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Cómo usar acondicionador y mascarilla: los errores más comunes

En el post de hoy te descubrimos las claves sobre cómo usar acondicionador y mascarilla. Dos de los productos capilares que no podemos omitir en nuestro ritual capilar, son la mascarilla y el acondicionador. Si tienes el pelo largo, teñido o fosco, es aún más importante utilizarlos.

Pero no siempre lo hacemos de la forma correcta, y, todavía peor, no les sacamos todo el partido que podríamos, desaprovechando parte de sus beneficios. 

Entonces, ¿qué errores cometemos con la mascarilla y el acondicionador? Estos son los más comunes:

1. Los confundimos y no sabemos para qué sirve cada uno de ellos

Mascarilla y acondicionador no son lo mismo. Mucha gente cree que la diferencia entre ambos es la textura (una más líquida y la otra más densa), pero no es así. La mascarilla es un tratamiento nutritivo que se aplica para ir más allá de lograr una simple suavidad o facilidad a la hora de desenredar el cabello. Por eso se aconseja usarla una o dos veces por semana. Suelen ser más caras, y siempre tienen un añadido en forma de tratamiento, que va un paso más lejos de la suavidad. Podríamos compararla con el sérum facial y dejar al acondicionador el hueco de la crema hidratante.

El acondicionador es un suavizante; de hecho, antes se llamaba así. Su función básica es hacer que el pelo quede lo suficientemente sedoso para que se desenrede bien y no quede áspero. ¿Consejo de experta? Invierte más en una buena mascarilla que en un acondicionador.

2. Cómo usar acondicionador y mascarilla: los tiempos

Con el acondicionador no hace falta, ya que su aclarado es prácticamente inmediato. No necesita demasiado tiempo para actuar y desenredar. La mascarilla, sí; precisamente, por lo que hablamos en el punto 1. Tiene tratamiento, y sus principios activos e ingredientes necesitan entre 5 y 10 minutos (a veces, más) para hacer todo lo que promete. Paciencia, esa es la clave.

3. Malgastamos producto

La recomendación de cantidad para el uso es importante por dos motivos: no malgastamos dinero y no saturamos el pelo innecesariamente. No nutrimos ni suavizamos más por aplicar litros de producto: ambos se aclaran. Además, no tiene sentido usar más cantidad de la recomendada cuando se va a ir por el desagüe.

4. No aprovechamos todas sus aplicaciones

Algo que no sabe mucha gente es que la mascarilla, sobre todo, puede servir como tratamiento antes del lavado. En seco, aplicamos el producto de medios a puntas y dejamos que actúe durante varias horas. También podemos recoger el pelo en un moño alto, para que no moleste, y dormir con él toda la noche impregnado de mascarilla. Por la mañana sólo tendrás que lavarte el pelo con normalidad y aclararlo. Un buen sérum capilar podría ser ese toque final que conserve la suavidad y mantenga el encrespamiento a raya.

¿Conocías estos errores? Seguro que ahora serás más consciente de los productos que compras y te durarán mucho más tiempo. Aprovecharás todos sus beneficios y, en definitiva, tendrás un pelazo de infarto conociendo los secretos sobre cómo usar el acondicionador y la mascarilla.

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