¿Y si te dijéramos que puedes reducir líneas de expresión, mejorar la firmeza del rostro y marcar pómulos sin una sola inyección? No es magia, es kinesiotape facial. Esta técnica, que en sus orígenes se usaba en fisioterapia para tratar lesiones musculares, ha encontrado en la belleza una nueva y sorprendente aplicación: rejuvenecer la piel. Y lo hace con cintas elásticas que se colocan estratégicamente sobre el rostro.
Hemos hablado con Lana Antiage, entrenadora certificada en fitness facial y experta en antiedad, para entender por qué este método está revolucionando las rutinas beauty, cómo se usa correctamente y qué riesgos hay que evitar. Y ya te adelantamos que no sirve con pegar la cinta al tuntún.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida por Lana Stars | LIFTING FACIAL sin inyecciones! (@lana.antiage)
¿Qué es el kinesiotape facial?
«El kinesiotape facial es una cinta de algodón elástica que al aplicarse a la piel da beneficios estéticos», explica Lana Antiage. «Fue inventado por un médico y, en principio, se usaba para tratar las lesiones musculares en el cuerpo. Pero luego se adaptaron estos mecanismos para el rejuvenecimiento de la piel facial, ya que ese último está basado en devolver el tono muscular sano a los músculos faciales», añade.
Es decir, lo que empezó como una herramienta para recuperar músculos tras una lesión ha terminado como uno de los trucos más virales de TikTok para elevar las cejas o redefinir la mandíbula. ¿La clave? Su acción sobre la musculatura y el drenaje linfático.
Los beneficios que promete (y por los que todas las gurús de belleza hablan de ello)
Lana Antiage no escatima en beneficios. «Disminuir hasta eliminar por completo las líneas de expresión sin bótox. Definir el óvalo facial. Conseguir el efecto lifting. Alisar los surcos nasogenianos, marcar los pómulos, mejorar papada, el cuello, volumen y color de los labios. Mejorar las bolsas debajo de los ojos. Todo esto sin acudir a tratamientos ni inyecciones ni aparatos ni cirugía. En casa, tardando unos minutos en aplicar las cintas», enumera la experta.
Sí, has leído bien. El kinesiotape actúa como un «entrenamiento» pasivo para la musculatura facial. Su capacidad para estimular la circulación sanguínea y linfática ayuda a eliminar toxinas, oxigenar los tejidos y devolverle a la piel un aspecto más tonificado y luminoso.
Ver esta publicación en InstagramUna publicación compartida de Lana Stars | LIFTING FACIAL sin inyecciones! (@lana.antiage)
¿Es apto para todos los tipos de piel?
La respuesta corta es sí, pero con matices. «Se puede usar en cualquier tipo de piel», afirma Lana. «Para las pieles sensibles hay cintas faciales muy delicadas con un pegamento muy suave que no irrita. Pero hay que evitar usarlas con brote de acné, heridas, brote de psoriasis y otros daños en la piel», añade.
Y si tienes condiciones como rosácea o cuperosis, la experta en antiedad recomienda que, «en caso de cualquier condición médica, se necesita autorización de su dermatólogo antes de usar las cintas».
Lo que nadie te cuenta del kinesiotape facial (y deberías saber antes de probarlo)
Parece sencillo, pero no lo es tanto. «Las cintas afectan los músculos faciales, vasos sanguíneos, linfáticos, venas y arterias. Es muy importante aplicarlas de manera correcta. No se puede solo comprar la cinta y pegarla en el sitio donde hay arrugas», advierte la experta.
La colocación incorrecta puede, de hecho, empeorar la situación. «Muchas aconsejan estirar las cintas para conseguir el efecto lifting, pero no se puede hacer esto. Las cintas no funcionan así: en la cara se aplican sin estiramiento y solo siguiendo la dirección de las fibras musculares. Se puede empeorar la situación en la cara aplicándolas mal», desvela Lara Antiage.
Por eso, la recomendación de la experta es que «hay que aprender las técnicas correctas. Guiarse por los videos de YouTube con mucho cuidado, hay que elegir muy bien la profesora que enseña estas técnicas. O hay que saber muy bien la anatomía facial y direcciones musculares o aprender las técnicas de un profesional bueno».
Cómo empezar con el kinesiotape facial en casa
Lo ideal es realizar un taller o consultar con un profesional antes de lanzarte a aplicarlas tú sola. Pero si decides comenzar en casa, empieza por pequeñas zonas y usa cintas diseñadas para uso facial. Evita estirar la cinta, colócala sobre la piel limpia y seca, y retírala suavemente. Puedes comenzar con sesiones de 30 minutos, aumentando progresivamente el tiempo según la tolerancia de tu piel.
Combinar esta técnica con una buena rutina facial – incluyendo limpieza, hidratación y protección solar – puede ayudarte a ver resultados más visibles en menos tiempo. Pero, como muchas tendencias beauty que se hacen virales, el kinesiotape facial tiene su parte de hype, pero también una base sólida si se aplica correctamente. No sustituye al cuidado constante ni a los tratamientos médicos, pero puede ser un gran complemento para quienes buscan una opción no invasiva, asequible y en casa para mejorar la firmeza del rostro.
Eso sí, no lo subestimes. Porque como bien dice Lana Antiage, «hay que entender que trabajar con el rostro requiere conocimiento. No es un juego. Si se hace bien, puede ofrecer resultados espectaculares sin pasar por quirófano».