No hay ingrediente más todoterreno en cosmética que los antioxidantes para la piel. Su misión es proteger la piel del estrés oxidativo, es decir, de los daños que causan los radicales libres. Estas «moléculas inestables se generan por la exposición a factores como la radiación solar, la contaminación, el estrés, el tabaco o la luz azul de las pantallas», explica Luisa Martos Cabrera, dermatóloga en la clínica de medicina estética ENEA en Madrid (C/ Serrano, 85).
¿Las consecuencias? «Dañan las células de la piel y aceleran el deterioro de colágeno y elastina, que a su vez son las principales estructuras de la piel que otorgan la sensación de firmeza y plenitud», añade la Dra. Victoria Núñez, especialista en cirugía oral y maxilofacial. Incluir antioxidantes en tu rutina de forma constante no solo potencia la luminosidad y unifica el tono de la piel, sino que la protege frente a agresores externos como la radiación UV o la polución.
Podríamos resumir sus beneficios en cuatro grandes claves: prevenir el envejecimiento prematuro, protegiendo el colágeno y la elastina responsables de la firmeza y elasticidad; mejorar el tono y la luminosidad; reforzar la barrera cutánea, ayudando a mantener la piel más resistente frente a agresiones externas; y reducir la inflamación y calmar la piel, siendo útiles en casos de sensibilidad o enrojecimiento.
Por eso, introducir antioxidantes en tu skincare facial no es ningún capricho, sino una necesidad real. No importa si tienes veinte o cincuenta, hay un antioxidante ideal para cada etapa de tu vida. Si aún no sabes cuál elegir o si estás usando el adecuado para tu edad, aquí va una guía sencilla de la mano de dos expertas en medicina estética y cuidado de la piel.
Primero de todo: un repaso por los mejores antioxidantes para la piel
Según ambas profesionales, estos son los más eficaces científicamente demostrados:
- Vitamina C (ácido ascórbico): ilumina, unifica el tono, reduce manchas y estimula la producción de colágeno. Es ideal para pieles apagadas, con manchas o primeros signos de envejecimiento.
- Vitamina E (tocoferol): protege la piel de los daños ambientales, es hidratante y calmante, mejora la función barrera. Aunque no se le considera un antioxidante per se, hace sinergia con la vitamina C y potencia su acción. Perfecta para pieles secas, sensibles o expuestas a agresiones externas (sol, viento, contaminación…).
- Niacinamida (vitamina B3): regula la producción de sebo, mejora la textura de la piel, reduce rojeces y fortalece la barrera cutánea y es antiinflamatoria. Indicada para pieles con tendencia acneica, sensible o con poros visibles.
- Ácido ferúlico: estabiliza el efecto de las vitaminas C y E, potencia su eficacia, y protege frente a los daños solares. Ideal para rutinas antiedad y protección frente al fotoenvejecimiento.
- Resveratrol: un antioxidante puro, además es un antiinflamatorio y reparador, combate el estrés oxidativo y mejora la elasticidad de la piel. Excelente para pieles sensibles y fotoenvejecidas.
- Coenzima Q10: antioxidante puro que contribuye a revitalizar la piel, mejora su firmeza y previene la formación de arrugas. Funciona especialmente en pieles fatigadsa, estresadas o con pérdida de tonicidad.
- Polifenoles: potentes antioxidantes naturales, provenientes del extracto de té verde, uva o granad, con efecto calmante y antipolución.
Una manera de maximizar sus beneficios en la piel es combinar antioxidantes tópicos y orales. Hace poco ya hablamos de las ventajas de tomar suplementos con antioxidantes, así como prepararse un shot antioxidante a base de granada y limón para reducir el colesterol y bajar los niveles de estrés. Mientras los antioxidantes tópicos «actúan directamente sobre la superficie de la piel, neutralizando radicales libres en zonas específicas», señala Martos Cabrera. La nutricosmética trabaja desde el interior, «mejorando el estado general de la piel y reforzando las defensas celulares frente al envejecimiento y el daño ambiental», apuntan desde ENEA.
Guía básica: antioxidantes según tu edad
A los 20: prevenir es ganar
En tus veintitantos, la piel suele estar en su mejor momento. Pero eso no significa que no necesite cuidados. Es el momento ideal para prevenir daños futuros, controlar el exceso de sebo y atajar las primeras manchitas causadas por el sol o el acné. ¿Los antioxidantes clave? Vitamina C suave por las mañanas y niacinamida por la noche, en forma de sérum ligero o de tónicos antioxidantes.
Tónico facial vitamina C y niacinamida de Deliplus. Utilízalo diariamente para iluminar, tonificar y revitalizar la piel.
Cloud Moisturizer de Two Poles. Esta crema-gel con textura de nube hidrata y refuerza la función barrera de la piel.
A los 30: empieza el cambio
Llegan las primeras líneas de expresión, el tono se apaga un poco, y aparecen manchas más evidentes. A partir de esta edad comienza la prevención activa y, para ello, la Dra. Victoria Núñez recomienda «usar vitamina C con ácido ferúlico por la mañana, coenzima Q10 y ácido hialurónico por la noche». Y en lo que respecta a los formatos, Luisa Martos aconseja sérum por la mañana y una crema ligera por la noche que mantenga la hidratación.
10% Vitamin C de ZO Skin Health. Sérum de vitamina C que proporciona una potente dosis de vitamina C ultra estable, para iluminar y mejorar la textura de la piel.
C-Tetra Luxe de Medik8. Este sérum de vitamina C contiene tetrahexildecil ascorbato al 14%, que unifica el tono, ilumina, protege contra los radicales libres y mejora la firmeza de la piel. Su fórmula avanzada con ácido ferúlico y escualano potencia la hidratación y deja un acabado radiante, perfecto para cualquier tipo de piel.
A los 40: corrección y firmeza
En esta etapa vital, la piel empieza a mostrar más signos de envejecimiento como arrugas marcadas, flacidez, pérdida de densidad y manchas más evidentes. Es el momento de subir la potencia de los activos: vitamina C al 15% o más, Coenzima Q10, vitamina E y péptidos en ampollas o sérums concentrados, y cremas nutritivas.
C E Ferulic de SkinCeuticals. Este potente sérum es un referente en la dermatología y la cosmética, gracias a su potente combinación de vitamina C pura en un 15%, vitamina E en un 1% y un 0,5% ácido ferúlico. Su fórmula, clínicamente probada, ofrece una protección antioxidante sin precedentes, neutralizando los radicales libres y ayudando a reducir los signos visibles del envejecimiento, como las líneas de expresión, la pérdida de firmeza y la opacidad de la piel.
Sérum de licopeno Anti Ox. Este potente antioxidante, presente de forma natural en el tomate, combate los radicales libres, retrasa el envejecimiento de la piel y potencia su luminosidad.
A partir de lo 50: nutrición profunda y protección total
A esta edad, la piel necesita nutrición, elasticidad, volumen y confort. El envejecimiento es más visible, pero también tratable con una buena combinación de activos potentes y formatos bien elegidos. Es aconsejable «usar antioxidantes tópicos más suplementos orales, como vitamina C, E, zinc y selenio», apunta la experta en medicina estética facial. Así como cremas más densas y boosters de resveratrol y ácido hialurónico, combinados con antioxidantes, niacinamida, extractos botánicos.
Booster 10 % Niacinamida de Paula’s Choice. Su concentrado de niacinamida al 10 % reduce visiblemente la apariencia de los poros y mejora la textura de la piel.
Resveratrol B E de SkinCeuticals. Es un concentrado potente antioxidante de noche, que actúa mientras duermes para reforzar y restaurar la capacidad de reparación de la piel.
Fluidbase Rederm, colágeno bebible de Genové Dermatologics. Un complemento alimenticio a base de péptidos bioactivos de colágeno, ácido hialurónico, astaxantina, vitaminas y minerales.
