La maderoterapia corporal elimina, trata y previene la retención de líquidos, la grasa localizada, la celulitis o la pesadez de piernas. Estos son los principales problemas estéticos y de salud que afectan a las piernas, una de las partes del cuerpo que más preocupan a mujeres de todas las edades. La aparatología manual es una de las grandes tendencias en el sector del cuidado corporal, siempre a la búsqueda de nuevos principios activos y técnicas que combatan los efectos de la mala circulación, el exceso de peso, la deshidratación o la edad.
La maderoterapia corporal es una técnica natural milenaria cuyo origen está en Oriente, donde se utilizaba tradicionalmente para aliviar los dolores musculares y articulares. En su aplicación se combina el uso de diferentes utensilios de madera que, mediante movimientos y ejerciendo presión en puntos localizados del cuerpo, reducen la grasa localizada, tonifican, drenan, reafirman, disminuyen la retención de líquidos y combaten la celulitis. Además, los movimientos manuales realizados con distintos niveles de fuerza proporcionan sensaciones de bienestar y relajación.
Mazorca, copa sueca o champiñón para trabajar el cuerpo
Uno de los elementos más reconocibles de la técnica de maderoterapia corporal son los instrumentos utilizados para su ejecución, fabricados en madera de diferentes tamaños y especialmente pensados para ajustarse a todas las zonas del cuerpo.
Tanto sus formas específicas como sus particulares nombres han conseguido diferenciar esta técnica de masaje de todas las demás. Además, el hecho de que en ella solo se realicen presiones aplicadas de manera manual la han convertido en una de las terapias más demandadas y valoradas por aquellas personas que buscan tratamientos naturales.
¿Cuáles son los instrumentos con los que se realiza la maderoterapia corporal?
Mazorca
Se trata de un rodillo estriado que acelera la disolución de la grasa localizada, ayuda a activar el sistema circulatorio y linfático, y combate la celulitis. Se usa al inicio de las terapias de reducción de grasa para diluir la adiposidad localizada, y al final de cada una de las sesiones para activar y tonificar el cuerpo.
Tabla modeladora
Puede ser dentada o lisa, y es una de las herramientas más efectivas si buscamos deshacer la celulitis más resistente, conseguir el drenaje de los adipocitos hacia los ganglios linfáticos, elevar glúteos y perfilar el contorno corporal, y eliminar toxinas.
Su forma ergonómica favorece que la técnica realizada en la maderoterapia corporal pueda adaptarse a formas más específicas del cuerpo, potenciando su acción.
Copa sueca
Se trata del instrumento más reafirmante de la maderoterapia gracias a su efecto ventosa, que, combinando técnicas de succión y arrastre, ayuda a movilizar y destruir las grasas que se acumulan en puntos localizados y rebeldes, como los muslos, el abdomen, la cintura y la espalda. Con la copa sueca también se consigue trabajar el tono muscular, revertir la flacidez, eliminar toxinas, tonificar y remodelar.
Champiñón
Esta herramienta se usa, sobre todo, para trabajar zonas amplias del cuerpo y conseguir una acción profunda en pieles con celulitis, grasa o flacidez. Gracias a su diseño, se puede utilizar tanto para masajes relajantes, aliviando el estrés, como para masajes anticelulíticos. El champiñón de maderoterapia es un instrumento sencillo y cómodo de usar, que permite trabajar tanto la circulación, como la celulitis, la flacidez y la retención de líquidos y grasa.
¿En qué consiste la maderoterapia corporal?
La maderoterapia está considerada como una técnica holística, capaz de estimular y equilibrar la energía. Cada una de las sesiones comienza con un masaje linfático para preparar la piel y mover la grasa. A continuación, se comienza el trabajo con los distintos rodillos, ayudándonos mediante aceites esenciales hidratantes, tonificantes o reductores, en función de los resultados que se desee obtener.
La recomendación es empezar con dos sesiones a la semana al inicio del tratamiento, seguir con una vez a la semana y continuar con una o dos sesiones al mes para mantener los resultados. El número de sesiones por ciclo oscila entre las 15 y las 20, y la duración de cada sesión es de 50 minutos. Tras la primera sesión, la piel se percibe más tersa, firme y con menos acumulaciones de grasa, pero los resultados más visibles y profundos se alcanzan a partir de la tercera sesión. Con la maderoterapia se contribuye además a rebajar los niveles de estrés, calmar la mente y equilibrar las emociones.