Los probióticos y prebióticos trabajan en simbiosis para proteger nuestro sistema digestivo, pero también se han incorporado a lo largo de los años en la cosmética para el cuidado de la piel. Aunque su naturaleza y acción son muy diferentes, podeos decir que son complementarios. Pero… ¿cómo diferenciarlos? ¿Para qué sirven?
Los probióticos y prebióticos son como los ángeles guardianes de nuestro sistema digestivo. Permiten restaurar nuestra microbiota intestinal (o flora intestinal), que está compuesta por todos los microorganismos que viven en nuestro intestino delgado y en nuestro colon, cuando este último está desequilibrado. Y es que los períodos largos de estrés, ciertos antibióticos o el consumo de alcohol puede alterar nuestra flora intestinal.
Sin embargo, has de saber que el microbioma no es exclusivo del intestino. De hecho, el 50% de las células del cuerpo humano resultan ser células microbianas. En términos simples, «el microbioma cutáneo son todos los microorganismos que componen el ecosistema de la piel. Sus bacterias evolucionan allí, se alimentan de ella y allí se multiplican, pero también sirven a la epidermis ayudándola a fortalecer su barrera cutánea, mantener su hidratación y combatir sus agresores externos», cuenta la farmacéutica Belén Acero, experta en dermofarmacia y nutrición.
Probióticos y prebióticos: qué son y en qué se diferencian
¿Qué son los prebióticos?
«Los prebióticos son fibras no digeribles derivadas de los carbohidratos de la dieta. Una vez en el cuerpo, los prebióticos ayudan a crear un ambiente ideal para el desarrollo de buenas bacterias. Estimulan, en el colon, la actividad de ciertas bacterias para mejorar nuestro tránsito», explica la farmacéutica.
Los principales prebióticos alimentarios son los galacto-oligosacáridos (GOS), presentes principalmente en productos lácteos fermentados, como el yogur, y los fructo-oligosacáridos (FOS), presentes de forma natural en muchas frutas, como la piña, el plátano, los frutos rojos o la manzana.
También están presente en las verduras, como el ajo, la alcachofa, los espárragos o el puerro; y en las legumbres, como las lentejas, los garbanzos o las alubias rojas y negras. Además, para ayudar al organismo también puedes encontrar prebióticos en forma de suplementos alimenticios. Y, por supuesto, en la cosmética.
¿Qué son los probióticos?
«Los probióticos son bacterias, levaduras y virus presentes de forma natural en nuestra flora intestinal, que son beneficiosos para el sistema digestivo. Su interés es doble. Por un lado, favorecen el desarrollo de buenas bacterias digestivas. Por otro lado, luchan contra las bacterias digestivas patógenas, generalmente responsables de diversos trastornos digestivos como la diarrea, el estreñimiento o el dolor de estómago», cuenta la farmacéutica.
Los probióticos también están presentes de forma natural en la mayoría de los alimentos fermentados, como pescado fermentado; y productos lácteos fermentados, como el queso, el yogur o el kéfir. Por lo tanto, generalmente se recomienda consumir regularmente este tipo de alimentos para el bienestar de la flora intestinal. La levadura de cerveza activa también es una excelente fuente de probióticos.
En conclusión, los probióticos son organismos vivos, como bacterias o levaduras. Mientras que los prebióticos son moléculas que favorecen el desarrollo de determinados microorganismos. Sin embargo, tanto los probióticos y prebióticos son necesarios para el buen funcionamiento del organismo, pero también para darle una inyección de bienestar a la piel.
¿Para qué sirven los prebióticos y probióticos en cosmética?
- Fortalecen la barrera cutánea para evitar la pérdida de agua transepidérmica y protegerla de las agresiones externas.
- Mantienen el equilibrio de la microbiota cutánea para proteger la piel de posibles infecciones, irritaciones o sequedad.
- Revierten la deshidratación.
- Mejoran el acné.
- Calman el enrojecimiento de la piel.
Mejores cosméticos a base de probióticos y prebióticos
Ampollas Acción Profunda Prebióticos de Germinal. Estas ampollas combinan sus principios activos (nutrientes derivados de algas, derivados de los azúcares, el extracto de Caesalpinia spinosa y los prebióticos) para proteger y mantener el equilibrio de la piel. Ideal para pieles sensibles y reactivas.
Skin Care Pre & Probióticos de Deliplus. Estas ampollas están recomendadas para todo tipo de pieles, incluidas las más sensibles. Su triple acción hidrata, calma e ilumina; por lo que no nos extraña que se haya convertido en uno de los todo en uno más comentados del momento.
Sérum Mineral 89 de Vichy. Se trata de un concentrado fortificante y reconstituyente diario compuesto por un 89 % de agua mineral de Vichy, con ácido hialurónico de origen natural y probióticos. Usado cada mañana como primer paso en la rutina diaria, hidrata y tonifica la piel. Día tras día, se muestra más luminosa y con un aspecto saludable.
Skin Cure de Matcha&Co. Diseñado para mejorar radicalmente la hidratación, firmeza y elasticidad de la piel desde el interior. Contiene una mezcla única de probióticos específicos para la salud de la piel, además de colágeno, ácido hialurónico, matcha y vitamina B2.