Cosmética biomimética, sinestésica, bioguiada… la belleza se renueva de manera inteligente

La terminología beauty no deja de sorprendernos cada temporada. Y la belleza inteligente se ha posicionado como uno de los ámbitos que más se están desarrollando a través de los laboratorios expertos en desarrollo e innovación. Sin embargo y habitualmente, este tipo de belleza puede referirse a dos conceptos distintos.

Por una parte , reivindicando una filosofía personal que integra las cualidades internas con la apariencia externa. Esta filosofía enfatiza el amor propio, la autenticidad y la confianza, considerando la belleza como una cualidad interna y holística, más allá de la apariencia física. Y por otra parte, puede hacer referencia al uso de la inteligencia artificial en la industria cosmética para crear productos y experiencias como el análisis personalizado de la piel y el cabello a través de tecnología creada para ello.

La tecnología más innovadora es clave para el desarrollo de la nueva belleza inteligente.
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Pues bien, aparte de los dos enfoques citados hay algunos otros que están vinculados al primero de ellos y no dejan de hacer ruido a través de las redes sociales. Se trata de conceptos que amplían la tradicional tipología de la belleza y proponen nuevas formas de crear tratamientos y, por ende, de formular productos con la intención de proporcionar experiencias realmente innovadoras. Veamos a continuación cómo son estas perspectivas de la belleza inteligente que nos parecen fascinantes.

La cara biomimética de la belleza inteligente

En un mundo donde la ciencia avanza a pasos de gigante y la naturaleza sigue siendo la mejor maestra, surge una propuesta que lo fusiona todo con un encanto casi mágico: la belleza biomimética. No es ciencia ficción, sino cosmética inteligente que se inspira directamente en los mecanismos más sorprendentes de la vida natural. ¿La clave de su desarrollo? Observar cómo actúa la naturaleza (cómo una flor o una planta se regeneran, cómo una serpiente paraliza sin dañar, cómo el cactus sobrevive en el desierto) y replicar esa sabiduría a través de fórmulas que cuidan, reparan y rejuvenecen la piel con gran precisión.

De las plantas y flores se aprende para crear cosméticos que las imitan y forman parte de la nueva belleza inteligente.
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Este enfoque responde a un deseo profundo: volver a confiar en lo natural, sin renunciar a la eficacia. Está constituido por tratamientos que entienden cómo funciona nuestro cuerpo, que hablan su mismo idioma y que trabajan con él, no contra él. Así es como se ha creado una nueva generación de productos que, por ejemplo, no «atacan» las arrugas, sino que las suavizan inteligentemente. O no «tapan» imperfecciones, sino que las transforman desde dentro.

Entre los grandes protagonistas de la revolución biomimética se encuentra un tripéptido inspirado en el veneno de serpiente (y patentado con el nombre de SYN-AKE). Este ingrediente no solo sorprende por su origen exótico, sino por su gran capacidad para relajar los músculos faciales y reducir visiblemente las arrugas. Se trata de una tecnología en cosmética que no necesita una sola aguja y cuyo ADN proviene directamente de la madre naturaleza. Y la firma española Armonía Cosmética Natural lo ha utilizado para su línea Lifting Effect que incluye sérum, contorno de ojos y crema facial. ¿Su punto fuerte? Relaja las microcontracciones y alisa visiblemente las arrugas.

Sentidos a flor de piel con la belleza sinestésica

¿Qué ocurre cuando la belleza inteligente no solo aborda las necesidades de la piel, sino que también estimula los sentidos? Surge un enfoque sinestésico que hace referencia a la unión de sensaciones. Se trata de un fenómeno neurológico en el que la estimulación de un sentido conduce automáticamente a una percepción en otro sentido distinto. Algo así como ver sonidos, escuchar colores o sentir sabores. Y atención, su origen proviene de la literatura como figura retórica para enfatizar un texto.

La belleza sinestésica va un paso más allá de lo que propone la cosmética sensorial. Esta última cuida las formulaciones para disfrutar del tacto y de la experiencia con los productos en la piel, mientras que la perspectiva sinestésica engloba un todo y no se centra solo en la textura. Relaciona una crema con el tacto de un animal, con el olor de un postre o con la observación de una lluvia de estrellas en una noche de verano. Porque sentir es el auténtico lujo en la actualidad.

Centro de belleza Maribel Yébenes

Centros de belleza tan renovadores como el Maribel Yébenes Experience Center en Madrid ofrecen la posibilidad de disfrutar una experiencia estética inmersiva de los cinco sentidos. Denominada My Blissfulness, combina la elegancia y la innovación en el ámbito de la belleza y el bienestar. Con un enfoque totalmente personalizado, se proporciona una sesión integral sensitiva que compagina tratamientos para el cuidado de la piel y masajes relajantes con procedimientos de medicina estética de vanguardia. Y, tras todo ello, el centro también ofrece asesoramiento sobre productos de belleza exclusivos y de autor.

Desde dentro hacia fuera: la belleza bioguiada

Por último cabe destacar un tipo de belleza inteligente que incide en un enfoque integral del cuidado personal que fusiona la belleza externa con la salud interna, usando productos naturales, orgánicos y sostenibles. Al hacerlo, es inevitable que apueste por interaccionar con ámbitos que cotizan al alza como la nutricosmética y el mindfulness. ¿El objetivo final? Disfrutar de un bienestar profundo, respetando el cuerpo y el planeta, yendo más allá de lo superficial hacia una salud radiante desde adentro. ¿Un buen lugar para descubrirlo? El centro de ecoestética Vanessa Molina en Valencia, experto en tratamientos sostenibles.

Centro de belleza Vanessa Molina

Así pues, esta belleza muestra un camino que abraza lo biológico y natural, guiando las elecciones hacia lo que es bueno para una misma y también para el medioambiente. De este modo, se promueve la armonía y la vitalidad. ¿Cuáles son las bases de esta belleza bioguiada? Las siguientes:

  • Cosmética natural y sostenible: muestra preferencia por productos libres de parabenos, veganos, cruelty-free y con certificaciones ecológicas, elaborados con ingredientes botánicos.
  • Cuidado integral (Inside-Out): combina rutinas externas para piel, cabello y cuerpo con suplementos nutricionales (nutricosmética) para mejorar la salud desde dentro (inmunidad, hormonas, huesos).
  • Conexión con la naturaleza: valora la flora, aprende de las plantas y usa sus beneficios a través de propuestas que rescatan la «belleza ignorada» de la vegetación común.
  • Mindfulness y conciencia: presta atención plena a cada paso de la rutina de belleza (texturas, olores, sensaciones) para un mayor disfrute y una mayor paz interior.
  • Salud y bienestar: entender que la belleza es un reflejo de la salud general y un acto de amor propio, no solo una cuestión estética. 

Naturaleza, sentidos, wellbeing… todo ello impulsa la creación de una nueva belleza basada, cómo no, en una nueva generación de cosméticos. Atrás se van quedando los tradicionales que se diseñaron, exclusivamente, para desempeñar una única misión. Ahora triunfan los productos multifuncionales, capaces de estimular los sentidos o el ritmo celular para proporcionar resultados inmediatos y… una experiencia placentera que eleve considerablemente el nivel de bienestar.

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