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Me hice la keratina, viviendo en un clima húmedo, y… esto fue lo que ocurrió

Tengo el pelo ondulado —o eso he creído siempre— y vivir en una ciudad como Valencia, con más de un 50% de humedad, no es fácil. Siempre me he sentido como Monica Geller en Barbados, cuando le grita a a Mike Hannigan eso de «¡Es por la humedad!» Y aunque no me parezco a Diana Ross —quizás más a Hermione Granger en Harry Potter y la piedra filosofal— siempre he luchado contra un enemigo recurrente: el encrespamiento.

Lo de secarme el pelo y dejar que se seque al aire sin más es un privilegio que solo tuve cuando me mudé a Madrid. La combinación de un clima seco y una buena calidad del agua —la cal del agua valenciana tampoco ayuda— fue el remedio perfecto. Sin embargo, hace unos años que volví a la terreta y el dilema volvió de nuevo, así que después de comprarme muchos champús hidrantantes, productos antifrizz y secadores iónicos, me animé a probar la keratina por primera vez.

Así que puse rumbo a uno de los salones que tiene Llongueras en la ciudad (Calle Russafa, 2) y les conté mis intenciones. La primera decisión se centraba en elegir entre dos tratamientos de keratina y para ello tenía que responder a una pregunta: ¿quieres «un liso tabla, donde no se mueva ni un pelo» o no? Como mi respuesta fue que no, me preocupaba más el frizz, que tener un alisado inmóvil, la opción ganadora fue el alisado orgánico y vegano 100% natural.

«La keratina orgánica contiene polímeros orgánicos que modifican los puentes de sulfuro del cabello que sellan y alisan la cutícula, dejándola libre de encrespamiento», cuenta Alberto Sanguino, Education Manager de Llongueras. Esta clase de tratamientos naturales son compatibles con cabellos con ondas o cabellos rizos encrespados, «en los que conseguimos que se endulcen y conseguimos una mayor esponjosidad», apunta.

Una hora y media (y un café después) después salía contenta con mi pelo. Además no pude elegir una fecha mejor: diciembre. Justo la época del año en que los eventos, cenas se te acumulan —en mi caso, incluso una boda— y el pelo dejó de ser una preocupación. Las reacciones —y los selfies— no tardaron en llegar. Para mi sorpresa fue que todo el mundo me decía que «me veían más guapa» sin saber realmente por qué. Un respuesta que me despertó la duda de si existe realmente una animadversión sociocultural hacia el pelo ondulado y rizado, pero eso es otro cantar…

4 dudas clásicas sobre la keratina

  • ¿La keratina es mala para la salud? Una de mis preocupaciones era si la keratina me dañaría el cabello a largo plazo y la respuesta fue un rotundo no. «Las keratinas que utilizamos en nuestros salones no son nocivas, ya que no contienen carbocisteína o derivados del formol que además de producir unos vapores que se producen en contacto con la plancha y que inhalamos pueden dejar partículas en la fibra que provoquen que se pudra con el tiempo», remarca Sanguino.
  • ¿Cuánto duran los resultados? Depende del tipo y largo del pelo, puede durar entre una hora y una hora y media. Este tratamiento suele tener una duración de entre tres y seis meses. Todo depende del tipo de cabello, cantidad, así como los cuidados posteriores al alisado. En mi caso, ya he superado los tres meses y mi melena sigue estando brillante, sana y sin encrespamiento; aunque es cierto que ya empiezo a notar cierta ondulación de medias a puntas.
  • ¿Hay una edad mínima para hacerse la keratina? No hay una edad fija, pero se recomienda que como mínimo tengan 16 años y siempre con autorización o consentimiento de uno de los progenitores.
  • ¿Existe algún tratamiento complementario? En función de la calidad y el estado de la melena, se puede llevar a cabo un servicio de salud capilar. A mí me recomendaron el botox capilar, aunque todavía no lo he probado. Es un ritual de hidratación profunda que revitaliza el cabello gracias a los principios activos de colágeno, aceite de caviar, vitaminas y pantenol. «Sirve para dulcificar, quitar el frizz, reponer el brillo e hidratar aquellas zonas de la cabeza que nos resulta más complicadas de peinar», cuenta el experto.

El mantenimiento continúa en casa

Como cualquier otro tratamiento capilar, después de salir de salón, gran parte de la responsabilidad y del mantenimiento recae en tus manos. La primera recomendación es que no puedes lavar tu cabello en las siguientes 24 o 48 horas, y tampoco se deben hacer coletas ni utilizar pinzas.

Otro de los mandamientos para mantener al máximo los efectos de la keratina es utilizar «champús especiales hidratantes y nutritivos sin sulfatos, ya que arrastran demasiado y dejan desprotegido el cabello», explica el Education Manager de Llongueras. Cuando volví a casa con el objetivo de eliminar los sulfatos de mi baño, me di cuenta de que todos los productos que tenía lo llevaban. Así que tocó renovar el champú, la mascarilla, el acondicionador… En mi caso, opté por la línea Discipline de Kérastase.

El champú (Bain Fluidéaliste Gentle) sin sulfatos, por supuesto, para aportar flexibilidad y suavidad al cabello y la mascarilla capilar alisadora (Masque Maskératine) que proporciona fluidez y movimiento. Un dúo reviste la fibra capilar, nutre y da brillo, pero sobre todo siento que aporto mi granito de arena para prolongar mi tratamiento de keratina el máximo tiempo posible.

Y aunque, gracias a la keratina, no te volverás a acercar a una plancha en mucho tiempo, no hay que olvidar el resto de aparatos de calor. En mi caso, he interiorizado más que nunca este mantra, y ahora no hay día que me seque el pelo sin aplicarme un protector térmico antes.

De compras sin sulfatos

Champú Zero de Deliplus. Una fórmula sin sulfatos para una limpieza suave, delicada y para todo tipo de cabellos.

Nourishing Keratin Sealer de Davines. Se ha convertido en una de las marcas fetiche de los expertos en peluquería. Este spray nutritivo y protector no necesita aclarado, ayuda a peinar, hidrata y sella las cutículas del cabello aumentando su brillo y suavidad.

Baume de soin de Franck Provost. Esta mascarilla es el best-seller del que se ha convertido en uno de los salones de peluquería líderes en Europa. Fortalece el cabello, reduce la rotura y puntas abiertas, fija la keratina en el corazón del cabello.

Fix the frizz. Crema acondicionadora sin aclarado de Glowfilter. La firma de belleza de Marta Lozano también se atreve con el mundo del cabello y lo ha hecho a través de sus hair essentials. Su acondicionador sin aclarado promete arreglar el frizz, un efecto antiencrespamiento, perfecto para gente como yo que vive en una ciudad donde la humedad reina a sus anchas.

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