Teresa del Moral es farmacéutica y después de una experiencia de más de treinta años dedicada a la fabricación de productos cosméticos, en la actualidad ocupa la dirección técnica de Amifar, que crea bajo la marca Sisbela y vende en exclusiva Mercadona. Del Moral sabe muy bien cómo funciona un laboratorio donde se idean, formulan y fabrican las cremas y sérums que posteriormente aparecerán en los lineales de los supermercados, en perfumerías o farmacias.
–¿Cómo se inicia el desarrollo de un producto cosmético?
-En el proceso de desarrollo de un producto cosmético, el formulador recibe el encargo del departamento de ventas, de marketing o del cliente. Para empezar a formular tiene que documentarse sobre cuáles son los ‘claims’ que hay que atribuirle al producto, para qué tipo de piel van a ir destinados, en qué tipo de envase se van a vender, a qué precio van a salir al mercado y, en definitiva, toda la información que se pueda recabar.
–¿Cómo se eligen los ingredientes de un producto cosmético?
-Cuando el formulador dispone de toda la información, decide en primer lugar los excipientes que van a proporcionar la textura deseada (emulsión, gel, disolución…) que sean compatibles entre sí, con el envase y con los requerimientos del cliente. Hay que tener en cuenta que los clientes pueden establecer requerimientos específicos en sus fórmulas como que los productos sean certificados Cosmos, veganos, sin microplásticos, etc.
¿Por qué se eligen unos principios activos y no otros si tienen el mismo beneficio?
Al mismo tiempo que el formulador elige los ingredientes para conseguir la textura deseada, tiene que seleccionar los activos que van a defender la acción atribuida. Para ello, no sólo tiene que basarse en los estudios de eficacia que le hayan efectuado a la materia activa, sino que también tiene que seleccionar los que sean compatibles con el producto desarrollado (ph, solubilidad, dosis de uso, etc).
–¿Qué controles se les hacen a los productos cosméticos?
-Una vez desarrollada una fórmula debemos hacer numerosas pruebas antes de lanzarla al mercado. En primer lugar, hay que verificar que el producto es seguro para el consumidor, hay que realizar pruebas de estabilidad en el tiempo, compatibilidad con el envase, controles de calidad físicos, químicos y microbiológicos e incluso pruebas de eficacia de acuerdo con los claims que se le atribuyen.
–¿Son verdad todas las acciones que se ponen en el etiquetado?
-Otro apartado es el etiquetado. Cuando se desarrollan los textos, no se pueden poner reclamos que no sean propios de un producto cosmético como, por ejemplo, la palabra antiinflamatorio. Ni acciones que no puedan ser demostradas. Esto evita los engaños a los consumidores a los que tanto se prestan los productos cosméticos.
–¿Son seguros los productos cosméticos?
-Todo responsable de la puesta en el mercado de un producto cosmético debe de realizar un estudio toxicológico llamado “Expediente de seguridad” antes de lanzarlo a la venta para garantizar que el producto es seguro para un uso normal y razonablemente previsible. Otra cuestión es que el consumidor no lo utilice como es debido o recomendado en el etiquetado.
Ingredientes y texturas
-¿Qué tipo de textura se busca y por qué?
-La elección de las texturas depende de la zona de la piel donde se va a aplicar el producto, del tipo de envase donde se va a envasar y del uso que se le va a dar al producto. Si es una crema para pieles jóvenes, se suelen elegir texturas ligeras o geles; si es una crema para pieles adultas, la textura será más espesa y rica en aceites, aunque esto no quiere decir que dejen la piel con sensación grasa. Las cremas de día se formulan más ligeras que las de noche y normalmente llevan filtros solares que protejan de las radiaciones solares. Los serums suelen tener textura ligera porque ya de por si llevan una alta concentración de activos y se aplican antes que el resto de tratamientos habituales.
–¿Qué materias primas se deben incluir en una fórmula?
-Una vez definida la textura, los excipientes dependerán de la forma galénica elegida y también del envase elegido. Si, por ejemplo, vamos a formular una emulsión, no serán los mismos si dicha emulsión va en un tubo, en un airless o en un tarro, ya que tendrá que ser más o menos espesa. Otra cuestión son los requerimientos del cliente porque puede vetar algunos ingredientes o indicarnos el uso preferente de otros.
–¿Cuáles son los rituales de belleza recomendados?
-En primer lugar, hay que hacer una buena limpieza. Empezaremos por los ojos utilizando el producto que más nos agrade para ello, agua micelar, desmaquillante bifásico, bálsamo, etc., pero siempre cuidando que el producto sea apto para los ojos. Seguiremos con el resto del rostro, cuello y escote. Podemos aplicar después un tónico. El siguiente paso es el tratamiento en sí. Comenzaremos con la aplicación de un sérum específico, seguido de una crema hidratante con factor de protección solar durante el día y de una crema nutritiva y/o antiarrugas por la noche. Puntualmente se puede aplicar una limpieza más profunda o tratamiento de choque con ampollas específicas.
–¿Qué tratamiento es recomendable para las pieles grasas?
-Las pieles grasas no tienen más problema que el exceso de secreción sebácea, por lo que la piel aparecerá con brillos y poros dilatados. Es recomendable una limpieza profunda y posterior tratamiento con productos tipo gel que no contengan aceites. Los activos recomendados para las pieles grasas son equilibrantes de la secreción sebácea, hidratantes, matificantes, purificantes y astringentes. Otro problema es la piel grasa con tendencia acneica. En este caso, al ser un problema estético, se recomienda el consejo de un médico.
–¿Y en el caso de pieles maduras?
-Las pieles maduras, como consecuencia del envejecimiento, tienen múltiples frentes a los que acudir: arrugas, manchas, pérdida de firmeza y elasticidad, sequedad, etc. Hay productos en el mercado que aúnan varias funciones, pero lo normal es que haya que utilizar distintos productos para paliar los signos de la edad. Por el día es recomendable el uso de tratamientos enfocados a la hidratación, protección y firmeza; y por la noche, tratamientos enfocados a combatir las manchas y las arrugas que es cuando la piel está más receptiva.
