Entre la avalancha de dietas para mejorar la calidad de nuestra alimentación hay una que destaca y se ha convertido en un fenómeno mediático (y viral, claro). Se trata de la alimentación macrobiótica y no es lo que parece, es decir, no se basa en atiborrarse todos los días con cápsulas de todos los colores a la hora del desayuno.
La palabra «macrobiótica» se deriva de las palabras griegas «macro», que significa grande, y «bio», que significa vida. Y la dieta del mismo nombre fue desarrollada por primera vez por un filósofo japonés llamado George Ohsawa. Él creía en un enfoque holístico de la salud que incorpora muchos aspectos del estilo de vida, desde la dieta hasta el ejercicio físico y, cómo no, la meditación.
Al habla con una gran experta
Así pues, el principal objetivo de la dieta macrobiótica es evitar los alimentos que contienen toxinas y trabajar en armonía con la naturaleza. Teniéndolo en cuenta, hemos contactado con una experta en la materia para ampliar conocimientos al respecto. La elegida ha sido Patricia Restrepo, directora del Instituto Macrobiótico de España y futura colaboradora de la cuenta en Instagram de VIBE (que no te puedes perder, por cierto).

De manera resumida y sencilla de entender, ¿qué es la alimentación macrobiótica?
La alimentación macrobiótica se basa en los principios milenarios del yin y yang o, lo que es lo mismo, contracción y expansión. En este sentido, la macrobiótica como tal es mucho más que una dieta. Es una comprensión que considera todos los aspectos de la vida del ser humano y su relación con el medioambiente. Aplicada a la dieta, invita a tomar alimentos que tienen una perfecta relación biológica con el organismo humano. Estos fueron la base de la alimentación de las antiguas civilizaciones, tanto en Oriente como en Occidente. Tienen la capacidad de germinar, están vivos y poseen una carga biológica y energética superior. ¿Algunos ejemplos? Los cereales integrales en grano, legumbres, verduras y frutas de estación, frutos secos, algas marinas, fermentos, aceites sin refinar, edulcorantes naturales y, según la elección personal, una pequeña cantidad de proteína animal tipo pescado o productos del mar.
Patricia, ¿cómo y por qué se seleccionan este tipo de alimentos?
Se hace con productos de temporada que no hayan sido fertilizados con químicos, de producción lo más local posible. La alimentación macrobiótica tiene como principio que todo lo que ingerimos a través de la dieta debe cumplir un propósito y dejar el mínimo residuo metabólico. Por esto está relacionada con la salud, la longevidad, la creatividad, la potencia sexual, la fertilidad, el peso adecuado y equilibrado según cada constitución, la identidad única y… la felicidad.
¿Qué beneficios para el organismo proporciona este tipo de alimentación?
Lo principal es que el cuerpo empieza a cumplir sus funciones psicofísicas de manera óptima. El cuerpo es una máquina perfecta que, cuando le das lo que es apto para él, no solo potencia el desarrollo individual a todos los niveles, sino que además ayuda a recuperar la salud perdida a causa de una dieta desordenada, con alimentos extremos y un estilo de vida caótico. La practica de una alimentación macrobiótica adecuada rejuvenece interna y visiblemente, devuelve la lucidez, la visión cabal, el rendimiento físico, la curiosidad por la vida, la vitalidad y la conexión con la vida sin filtros. En dos palabras, crea conciencia… y potencia el propósito para el que individualmente fuimos creados.
Alimentos energéticos al poder
¿Qué alimentos forman parte de ella y por qué son los elegidos?
En realidad los alimentos que forman parte de la dieta macrobiótica no se diferencian mucho de los que se comían no hace más de un siglo. Son alimentos vivos, no manipulados ni industrializados, no son alimentos azucarados. Se eligen por su cualidad energética, teniendo en cuenta las necesidades personales, sexo, edad, trabajo y estado de salud. Y sus preparaciones son sencillas y deliciosas.

¿Puede plantear inconvenientes seguir este tipo de alimentación?
Las personas están muy mediatizadas, alejadas de su naturaleza biológica e influenciadas por las campañas publicitarias y el marketing de la industria de la alimentación. Por ello, cuesta hacer el cambio hacia una alimentación más real y diseñada para humanos. Algunas veces el qué dirán de las personas que, por ignorancia, desconocen los beneficios de esta conexión terminan por influir. Y las personas que comen de esta manera se pueden sentir fuera del círculo. O lo que yo llamo del «rebaño».
¿Son necesarios los suplementos alimenticios en el caso de llevar una dieta macrobiótica?
Los suplementos alimenticios deben ser la propia comida. Las algas, las legumbres, las semillas, los fermentos, los cereales integrales, la sal no refinada… todos ellos son alimentos con una riqueza orgánica poderosa. Pero es cierto que, cuando los intestinos están en muy mal estado, sugerimos algunos suplementos para sanarlos. Por lo demás, la alimentación macrobiótica se basa en un equilibrio nutricional reestructurador. Este satisface las necesidades proteicas, vitamínicas y mineralizantes y aporta hidratos de carbono de larga cadena molecular que son la base de la energía del cuerpo. Este tipo de alimentación solo ofrece ventajas, es curiosamente más económica y pone la salud en tus manos.
La consulta médica previa… esencial
¿Es esencial tener en cuenta las necesidades nutricionales de cada persona antes de apostar por esta dieta?
Es importante tener una asesoría personalizada. Un consultor o consultora cualificada debe marcar las pautas adecuadas según la condición de la persona, especialmente si tiene un problema de salud. La mayoría de las personas que acuden a una consulta de orientación nutricional macrobiótica se sanan a través de su nueva dieta y de su nuevo estilo de vida.

Por último, Patricia ¿es posible combinarla con otras dietas como, por ejemplo, la mediterránea?
La alimentación macrobiótica en el Mediterráneo es una dieta mediterránea. No es una dieta excluyente y, en sí misma, no es una dieta. Es una comprensión de lo que necesita cada persona en el lugar donde vive y de acuerdo con su condición de salud y el estilo de vida que tiene. Es lógico que si estamos en el Caribe la alimentación tendrá una tendencia hacia una dieta más frugal que si estamos en el Mediterráneo, donde se apuesta por una dieta basada en los frutos que esté dando la tierra. La paella, el arroz caldoso, la fideuà, el arroz al horno… todas estos platos son vestigios de lo que es una dieta equilibrada. A través de ellos, la alimentación macrobiótica también rescata la cualidad original de los alimentos.