Si ves pequeños puntos blancos o gris claro en la nariz, las mejillas o la barbilla, podrías pensar que son puntos negros. Pero, si has buscado en Internet información sobre ellos, es probable que también te hayas encontrado con algo llamado… filamentos sebáceos. Entonces surgen las dudas sobre cómo se diferencian y si los productos para puntos negros pueden funcionar también para los filamentos.
Los puntos negros y los filamentos sebáceos se confunden fácilmente porque generalmente aparecen en las mismas zonas de la cara. Pero aunque parecen lo mismo… son dos afecciones cutáneas diferentes. Vamos a descubrir qué son, cómo diferenciarlas y… ¡cómo deshacerte de ellas! Aunque, honestamente, son dos de las imperfecciones en el rostro que más tiempo puede llevar de eliminar.
¿Qué son los puntos negros?
Los puntos negros, también llamados comedones, son una forma leve de acné que se puede identificar fácilmente en la piel. Se trata de una leve obstrucción de los poros causada por el propio sebo de la piel y por partículas de polución, maquillaje o residuos de otros productos. El sebo es una sustancia grasa destinada a lubricar la piel e impedir que las bacterias penetren dentro de la epidermis. Además, crea una barrera protectora grasa que impide la pérdida de agua y limita la entrada de sustancias en la piel.
Como su nombre indica, los puntos negros son de color oscuro y tiene un ligero relieve, pero no están inflamados y no duelen al tocarlos como sí es el caso de los granitos. Suelen manifestarse en la parte central del rostro, pero también pueden aparecer en la espalda, pecho, cuello, brazos u hombros. ¿Por qué son difíciles de tratar? Porque estos poros obstruidos por una cantidad excesiva de sebo, mezclada con suciedad y células muertas, se oxidan cuando este entra en contacto con el aire, de ahí su color negro.
Causas de los puntos negros
Así pues, los puntos negros se originan por la obstrucción de los folículos capilares. Estos folículos contienen glándulas sebáceas que producen sebo para ayudar a mantener la suavidad de la piel. Y además, son el orificio de salida de los pelos que recubren nuestra piel. Cuando las células muertas de la piel y el sebo se acumulan, forman un tapón que se vuelve de color negro al entrar en contacto con el aire, es decir, cuando se oxida. Es lo mismo que ocurre cuando dejamos fruta cortada al aire, se oxida y cambia de color.
Una de las causas de la aparición de los puntos negros es la falta de una rutina de cuidado facial. No usar protección solar a diario también provoca una acumulación de sebo en la piel que se oxida y da lugar a los puntos negros. Además, la polución, una piel deshidratada y otros factores como dejar restos de maquillaje sobre la piel pueden provocar la aparición de este tipo de acné.
¿Qué son los filamentos sebáceos?
Los filamentos sebáceos son formaciones naturales de sebo que se ven como pelos minúsculos y que tienen una función especial: canalizar el flujo de grasa a lo largo del revestimiento de los poros en los que se encuentran. Estos filamentos son una parte natural de la estructura del folículo de la piel. Sin embargo, si tu piel es grasa o si tus poros son grandes y tienen tendencia a obstruirse, es más probable que se hagan muy visibles, sobre todo en la nariz y en la barbilla.
Un filamento sebáceo se hace más y más visible a medida que el revestimiento del poro se llena de sebo. Y puede o no convertirse en un punto negro: el factor determinante es si el citado sebo en el revestimiento de los poros se expone al oxígeno y, por ello, oxidándose, oscureciéndose y convirtiéndose en un punto negro.
¿Son entonces un paso previo hacia la aparición de puntos negros? Pues sí. Y para localizarlos, miras la nariz y si tienen un tono claro, gris claro o amarillo, los has localizado. Sin embargo… nunca se pueden eliminar por completo. Se pueden afinar retirando el sebo que acumulan, pero volverán a engrosarse poco después, generalmente alrededor de 30 días (o menos en el caso de las pieles muy grasas). Todos y todas tenemos filamentos sebáceos y es algo completamente natural.
Productos para tratar ambos problemas
A continuación, te recomendamos diversos productos para mantener a raya tanto los poros negros como los filamentos sebáceos y, ante todo, para conseguir una higiene facial óptima que evite su proliferación.
La espuma de limpieza facial
Atención a la firma argentina Naturalú Cosmetics y su Cleansing Facial Foam. En su composición incluye el agua de rosas, el hamamelis, el ácido hialurónico y la centella asiática. Al usarla diariamente se aplica la cantidad deseada sobre las manos húmedas y luego se masajea en el rostro durante un minuto aproximadamente, luego se enjuaga con abundante agua y se continua con el resto de la rutina de belleza.
El tónico facial exfoliante
La firma The Ordinary propone su Glycolic Acid 7% Toning Solution, una solución tónica con suaves propiedades exfoliantes. A través de ella se obtiene una piel luminosa mejorando además su textura y su tono desigual. Su fórmula contiene una concentración de 7% de glicol, que es un buen alfahidroxicloro, y un derivado vegetal de peperbessen de Tasmania. Pero no es aconsejable para pieles sensibles, escamosas o dañadas.
Las tiras faciales limpia poros
La marca Doctor San ha creado unas tiras para eliminar puntos negros y están a la venta en Mercadona. Antes de aplicarlas hay que lavarse el rostro con agua y jabón para asegurarse de que no haya restos de maquillaje o cremas sobre la piel. Para que la tira se adhiera a la nariz es imprescindible que la zona esté mojada. Una vez aplicada y tras 10-15 minutos, la tira se seca y se retira despacio y con cuidado desde los bordes hacia el centro.
La mascarilla anti poros semanal
La firma Innisfree ha creado su mascarilla reductora de poros Super Volcanic Pore Clay Mask con arcilla, rocas volcánicas y AHA. Después de la limpieza, se aplica la cantidad deseada en todo el rostro o en zonas específicas donde los poros sean visibles. Se deja actuar 10 minutos o hasta que se seque el producto. Luego se aclara suavemente con agua tibia, masajeando con movimientos circulares. Se puede usar 1 o 2 veces por semana.