Es una de las tendencias beauty que más cotiza al alza desde el pasado año. En el ámbito de la actual cosmética las texturas son uno de los elementos esenciales debido a su alta sensorialidad. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando esta cosmética apuesta por las texturas transformer? Pues que nada es lo que parece y el factor sorpresa hace acto de presencia… para bien, claro.
Aquellos cosméticos que no son lo que parecen porque tienen una textura y al aplicarla se convierte en otra forman parte de la cara lúdica de la belleza. Hace ya un par de años que se superó la división entre cremas untuosas para pieles secas y geles para las mixtas o grasas. Ahora la variedad de texturas actuales a través de sueros, brumas, geles ultraligeros, mascarillas de burbujas, cremas sólidas en polvo, aceites acuosos o espumas consiguen que la rutina de belleza sea más llevadera y, sobre todo, más apetecible.
Texturas cambiantes que cautivan al instante
Habitualmente las fórmulas sorprendentes que se esconden tras la cosmética con texturas transformer reaccionan en contacto con el agua. Son un divertido hallazgo, casi como un juego que comienza al aplicarse sobre la piel. Y su razón de ser (y de triunfar ) surge del progresivo avance hacia nuevas formas de entender los productos cosméticos, mucho más allá de la funcionalidad y de la efectividad de sus ingredientes.
Este nuevo paradigma cosmético apuesta por propuestas que, además de mantener un alto nivel de eficacia, ofrecen durante la aplicación una experiencia sensorial. Y para llegar a ocupar un lugar destacado en el ámbito beauty han sido necesarios diez años. Debido al peso de factores como la sostenibilidad o el origen natural de los ingredientes, se asumió que un producto de cosmética natural no podía tener un buen perfil sensorial y organoléptico a la vez. ¿El motivo principal? La limitación en el uso de ingredientes no considerados como naturales como, por ejemplo, las siliconas, con un perfil sensorial muy alto y evidente.
Menos mal que, en los últimos tres años, se ha logrado mejorar la sensorialidad de emolientes y otros ingredientes utilizados en cosmética natural. ¿Cómo? Gracias a la inversión en innovación llevada a cabo por los fabricantes de materias primas naturales. De este modo, se han podido igualar, casi mimetizar, el perfil sensorial de ciertos ingredientes sintéticos con materias esencialmente de origen natural.
Cosmética con un alto impacto emocional
Es un auténtico reto por parte de las marcas creadoras conseguir sorprender al público consumidor creando texturas que sean capaces de transmitir una emoción durante la aplicación. Que un cosmético pueda ser capaz de transformarse en algo distinto a lo esperado… es algo que resulta realmente complicado a nivel técnico y cautivador a nivel sensorial. Y con frecuencia, es algo que puede originar una fuerte adhesión por parte de una determinada clientela al producto en cuestión.
En este sentido, cabe destacar que la tendencia al alza en la cosmética de las texturas transformer está alineada con lo que la denominada neurocosmética. Ambos conceptos están relacionados con el bienestar a nivel holístico e integral, dando la misma importancia tanto a la parte física como a las emociones que se generan a través de la aplicación de los productos. A continuación y según la web docente Mentactiva, estas son las cuatro transformaciones más habituales:
De crema a emulsión de aceite
Hay cremas o bálsamos de viscosidad media que, al aplicarlos sobre la piel y hacer un pequeño masaje, se transforman en aceite. Ello permite masajear por más tiempo la zona dónde se está aplicando el producto. Por su alto contenido en aceites, sus fórmulas están técnicamente al límite y, al hacer presión física mediante el masaje, la emulsión se desestabiliza y se acaba «rompiendo» sobre la piel, liberando todo el aceite sobre su superficie.
De gel a loción acuosa
En este caso las emulsiones de fácil ruptura poseen una fase interna con agua en una proporción más grande de lo habitual. Esto, al igual que anteriormente, hace que al aplicar el producto también se desestabilice. Y al ocurrir se libera el agua en forma de gotas proporcionando la sensación de una textura muy acuosa. Se trata de lociones con poca extensibilidad debido a la poca concentración de aceite que contienen, pero a nivel sensitivo son capaces de proporcionar mucha frescura.
De mousse a polvo
La cosmética de texturas transformer que se convierten en polvo se suelen utilizar para productos que aportan color como algunos maquillajes. Durante la aplicación se ve y se siente como desaparece prácticamente toda la mouse encima de la piel, transformándose en polvo y dejando únicamente la tonalidad de color deseada. En cosmética natural, aunque existen limitaciones, este tipo de texturas se consiguen usando almidones, mantecas y ceras modificadas.
De aceite (o gel) a leche
Este tipo de textura cambiante se utiliza especialmente en la formulación de productos de eliminación, como geles de baño, limpiadores o mascarillas faciales. Son productos que contienen un alto porcentaje de aceites, donde el emulsionante o compuesto tensoactivo es el ingrediente clave. A veces, este tipo de formulaciones oleosas pueden gelificarse y el producto de partida es gel en vez de aceite, por tanto, la transformación será de gel a leche.
