Con solo 14 años consiguió enamorarnos con su papel de Dani Trant en la película adolescente Verano en Louisiana (1991). Se podría decir que la actriz y productora Reese Witherspoon siempre tuvo un sexto sentido a la hora de escoger proyectos. De hecho, no tardaría mucho en convertirse en una estrella del cine gracias a éxitos de taquilla como Crueles intenciones (1999) —donde conoció al que sería su marido hasta 2007, el actor Ryan Phillippe— o Una rubia muy legal (2001).
Sin embargo, cansada de que solo le dieran papeles de mujeres débiles que no paraban de preguntar a los hombres «¿Qué hacemos ahora?» («What do we do now?») fundó su propia productora, Hello Sunshine, para animar a las mujeres a contar sus historias. Big Little lies, The Morning Show y Little Fires Everywhere son solo algunas de ellas.
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Está claro que siempre fue algo más que una rubia muy legal y fue (y sigue siendo) una eterna fuente de inspiración. A solo unos días de que cumpla 49 años y, en pleno rodaje de la serie que narra la historia de Elle Woods, repasamos los mejores momentos beauty de este icono de estilo que nos dejó grandes looks en los 90 y los 2000.
Naturalidad juvenil
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En plena preadolescencia, Laura Jeanne Reese no se imaginaba lo que significaría para su carrera (y su vida en general) este primer trabajo. Como compartió en el treinta aniversario de su debut: «no tenía ni idea del camino que me esperaba, pero estoy profundamente agradecida por todos los altibajos que me trajeron hasta aquí». Con su rostro angelical y su cabello dorado representaba a la perfección la clásica belleza sureña, pero fue su gran carácter y personalidad magnética la que hizo que su interpretación fuera inolvidable.
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Las coletas deshechas de su personaje Dani Trant, las trenzas que le hace su hermana en el porche y ese memorable lazo blanco son algunas de las instantáneas que todavía permanecen en nuestra memoria. Trazos de un primer romance y looks de un verano juvenil, muy similares a los de su coetánea Anna Chlumsky en Mi chica (1991). Fuera de la pantalla, en los que serían sus primeras premiers y alfombras rojas, Witherspoon mostraba la versión formal de una quinceañera. Un moño francés alto y un mechón ondulado que bordea su cara, pero que ya muestra su sensibilidad y afición por la moda.
La eterna niña bien
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Los maliciosos juegos entre dos ricos hermanastros, Kathryn Merteuil y Sebastian Valmont, fueron el caldo de cultivo de un drama juvenil que conquistó a toda una generación. Con un reparto de jóvenes talentos, entre ellos Sarah Michelle Gellar (Buffy, cazavampiros), Selma Blair (La cosa más dulce) o Joshua Jackson (Dawson crece), Reese Witherspoon se convirtió en la rubia de Hollywood. En Crueles intenciones, encarnaba el papel de niña buena, virginal y devota, a la que un atractivo Ryan Phillippe intentaba seducir.
En el filme dirigido por Roger Kumble, la de Nueva Orleans cumplía con el estereotipo de la rica americana de intachable moral. Melena rubia y lisa, que sería una de sus señas de identidad, con semirrecogidos con dos mechones sueltos o dos inocentes trenzas, acompañadas de un maquillaje muy natural. Una piel inmaculada, un sutil colorete y unos labios nude para dar esa imagen de ingenuidad.
Estética grunge
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Aunque en muchas de sus apariciones, Reese parecía una modelo sacada de un catálogo de Ralph Lauren, en ocasiones, experimentaba con una imagen más rebelde y desenfadada. La década de los 90 nos dejó grandes looks para el recuerdo, inspirados en el auge de la estética grunge, a manos de Nirvana. En los primeros años de su veintena, la joven actriz coqueteó con algunas de las tendencias que marcaban la época. Desde los moñitos (o space buns) que tanto puso de moda Gwen Stefani, cantante por entonces de la banda No Doubt y con los que también se atrevió Laura Escanes, hasta delineados oscuros y sombras difuminadas.
De hecho, hace unos años, la actriz no dudó ni un segundo en compartir su viaje al pasado con una de sus posados más memorables. Y, no solo eso, si no que el texto que acompañaba daba muchas pistas sobre su inspiración: «Ahhh… estilo de los 90. Revisando algunas fotos antiguas, bastante segura de que Gwen Stefani es responsable de este peinado, Drew Barrymore inspiró estas cejas y Jared Leto es responsable de mi choker de cuero».
El lip combo de los 90
Si hay algo que representa la belleza de esta década son los labios perfilados en tonos marrón o ciruela. Y Reese era una fan absoluta de este overlip tan legendario. Otra de sus grandes abanderadas era Cindy Crawford que, por entonces, además de ser una de las top models del momento, también era la imagen de la firma Revlon. En plena nostalgia noventera, esta marca ha resurgido con su clásico best seller y las redes se llenaron de vídeos con el paso a paso para conseguir este lip combo que también lucieron Jennifer Aniston, Courteney Cox o las cantantes Victoria Beckham y Christina Aguilera.

El perfilador ‘Spice’ de M.A.C Cosmetics era el favorito de las celebrities de los 90 para conseguir un overlip natural y un efecto de labios gruesos y voluminosos.

Cremoso y efecto brillo, así era el best seller de Revlon, Super Lustrous Lipstick. Los tonos Rum Raisin (535) y Berry Rich (510) eran algunos de los favoritos.
Una rubia muy legal
Lo que iba a ser una tonta comedia adolescente se acabó convirtiendo en película de culto. Además de contar con una brillante Jennifer Coolidge —ahora reconocida gracias a su papel en las primeras temporadas de White Lotus—, las dos entregas de Una rubia muy legal (2001 y 2003) contaban con todos los ingredientes para ser un éxito atemporal. Más allá de su (aparente) superficialidad y estética Barbiecore, el personaje de Elle Woods se ha acabado convirtiendo en un icono de la cultura pop. No solo por su peculiar gusto para la moda, sino también porque desafío los prejuicios tanto dentro como fuera de la pantalla, sirviendo de inspiración para muchas mujeres. Un guion brillante que, tras frases pegadizas y una comedia desternillante, ahonda en temas como el feminismo, la sororidad y el machismo en espacios académicos.
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Fan absoluta del rosa en todas sus tonalidades, la moda se lleva gran parte del protagonismo en la escena. Tanto que la propia Witherspoon se quedó con gran parte del vestuario… Sin embargo, la belleza también tiene un papel crucial en la vida de Elle Woods. Sus labiales fucsia, su pasión por el gloss, sus sombras de ojos en azul celeste —otro must en las décadas de los 90 y los 2000— y larga colección de peinados. Desde la mítica coleta baja a un lado con boina incluida al tupe que tantó marcó los principios de los 2000 como sus accesorios coquette como lazos, cintas y flores.
Un look de Oscar

En 2006, Witherspoon ganó el Oscar a Mejor actriz por su papel protagonista en la película En la cuerda floja (2005), un biopic sobre la vida del legendario músico Johnny Cash donde compartía pantalla con el también oscarizado Joaquin Phoenix. Para interpretar a la pareja del cantante, June Carter Cash, se tiñó el cabello de un marrón chocolate. Un cambio radical que impactó al público, a pesar de que, irónicamente, la actriz no es rubia natural, sino castaña. Porque, si algo nos demostró este artículo sobre colorimetría, es que no siempre tu color de cabello natural es que más te favorece.
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Sin embargo, para recoger la estatuilla volvió al rubio que tanto amamos. Lo acompañó con un recogido bajo con raya en medio y aire desenfadado, y un maquillaje muy jugoso con un rubor a juego con sus labios rosados. Aunque lo que sigue recordando años después es el vestido que eligió para su gran momento: un Christian Dior de 1957 comprado en una tienda vintage en París, en tono champagne con cientos de cuentas bordadas a mano. Un look clásico, refinado y sin excesos, que engasta perfectamente con su elegancia natural.