¿Has pensado en alguna ocasión que escribir (por puro placer, claro) es una de las actividades que más puede reconfortar tu mente? Para ello, lógicamente, hay que rodearse del ambiente adecuado. Y ese lugar en el que practicarlo para elevar el nivel de bienestar es un retiro de escritura. ¿El objetivo principal? Rebajar el nivel de ansiedad y ordenar los pensamientos y las emociones a través del acto de escribir.
Según Laura Palomares, psicóloga de Avance Psicólogos, «escribir a mano nos hace tomar perspectiva y distancia de lo que nos preocupa y de los sentimientos que nos generan ansiedad». Por otra parte, ayuda a vivir de manera más pausada, porque el hecho de pararse a escribir implica disfrutar de un momento de gran conexión, bastante íntimo. Mientras se escribe y se piensa lo que se quiere escribir se reflexiona lentamente y esto frena el habitual e intenso ritmo de la vida. Al igual que con los ejercicios de respiración se hace una pausa y se consigue conectar con el presente, escribir hace reflexionar acerca de cómo te encuentras en ese momento.
En definitiva, escribir es un saludable ejercicio manual que te ancla al presente: «Este anclaje al narrar una emoción es un ejercicio esencial. Y a ello se añade el movimiento motor de escribir la letra, de redondearla, de presionar más o menos sobre el papel, etc. Este movimiento, junto con los sentimientos que se reflexionan y narran, ayuda a sincronizar el funcionamiento de los hemisferios en el cerebro, algo que siempre es muy bueno a la hora de procesar información y sirve para rebajar la ansiedad», sostiene la citada psicóloga.
Un retiro de escritura súper energizante
En la actualidad, Hadassa Fernández Fariña reside en Madrid y trabaja como profesora de escritura creativa, además de organizar talleres, retiros y otras actividades relacionadas con la lectura y la escritura. Tuvo la iniciativa de crear el Retiro de Escritoras, hace dos años, con el fin de lograr un espacio (durante un fin de semana en contacto con la naturaleza) para reconectar, respirar y poder ser. Y está dirigido solo a mujeres porque siente que entre ellas se crea una energía inigualable y muy potente.
Según Hadassa, «las mujeres vamos a mil por hora todos los días y la mayoría anteponemos todo a lo que nos gusta. De modo que, cuando llegan al retiro, respiran y después conectan y dicen: ¿por qué dejé de escribir? Esa es la pregunta que siempre se plantea». Así pues, primero respiran porque frenan y luego conectan. Y esa conexión les da un subidón de energía que disfrutan allí. «Cuando puedes hacerlo y ves que las que están a tu alrededor también, se crea una atmósfera tan enriquecedora que al final te da algo que no tenías. Y cuando vuelves a tu casa del retiro de escritura sigues teniendo esa energía», explica Hadassa.
Para mujeres que son escritoras… y no lo son
Hadassa lo tiene clarísimo. La energía de las mujeres es muy poderosa. Es algo que ya comprobó en los primeros cursos de escritura que organizó hace ya 4 años. Cuando se dio cuenta de que, en uno de los cursos, donde estaban las mujeres solas, se atrevían a decir o manifestar cosas que, en otro grupo anterior con hombres, no. La especial empatía entre mujeres es la clave: «Es muy interesante cómo las mujeres empatizamos, aunque no nos conozcamos de nada. Me gusta mucho esa sororidad que se da en cuanto una de las escritoras pone sobre la mesa algo y las demás la acompañan. Ya sea porque lo han vivido o lo entienden. De este modo se crea una red muy fuerte que nos ayuda muchísimo en el día a día».
Llegados a este punto la pregunta es inevitable: ¿hace falta ser escritora para ir a los retiros? «No. Simplemente hace falta que te guste escribir, que te llame la atención o quieras empezar a hacerlo. Es decir, hay algo que siempre se da y es que muchas de las mujeres que vienen me dicen que, cuando ven el anuncio de Instagram o cuando descubren Retiro de Escritoras, algo se enciende en ellas». Algunas reconocen que es porque les gusta escribir y buscan este espacio regenerador para seguir haciéndolo, pero lo cierto es que… otras mujeres no saben por qué les llama y finalmente tan solo tiene que ver con su necesidad de contar.
Así pues, hay mujeres que participan en un retiro de escritura porque hay algo que les vibra dentro y quieren poder plasmarlo a través de esta expresión lingüística. Pero no hace falta tener experiencia previa, porque en este tipo de retiros se crea una sinergia única donde, tanto una mujer que ha escrito tres novelas como alguien que no ha escrito nunca, van a aprender la una de la otra. Hadassa afirma que todo ello acaba siendo muy revelador para todas. Y en VIBE, sin duda, nos lo creemos.
