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La contaminación olfativa: ¿qué es y cómo nos puede afectar en el día a día?

¿Estás preocupada porque no terminas de percibir (y disfrutar) el aroma de tu fragancia habitual? ¿Y piensas que no interacciona bien con tu piel o que sufres algún trastorno al oler? La contaminación olfativa, también conocida como contaminación odorífera, puede ser la razón de ello y hace referencia a la presencia de moléculas con olores desagradables en el aire que pueden causar molestias a determinadas personas que las perciben.

A diferencia de otros tipos de contaminación, como la del aire o del agua, la contaminación olfativa no está tan estrictamente regulada porque no existen límites claros sobre lo que constituye un olor desagradable. Sin embargo, es un hecho constatado que puede tener un impacto significativo en la calidad de vida, provocando no solo que ya no aprecies tu perfume como antes, también a través de molestias como dolores de cabeza, náuseas y vómitos, irritación de ojos, nariz y garganta, estrés y ansiedad (incluso depresión) o trastornos del sueño.

La contaminación olfativa puede causar dolores de cabeza, estrés o trastornos del sueño en el día a día.
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Sin embargo, nuevas investigaciones están empezando a revelar la verdadera magnitud (y el daño potencial) de la contaminación que respiramos todos los días. En la parte inferior del cerebro, justo encima de las fosas nasales, se encuentra el bulbo olfatorio. Este sensible tejido está repleto de terminaciones nerviosas y es esencial para la imagen del mundo que obtenemos a través de nuestro sentido del olfato. También es nuestra primera línea de defensa contra los virus. Pues bien, con la exposición repetida ante la contaminación medioambiental, se está desgastando lentamente o terminando por dañar.

Visto lo visto, la pregunta es: ¿comienza a ser fundamental reconocer que la contaminación olfativa es un problema medioambiental y de salud pública que requiere la colaboración entre autoridades, empresas y ciudadanos para abordarlo de manera efectiva? Sin duda alguna, la respuesta es «sí y, por favor, cuanto antes».

¿Cuáles son las principales fuentes de contaminación olfativa?

Según la National Library of Medicine norteamericana, la disfunción olfativa afecta a millones de personas en todo el mundo. La exposición a contaminantes transportados por el aire denominados PM2,5 se ha relacionado con esta disfunción, probablemente debido a la susceptibilidad anatómica que el nervio olfativo tiene ante el medioambiente. Teniendo en cuenta esto, en la actualidad la contaminación olfativa proviene principalmente de:

  • Actividades industriales: como refinerías de petróleo, fábricas químicas y plantas de tratamiento de residuos.
  • Actividades agrícolas: como la ganadería, determinados cultivos y el uso de fertilizantes y pesticidas.
  • Vertederos de residuos: que contienen residuos domésticos, comerciales e industriales.
  • Plantas de tratamiento de aguas residuales: donde se procesan las aguas residuales domésticas e industriales.
  • Sistemas de alcantarillado: donde se producen fugas que pueden liberar gases malolientes.
  • Tráfico vehicular: por el que se producen gases de escape de los vehículos, especialmente en zonas urbanas.
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Teniendo en cuenta todo lo anterior, ¿existen medidas para prevenir y controlar la contaminación olfativa? Por supuesto, y serían (o deberían ser) las siguientes:

  • Implementación de tecnologías avanzadas de control de emisiones: para minimizarlas en actividades industriales y agrícolas.
  • Gestión adecuada de residuos: para evitar la formación de olores desagradables.
  • Mantenimiento de sistemas de alcantarillado: para prevenir fugas.
  • Planificación urbana adecuada: para ubicar las fuentes de olores lejos de las zonas residenciales.
  • Educación medioambiental: para concienciar sobre la importancia de prevenir la contaminación olfativa.

¿Cómo te puedes proteger de la contaminación olfativa?

El control de la contaminación olfativa debe combinar metodologías tradicionales, tecnología avanzada, participación comunitaria y supervisión regulatoria. En un mundo en rápida urbanización, donde las áreas industriales y residenciales a menudo se entremezclan, controlar esta contaminación es imperativo para garantizar un entorno de vida cómodo y saludable en su totalidad.

La contaminación olfativa producida por el tráfico en las grandes ciudades se puede combatir con el uso de mascarillas.
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Sin embargo y a sabiendas que que todo lo anterior son, por el momento, buenas intenciones (o simplemente palabras que se las lleva el viento), es recomendable tomar las siguientes medidas a nivel particular para protegerse de esta ubicua contaminación:

  • Evitar zonas con olores desagradables y usar mascarilla.
  • Mantener las ventanas y puertas de la casa cerradas.
  • Utilizar purificadores de aire en casa o en el lugar de trabajo.
  • Consultar con médicos si se experimentan problemas de salud graves.

Por lo demás… ¿por qué no descubrir también una nueva firma que aterriza en España gracias a los expertos en perfumería de autor del espacio Linda Vuela a Río en Valencia? Con el objetivo de mitigar la sobrecarga olfativa ha surgido recientemente una firma de cosmética y perfumes llamada To My Ships (A Mis Barcos). La propuesta está dirigida «por un grupo de eminencias altamente capacitadas con muchas décadas de experiencia profesional colectiva y… una excentricidad deliberada».

El mundo puede oler mal, pero tú no tienes por qué

Con sede en Londres, el equipo de To My Ships abarca los hemisferios norte y sur, con presencia en Londres, París y Melbourne. El nombre de la empresa es un extracto de la famosa epopeya de Homero del siglo VIII a. C. La Ilíada (o, más en concreto, de la erudita traducción de Robert Fagles de 1990). Y los nombres de sus líneas de productos también surgen de la lectura de este antiguo poema griego. ¿Cómo se llama la primera de ellas? Of The Gods (De Los Dioses).

Priorizando la calidad y la responsabilidad, esta firma no solo pretende minimizar residuos e impactos medioambientales a través del diseño y uso responsable de los recursos, la aplicación de una estética sustractiva y el fomento de la reutilización, rellenado y reciclaje de envases. Y también… lucha contra la contaminación olfativa mediante la eficaz composición de su línea de desodorantes y perfumes naturales.

To My Ships

Por ejemplo, su desodorante roll-on mantiene a raya el olor de las axilas hasta por 24 horas y deja una fragancia seductora, discreta y persistente a cítricos verdes en la piel. Su eau de parfum tiene un 99,97% de fragancia de origen natural y su fórmula incluye aceites destilados de las flores de Polygonatum (una planta vivácea de sotobosque también conocida como Sello de Salomón). Y su gel limpiador para manos y cuerpo incluye perlita finamente molida para una exfoliación suave y péptidos selectos para ayudar a la desodorización.

Sin duda, con firmas así plantarle cara a la contaminación olfativa es más sencillo. Palabra de VIBE. Y mientras tanto, esperemos, que se comiencen a adoptar medidas legales y gubernamentales que realmente sean eficaces para frenarla. Ojalá sea más pronto que tarde cuando este problema se tome tan en serio como la contaminación acústica o lumínica que, por supuesto, también afecta a nuestros delicados cinco sentidos.

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