Tras adentrarnos en el ámbito de los perfumes wellbeing y descubrir su capacidad para elevar el nivel de la salud neuronal, es hora de profundizar en la cosmética… desde el mismo punto de vista. Quien dijo que la belleza es solo algo superficial… jamás ha oído hablar de la neurocosmética. En la actualidad, la conexión entre la piel y la mente es una de las tendencias más importantes en lo que respecta al cuidado personal. Y los efectos fisiológicos de las fórmulas neurocosméticas con potencial emocional se alinean con el auge que experimenta el ámbito del bienestar y se posicionan a la vanguardia de la innovación en la industria de la belleza.
La neurocosmética se refiere a una categoría especializada de productos para el cuidado de la piel diseñados para interactuar con su sistema nervioso. Se trata de un enfoque innovador en las formulaciones del ámbito skincare que se centra en la intrincada relación entre la piel y el cerebro, a menudo denominada «eje piel-cerebro». Ambas partes de esta sinergia están conectadas a través de un sistema que, por lógica y en los últimos tiempos, no deja de evolucionar con la ayuda de la ciencia. Y por ello, no deja de sorprender cuando se implementa en cierto nivel de firmas beauty.
La fascinante piel que nos envuelve
La piel no solo es una barrera impermeable que protege nuestro cuerpo de factores ambientales dañinos e invasiones microbianas. Es uno de los órganos más grandes del cuerpo, con su propio sistema inmunitario y una vasta red de células nerviosas que se comunican directamente con el cerebro y pueden detectar y responder ante diversos factores.

Como órgano sensorial y protector, la piel es capaz de percibir (y de regular) el tacto, el dolor, el calor y el frío. Esto es posible gracias a su densa red nerviosa, compuesta por diferentes tipos de receptores y fibras, y ubicada en la dermis. A través de ella, la piel percibe diversos estímulos y transmite esta información sensorial al cerebro para su procesamiento.
Dicho todo lo anterior y volviendo al tema central que nos ocupa, la neurocosmética va más allá de la función tradicional de mejorar la apariencia de la piel, esa función que atiende únicamente a problemas superficiales (pero importantes, claro) como las arrugas o la deshidratación. ¿Su principal objetivo para ampliar su efecto y marcar la diferencia? Prolongar la salud y el bienestar de la piel mediante el uso de ingredientes específicos que influyen en los receptores neuronales de la piel.
Los receptores que todo lo perciben
Los citados receptores detectan diferentes desencadenantes, como la temperatura, la presión y el dolor, creando sensaciones curativas como frescor, calor o alivio del malestar. Teniendo en cuenta su ubicua presencia, los ingredientes sensoriales que utiliza la neurocosmética pueden provocar experiencias placenteras que influyen tanto en la percepción sensorial de la piel como en la eficacia percibida del producto por parte de la persona que se lo aplica.
Sin embargo, cuando estos productos activan los receptores cutáneos, pueden modular las funciones celulares y afectar directamente las terminaciones nerviosas. De este modo, las células neuronales especiales de la piel pueden activarse por el estrés o la irritación, liberando neurotransmisores (sustancias químicas) que alteran la apariencia y la textura de la piel. Y esto puede deteriorar la función barrera de la piel y afectar nuestro estado de ánimo mediante la liberación de hormonas como el cortisol.
La neurocosmética y su gran versatilidad
Los ingredientes que forman parte de las formulaciones en la neurocosmética se comunican entre sí. Son versátiles y trabajan activamente para reducir la inflamación y relajar los músculos de expresión. ¿El resultado más inmediato? Proporcionar una piel más suave y unos niveles más equilibrados del citado cortisol. Un buen ejemplo son los neuropéptidos, moléculas especializadas que pueden imitar los procesos naturales del organismo… como los que atenúan las señales nerviosas que liberan neurotransmisores.

Por otra parte, estimular los sentidos a través del olfato y el tacto de un producto también puede tener un impacto positivo en el sistema nervioso y el bienestar. Por ello, los ingredientes táctiles y olfativos que pueden influir en la textura y el aroma de los productos desempeñan un papel importante en el impacto sensorial de la neurocosmética, influyendo en los niveles de estrés y generando emociones positivas mediante la estimulación. En este sentido, una experiencia multisensorial en el cuidado de la piel puede (o debe) incluir una aromaterapia adecuada para mejorar el estado de ánimo.
En resumen, los ingredientes neurocosméticos pueden modular las sustancias químicas esenciales de la piel de forma similar a las sustancias químicas cerebrales naturales del cuerpo. Y esto puede ayudar a prolongar la vida de las células cutáneas y mitigar su respuesta al estrés y la inflamación. Como resultado, proporcionan beneficios antienvejecimiento al penetrar la barrera cutánea y actuar superficialmente.
Gracias a ello, el campo de la neurocosmética se expande a medida que avanza la investigación científica y las tecnologías innovadoras. Y a medida que crece el interés entre los y las beauty lovers por este tipo de soluciones para la salud de la piel. Pero atención, la selección de ingredientes es clave en ellas y existen numerosas maneras de incorporarlos a una formulación. A continuación, desde VIBE recomendamos cuatro propuestas que cumplen con un alto nivel de exigencia al respecto.

El sérum booster 03 de Facialderm es un concentrado para pieles maduras con acción despigmentante gracias a la niacinamida y a la vitamina C. Reduce y aclara las manchas existentes, protege para que no aparezcan nuevas, unifica el tono e ilumina el rostro. Además, contiene neurophroline, un activo que inhibe el cortisol para rebajar el estrés y aportar bienestar en el plano epiteliar y neuronal.

La crema corporal The MicroMilk de NeuroSkinFeeds es ultra ligera, de rápida absorción y puede emplearse diariamente para combatir la piel seca, sensible y deshidratada. Contiene aceite de semilla de camelina sativa, CBD, aloe vera y manteca de karité. Todo ello para hidratar, restaurar la barrera natural de la piel y ejercer un efecto positivo sobre el bienestar mental.

La mascarilla capilar Kerasin HB de Neurone Cosmetics contiene poderosos ingredientes como el ácido hialurónico, la keratina, la biotina y proteínas que ayudan a fortalecer el cabello dañado. Y aparte está creada para generar bienestar y placer al absorberse, olerse y tocarse. ¿Cómo? Fomentando la producción de endorfinas que contribuyen a que el cuerpo mantenga su armonía y equilibrio.

La colección de fragancias Emotions de Charlotte Tilbury tiene el respaldo de la neurociencia y está potenciada por moléculas emocionantes. Estas tienen superpoderes invisibles que permiten plasmar los sueños y liberar las emociones. Se trata de seis aromas creados por prestigiosos perfumistas que tienen el objetivo de hacer sentir, apelando al sistema nervioso a través de la piel y del olfato.