Atención al dato. Las alergias solares no son en realidad una alergia como tal. Suena contradictorio pero no lo es. En el amplio espectro de las alergias no se han catalogado como tales… por el momento. Sin embargo, sus síntomas son bastante parecidos a los de otras afecciones cutáneas de origen alergológico, provocando enrojecimiento, picores, escozor e incluso pequeñas ampollas.
Así pues, a pesar de su nombre, la «alergia solar» no es realmente una alergia producida por el sol. Según el área de salud de la Universidad de Harvard, son unas reacciones del sistema inmunitario en la piel desencadenadas por la luz solar y suelen causar erupciones rojas con picazón. ¿Dónde se manifiestan cuando aparecen? En el escote, el dorso de las manos, la cara externa de los brazos y la parte inferior de las piernas. En raras ocasiones, este tipo de reacción cutánea puede ser más grave, produciendo pequeñas ampollas que incluso pueden extenderse por el resto del cuerpo.
Alergias solares: tipología y síntomas
Queda claro que las alergias solares se desencadenan por cambios en la piel expuesta al sol. No se sabe con certeza por qué el cuerpo desarrolla esta reacción. Sin embargo, el sistema inmunitario reconoce algunos componentes de la piel alterada por el sol como «extraños» y, a continuación, el cuerpo activa su mecanismo de defensas contra ellos. Esto produce una reacción alérgica que se manifiesta en forma de sarpullido o, en raras ocasiones, algún otro tipo de erupción cutánea.

También es necesario advertir que las alergias solares se presentan solo en ciertas personas fotosensibles y, en algunos casos, pueden desencadenarse con tan solo unos breves momentos de exposición al sol. Y por último, también hay que añadir que algunas formas de alergia solar son hereditarias. Algunos de los tipos más comunes de alergias solares son las siguientes:
- Urticaria solar: la más común de las alergias solares suele aparecer en la piel descubierta a los pocos minutos de la exposición a la luz solar y se caracteriza por la aparición de rojeces que pican. Afecta con mayor frecuencia a mujeres jóvenes y suele desaparecer en un plazo de 30 minutos a dos horas, pero cuidado… suele reaparecer al volver a exponerse al sol.
- Leucemia mieloide progresiva primaria (LEMP): suele producir una erupción con picazón o ardor en las dos primeras horas posteriores a la exposición al sol. Además, se pueden sufrir escalofríos, dolor de cabeza, náuseas y malestar general durante una o dos horas. Suele desaparecer en dos o tres días si se evita la exposición al sol.
- Prurigo actínico (LEPM hereditario): los síntomas son similares a los de la LEPM, pero suelen comenzar durante la infancia o la adolescencia. Generalmente se concentran en la cara, especialmente alrededor de los labios.
- Erupción fotoalérgica: la reacción cutánea se desencadena por el efecto de la luz solar sobre una sustancia química aplicada a la piel (a menudo, un ingrediente en protectores solares, fragancias o cosméticos) o ingerida en un medicamento (a menudo, uno con receta como los antibióticos, analgésicos y diuréticos). Suele desaparecer una vez que se identifica la sustancia química causante y se deja de usar.
Diagnósticos ante posibles alergias al sol
Si una persona tiene síntomas leves de alergias solares es posible que pueda diagnosticar el problema ella misma haciéndose las siguientes preguntas:
- ¿Tengo un sarpullido con picazón que aparece solo en la piel expuesta al sol?
- ¿Mi sarpullido siempre comienza dentro de las dos horas siguientes a la exposición al sol?
- ¿Mis síntomas aparecen por primera vez a principios del verano y luego se vuelven gradualmente menos severos (o desaparecen) en los siguientes días o semanas?
Si puede responder «sí» a todas estas preguntas… es posible que se padezca alguna de las citadas alergias solares. Es entonces cuando es necesario acudir a un o una dermatóloga para someterse a un análisis de sangre, una prueba fotográfica (en la que se expone una pequeña área de la piel a cantidades medidas de luz ultravioleta) o, incluso, una biopsia de piel.

Si se presentan síntomas de una erupción fotoalérgica, el diagnóstico requerirá revisar los medicamentos que se toman, así como las lociones, protectores solares o perfumes que se usan. Tras ello, el o la especialista podría sugerir cambios temporales a medicamentos alternativos o evitar ciertos productos en la rutina de belleza. Y de ser necesario, se podría realizar una prueba de fotoparche (en la que se expone una pequeña área de la piel a una combinación de luz ultravioleta y una pequeña cantidad de una sustancia química de origen farmacológico o cosmético).
Cómo prevenir las alergias solares
Suena muy evidente, pero para ayudar a prevenir los síntomas de la alergia solar debes proteger tu piel de la exposición a la luz solar. Pero hay que tomárselo realmente en serio y es necesario hacerlo de un modo continuado, no cuando te acuerdes, estés de vacaciones o se produzcan fuertes olas de calor. Toma nota de estas sencillas sugerencias que no viene nada mal recordar.. aunque sean muy obvias:
- Antes de salir al aire libre aplícate un protector solar que tenga un factor de protección solar (FPS) de, al menos, 30 o superior, con un amplio espectro de protección contra los rayos ultravioleta A y ultravioleta B.
- Usa protector solar en los labios y elige para ello un producto formulado específicamente para ellos, con un FPS de 30 o superior.
- Controla el tiempo al aire libre cuando el sol está en su punto máximo durante el verano, desde aproximadamente las 12.00 hasta las 17.00 horas.
- Usa gafas de sol con protección contra la luz ultravioleta.

- Usa pantalones largos y camisas o caftanes de manga larga (de tejidos frescos y naturales como el lino o la seda) cuando la exposición frente al sol vaya a ser muy continuada. Completa el outfit con sombreros de ala ancha.
- Ten cuidado con los productos para el cuidado de la piel y los medicamentos. Especialmente ciertos antibióticos pueden desencadenar una erupción fotoalérgica. Si se ingiere un medicamento recetado y se suele pasar mucho tiempo al aire libre, es aconsejable una consulta médica previa sobre si se deben tomar precauciones especiales para evitar o reducir la exposición al sol mientras dure el tratamiento.