La libido femenina… esa gran desconocida. O no. Porque el deseo sexual de las mujeres es una realidad que, en la actualidad, pide a gritos una mayor visibilidad. Referentes televisivos como Sexo en Nueva York o Girls quedan ya muy lejanos, series que fueron pioneras en hablar claro sobre el tema.
Ahora toca reivindicar la conversación (y el debate) sobre cómo cuidar de la libido femenina en el día a día. Toca normalizar una cuestión fundamental que afecta a un 8,9% en mujeres entre 18 y 44 años, un 12,3% en mujeres entre 45 y 64 años, y un 7,4% en mujeres de 65 en adelante.
¿Qué es la libido femenina?
Es el deseo o impulso sexual experimentado por las mujeres. Es una expresión de su energía sexual y puede variar en intensidad y frecuencia según la persona. La libido femenina puede estar condicionada por diversos factores como las hormonas, el estado emocional, el bienestar físico, las experiencias sexuales previas, la relación de pareja y las circunstancias culturales y sociales.
Es importante destacar que la libido femenina puede fluctuar a lo largo de la vida de una mujer debido a cambios hormonales, como los que ocurren durante el ciclo menstrual, el embarazo, la lactancia y la menopausia. Y que también puede verse afectada por factores psicológicos como el estrés, la ansiedad, la depresión o los problemas de autoestima.
Cuando el deseo sexual disminuye
Así pues, hay muchos factores que pueden influir en la libido femenina y hay etapas en las que el cuerpo no afronta la sexualidad de la misma manera, independientemente de la edad. «La disminución intensa de la libido permanente en el tiempo se denomina deseo sexual hipoactivo. Es una situación compleja que debe manejarse con la ayuda de un equipo médico multidisciplinar que estudie en detalle a la paciente para valorar el problema y buscar soluciones», afirma Belén Gómez, ginecóloga del Hospital Infanta Leonor y colaboradora de la recomendable firma de higiene íntima Chilly.
En un principio, la libido estaría relacionada con el estatus hormonal, es decir, a mayor cantidad de estrógenos y testosterona, mayor libido. Por esa razón, a partir de la menopausia el deseo sexual podría disminuir respecto a edades más jóvenes. Además, las hormonas también varían según la fase del ciclo menstrual en la que nos encontremos. En este sentido, la libido es mayor durante la ovulación y menor durante la menstruación. A su vez, las mujeres que están en periodo de lactancia también tienen una libido menor debido al aumento de prolactina (hormona que estimula la secreción de leche y que interviene en el ciclo ovárico). Mientras que, durante el embarazo, como aumentan los estrógenos, es mayor.
Esos factores que no son hormonales
Determinados fármacos como los antidepresivos, los antihipertensivos, el litio, etc., así como el alcohol y las drogas, pueden producir un fuerte descenso en la libido. Y tampoco hay que olvidar el contexto psicosocial. Algunas personas, debido a su escasa educación sexual y al tabú que conlleva, pueden sufrir falta de confianza y pueden ver afectada su relación con el deseo sexual.
Por último, los problemas personales con la pareja o la falta de comunicación pueden reducir también la libido en la mujer. Y existen enfermedades físicas o trastornos que pueden afectar al estado de ánimo y que están relacionados directamente con la disminución de la libido, como pueden ser la sequedad vaginal o el insomnio.
¿Cómo se puede elevar el deseo sexual?
Vaya por delante que el apoyo psicológico, la terapia de pareja, una buena alimentación, hacer ejercicio y el descanso nocturno pueden ayudar a mejorar la libido en algunas circunstancias. Pero… cuidar de la zona íntima femenina para no tener molestias y sentirse bien es totalmente imprescindible.
¿La principal razón? La Doctora Gómez nos lo explica: «A partir de la menopausia la disminución en el colágeno y el trofismo de los tejidos vaginales pueden alterar el estado de ánimo. Además, el área genital es muy delicada a cualquier edad y tiene un pH distinto al del resto del cuerpo. Por ello es aconsejable utilizar un gel específico para la zona íntima, ya que los geles de ducha habituales pueden agredir el ecosistema vaginal. En cambio, un gel de higiene íntima tiene un pH más ácido, con agentes limpiadores más suaves y además está testado bajo control ginecológico».
Una vez se cuida de la higiene con más esmero… es aconsejable tener en cuenta el ámbito de la farmacología natural. Al respecto, la Doctora Gómez recomienda lo siguiente: «Existen varios fármacos en el mercado que combinan diversos ingredientes de origen vegetal. Su objetivo es conseguir un aumento de la libido femenina. Entre ellos destacan la ashwagandha o la maca andina. Pero atención porque estos productos deben tomarse de forma continua para conseguir el efecto deseado».
Por último, hay medicamentos específicos y tratamientos hormonales para incrementar el deseo sexual que deben ser recetados por un o una profesional de la salud. Y aparte, la Doctora Gómez añade: «Hay otras opciones como los lubricantes e hidratantes vaginales, el láser de CO2 o la inyección de ácido hialurónico que pueden mejorar la vascularización en la zona genital y, por tanto, la estimulación y el orgasmo».
Antes de terminar, es importante dejar bien claro que la falta de deseo sexual no es necesariamente un problema médico o una condición anormal. Cada mujer tiene una libido única y experimenta cambios en ella a lo largo de su vida. Sin embargo, si una mujer siente malestar o incomodidad debido a su evidente disminución… es recomendable buscar ayuda. ¿Cómo? A través de terapeutas sexuales que evalúen los factores subyacentes, diagnostiquen y propongan las opciones de tratamiento más adecuadas.
