Hay pieles tan agradables al tacto que, aunque no sean ‘nuevas’ ni lavadas con Perlan, son tan suaves que parecen una fantasía. Esto parece un oasis, sobre todo para quienes tienen la piel de fresa. Esas protuberancias rojas en la piel, frecuentes en las piernas y en los brazos, que no solo son antiestéticas, sino que también causan picor, son conocidas técnicamente como queratosis pilar. Aunque no es dañina, sí es molesta, y lo bueno es que sabemos cómo tratarla para pasar de una piel de fresa a una piel de porcelana.
¿Qué es la queratosis pilar?
Queratosis pilaris es el nombre científico, y un tanto bárbaro, de estos pequeños granitos que a veces encontramos en la parte posterior de los brazos, pero también en los muslos, las nalgas e, incluso, en la cara. La queratosis pilar, una afección cutánea antiestética pero completamente inofensiva, es muy común y que afecta, aproximadamente, a una de cada cuatro personas, en su mayoría mujeres.
La queratosis pilar suele aparecer en los primeros diez años de vida, se vuelve más pronunciado en la adolescencia -durante el período de la pubertad- y en los adultos jóvenes, antes de atenuarse o desaparecer alrededor de los 30 años. Sin embargo, puede persistir o reaparecer más allá de los 30 años. En la mayoría de los casos, las personas afectadas tienen antecedentes familiares y suele acompañar a otras enfermedades de la piel, como la dermatitis atópica.
«A este antiestético efecto se lo conoce de muchas maneras. Hay quien lo llama piel de gallina, también piel de fresa por su parecido con las pepitas de la fruta, pero su nombre más técnico es queratosis pilaris, aunque mucha gente ni sabe identificar que la padece. Es una condición genética folicular de la piel muy habitual causada por una acumulación de queratina en los folículos pilosos», señala Raquel González, cosmetóloga y directora de formación de Perricone MD.
¿Por qué se produce la piel de fresa y qué tipos existen?
La queratosis pilar está relacionada con una acumulación de queratina en los folículos pilosos de la piel. Tanta, que produce ese efecto rugoso. Y ahora la duda es: ¿qué es la queratina? Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8 lo explica. «La queratina es una proteína que se encuentra en la piel, el pelo y las uñas y, en el caso de que exista una sobreacumulación, puede obstruir los folículos pilosos y, como consecuencia, aparecen esas protuberancias ásperas características de la queratosis pilaris que se pueden llegar a irritarse y adquieren un color rojizo, como el de las fresas».
Para saber identificarla, has de conocer los tres tipos de queratosis pilar:
- Queratosis pilaris roja: es una queratosis simple, acompañada de enrojecimiento e inflamación.
- Queratosis atrófica: hace que el cabello se vuelva más raro porque los poros están bloqueados.
- Queratosis adquirida: es causada por otra condición dermatológica, como psoriasis o eccema.
¿Se puede eliminar la queratosis pilar?
Existen tratamientos que mejorarán el aspecto de la piel, pero no harán que la queratosis pilar desaparezca por completo. Los resultados son suspensivos y, por lo tanto, no definitivos. Por otro lado, el sol y el verano, así como un clima cálido y húmedo, limitan y mejoran la queratosis. Los tratamientos existentes se basan en la utilización de activos como la urea y el ácido salicílico. También se recomiendan los ácidos de frutas y si el malestar estético se vuelve demasiado importante, someterte a un peeling médico.
No obstante, para mejorar el aspecto de la piel debes seguir una rutina de belleza estricta y religiosa. El primer paso es exfoliar la zona, al menos, una o dos veces por semana porque «ayuda a suavizar y reducir la apariencia de las protuberancias en la piel, eliminando el exceso de queratina», como aconseja Raquel González. Eso sí, es importante tener en cuenta que la exfoliación en exceso puede irritar y dañar la piel, sobre todo si se trata de una piel sensible o propensa a la sequedad.
La hidratación también es clave cuando se padece de queratosis pilar. «Para mantener la piel suave, es esencial hidratar y prevenir la acumulación de queratina. En este caso, las cremas hidratantes ricas y nutritivas, además de los aceites serán las grandes aliadas», señala Marta Agustí, experta en belleza de la tienda online de cosmética nicho Pure Niche Lab.
Productos recomendados para mejorar la piel de fresa
Body Cream de Omorovicza. Se trata de una crema corporal rica, nutritiva y renovadora que hidrata y mejora el aspecto general la piel y aporta nutrición gracias a la combinación de aceite de semilla de albaricoque rico en vitamina A. También cuenta con aceite de semilla de ciruela para restaurar y mejorar la flexibilidad de la piel; manteca de karité, encargada de nutrir y ayudar a aumentar el contenido en lípidos de la piel y pectina de manzana, sumamente humectante.
Exfoliante corporal de coco de Deliplus. Este producto a base de partículas de coco elimina de una manera suave y respetuosa las células muertas y las impurezas de la piel. Su contenido en aceite de jojoba hace que también deje la piel hidratada y nutrida. ¿El resultado? Una piel con una textura más suave, sedosa y confortable. Su fórmula se completa con manteca de karité y aceite de tsubaki, con una acción emoliente; y vitamina E, con un alto poder antioxidante para proteger la piel.
Blemish Control Pads de Medik8. Se trata de unas almohadillas clarificantes con un 2% de ácido salicílico que combaten los brotes y cuidan la piel.
Exfoliante Corporal 10 % AHA de Paula’s Choice. Este exfoliante corporal sin aclarado de textura cremosa y ligera contiene AHA a una concentración del 10 % que elimina de manera suave pero eficaz las células muertas acumuladas para revelar una piel más suave y radiante. También ayuda a mejorar la apariencia de la piel áspera y con imperfecciones en brazos y piernas, dejando la piel suave e hidratada.
Loción corporal 10% urea pura Deliplus. Esta crema corporal de Mercadona con 10% de urea es perfecta para personas con pieles muy secas, con rugosidades o psoriasis. Su formulación hidratante y exfoliante, repara intensamente y reduce la sensación de tirantez y pico causada por la sequedad.