatoria que hace que el labio se vea más gordito». Algo que no ocurre con bálsamos labiales con ácido hialurónico, pues este principio activo «atrapa el agua» y así logra su «efecto volumen».
¿Qué ingredientes debería llevar (o no llevar) nuestro bálsamo?
«Lo mejor para los labios es la vaselina pura de toda la vida» y, si vamos a estar expuestos al sol, también es recomendable «un bálsamo labial con protector solar». ¿Qué no debería llevar? Sobre todo perfumes, porque «es más alergénico» y, al contener sabor, puede motivar a que «nos chupemos más el labio» y, no solo tiendes a quitarte el producto, sino que «al humedecer el labio, se deshidrata más rápido con lo cual puede ser contraproducente», añade la Dra. Paloma Borregón, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica (GEDET).
Desde el formato barra hasta «la vaselina de toda la vida»: 5 bálsamos labiales sin perfume
LETIbalm Stick Protector SPF20 nariz y labios de LETIPharma. Esta es la marca que siempre recomienda la Dra. Paloma Borregón: «siempre llevo uno en el bolso». En este caso, para quienes no les guste el formato vaselina, pueden encontrar este formato stick, diseñado específicamente para proteger la piel de la zona de nariz y labios frente a condiciones extremas. Además, su fórmula incluye SPF20 para prevenir las erupciones labiales inducidas por las radiaciones solares.
Vaseline Lip Therapy Original Stick. También disponible en su versión cacao en barra, brinda la humectación esencial a los labios, manteniendo la humedad y dándoles una apariencia saludable y una sensación suave.
Vaselina hidratante de Deliplus. Tiene los ingredientes de la vaselina de toda la vida protege. Acondiciona los labios (y la piel), ya que retiene la humedad gracias al paraffinum liquidum.
Bálsamo reparador avanzado de CeraVe. Formulado con vaselina, ácido hialurónico y tres ceramidas esenciales, protege, hidrata y alivia inmediatamente las pieles extremadamente secas, irritadas o agrietadas, mientras ayuda a restaurar la barrera cutánea.
Aquaphor SOS Regenerador Labial de Eucerin. Su fórmula, sin perfumes, enriquecida con glicerina y vitaminas C y E crea una barrera protectora idónea para regenerar la piel de los labios, y ayuda a recuperar su elasticidad.