La importancia del sistema linfático para tu bienestar físico y mental

Vivimos en un mundo en el que nos atrae más lo visible que lo discreto. Esto podría explicar por qué el sistema linfático, en general, y la linfa, en particular, es tan desconocido para la mayoría de nosotros. Esta última es ese líquido incoloro que circula en los vasos linfáticos, gracias a las contracciones pulsantes de músculos y vasos sanguíneos, que drena toxinas y desechos celulares.

Estos vasos que recorren todo el cuerpo humano se encuentran en los ganglios linfáticos que permiten la circulación y limpieza de la linfa. Se asientan profundamente en el abdomen, el pecho, el cuello, pero también más superficialmente en la ingle, debajo de las axilas, clavículas y la mandíbula. En definitiva, son verdaderos guardaespaldas porque sirven como filtros linfáticos, barren virus, bacterias y producen anticuerpos que se liberan a la sangre en caso de infecciones. ¿Entiendes ahora por qué es tan importante el drenaje linfático? Un sistema linfático saludable tiene efectos beneficiosos tanto física como mentalmente.

¿Qué es el sistema linfático y cuál es su función?

El sistema linfático está formado tanto por una red de vasos linfáticos, que se originan en los diversos tejidos del cuerpo, como por órganos como el bazo, el timo y las amígdalas. ¿Su objetivo principal? Eliminar los deshechos y las toxinas del cuerpo buscando el bienestar general del organismo. Y ya sabes lo que dicen: para verse bien por fuera primero debes estarlo por dentro. De ahí la importancia para un bienestar holístico físico y mental.

Beneficios del drenaje linfático en el cuerpo

No solo fortalece nuestro sistema inmunológico (que ya es un mucho), el drenaje linfático del cuerpo alivia la pesadez de las piernas, combate los edemas (especialmente en los postoperatorios), ayuda a eliminar la celulitis dolorosa y contribuye al buen funcionamiento del sueño. Por último, para aquellas personas que tienen problemas de hinchazón intestinal y estreñimiento, es muy recomendable los masajes de drenaje linfático ya que proporciona un gran alivio y una mejora del tránsito intestinal.  

Además, un sistema linfático defectuoso puede provocar retención de líquidos. «Nuestro organismo filtra regularmente el líquido de nuestro cuerpo a través de los sistemas circulatorio y linfático. Cuando no drena bien, este líquido se acumula en los tejidos y aparece la retención de líquidos, o lo que es lo mismo, el edema. Puede producirse por muchos motivos: cambios hormonales (menstruación, menopausia o embarazo), por pasar muchas horas de pie o sentado, por cambios de presión (como los vuelos), por dietas que son excesivas en sal, por alguna patología renal o cardíaca», asegura la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y especialista en dermofarmacia y nutrición.  

Beneficios del drenaje linfático facial

En la cara alisa los signos de envejecimiento, como las líneas finas y las arrugas; drena los tejidos inflamados, como las bolsas del contorno de ojos; activa la circulación sanguínea para aclarar y sonrojar nuestra tez; e, incluso, tiene propiedades antiinflamatorias en el tejido de la piel (eccemas, acné, rosácea) favoreciendo la cicatrización y regeneración celular.

«El drenaje linfático facial es muy beneficioso para la zona de la bolsa ya que permite reducir el cansancio y el aspecto de vejez, al disminuir el volumen de líquido. A nivel centro facial, el principal beneficio es que la cara se verá más redondeada, cuando el rostro está drenado se fomenta la zona del pómulo y de la mandíbula, teniendo unos ángulos más marcados. Y a nivel del tercio inferior, el drenaje en el cuello favorece que haya una papada menos marcada al final del día. Con este drenaje, la piel fina del cuello estará más vascularizada y, por lo tanto, con mejor salud», cuenta la Dra. Pérez Sevilla, cirujana maxilofacial y experta en medicina estética facial.

¿Cómo hacer un masaje de drenaje linfático facial en casa?

«Debemos tener en cuenta las diferentes cadenas glanglionares. El movimiento tiene que ser firme y con presión moderada, es más importante el movimiento de presión, que el movimiento circular. Debemos seguir cada uno de los canales linfáticos hasta llegar a los ganglios principales. Lo más importante es terminar el masaje en la zona supraclavicular. La mejor manera es empezar por el tercio inferior, seguir por el medio y acabar por el tercio superior de la cara, para ir vaciando las diferentes cavidades donde se va almacenando la linfa y dejar hueco para que la nueva linfa vaya ocupándolo. Por otra parte, existen cremas que favorecen este efecto al incluir activos drenantes», finaliza la Dra. Pérez Sevilla.  

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