Taylor Alison Swift nació el 13 de diciembre de 1989 y desde muy pequeña supo que su vida estaría unida a la música. Más que cantante, a ella siempre le ha gustado describirse como compositora. Letrista desde adolescente, utilizaba sus canciones a modo de diario personal para narrar sus amores (y desamores), miedos y sueños. Letras que no tardarían en conectar con una legión de fans —las futuras swifties— desde su primer álbum debut en 2006 hasta la actualidad. Ahora, en plena gira europea con The Eras Tour, analizamos cómo ha evolucionado su estilo —en clave beauty, por supuesto—. Así fue y es la persona más influyente del año por la revista Time.
Los rizos dorados que le acompañarán de 2006 a 2010
Natural de Pennsylvania, con su primer disco homónimo —Taylor Swift (2006)— se convertía ya en la nueva promesa del country. El género musical por excelencia del sur de Estados Unido lleva consigo una estética en sí misma muy fácil de identificar. Camisas de cuadros, faldas tejanas, vestidos fluidos y las clave de cualquier cowgirl que se precie: un sombrero vaquero y unas botas de piel. En cuestión de belleza, en esta época los rizos dorados de la joven Swift fueron su seña de identidad.
Flequillo y red lips, el nacimiendo de un estilo atemporal
En 2012 Taylor tenía 22 años y quería romper con su imagen anterior, la de inocente adolescente de melena rizada. Con su álbum Red (2012) —donde recoge algunos de sus grandes hits como All Too Well, 22 o We Are Never Ever Getting Back Together— adopta lo que se convertiría en parte del estilo de Taylor Swift recurrente: melena lisa —que la llevará tanto en versión larga como corte Bob—, flequillo recto y tupido y unos impactantes labios rojos.
Los tres labiales favoritos (y públicos) para conseguir el estilo de Taylor Swift: barra de Labios Silky Lipstick (tono Ruby Woo) de MAC, LiquiLUST Legendary Wear Lipstick (tono Elson 4) de Pat McGrath y lápiz (tono Dragon Girl) de Nars.
Sus eras (beauty) statement
Como bien sabrás si estás leyendo este artículo, la cantante ha sabido hacer de sus discos una gran estrategia de publicidad. Cada una de sus eras tiene un imaginario y una estética propia, por lo que es fácil saber qué disco estaba promocionando según la ropa, el maquillaje (y hasta la manicura) que llevaba en cada aparición pública. Y, a pesar de que todas ellas poseen un carácter y significado propio, hay dos que se han valido sobre todo de la belleza para comunicar sin palabras: Reputation (2017) y Lover (2019).
En sus primeras eras —Taylor Swift (2006), Fearless (2008) y Speak Now (2010)— no se separó de su (por entonces) icónica melena rizada y su raya al lado, imprescindible en los early 2000.
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