Resulta fascinante comprobar cómo una artista que estuvo retirada desde 1973 y dedicada a la defensa del mundo animal desde entonces puede crear tanto ruido mediático a día de hoy. Brigitte Bardot ha fallecido a los 91 años en su residencia de Saint-Tropez y el suceso ha devuelto su nombre a los titulares de los medios de comunicación de todo el mundo (y ha hecho arder las redes sociales).
La principal razón es que B.B. sigue siendo considerada el mayor sex symbol del siglo XX que el séptimo arte nos ha legado. Con permiso de Marilyn Monroe, claro. Y después hay que tener en cuenta cómo traspasó el perímetro del cine para publicar cuatro álbums poco destacables, a excepción del icónico Bonnie and Clyde junto a Serge Gainsbourg. Todo ello contribuyó a que el mito se convirtiera en una marca cuyos derechos son gestionados por una empresa que, actualmente, dona todos los beneficios a la Fondation Brigitte Bardot en defensa de los animales.
Brigitte Bardot fue una artista que se convirtió en icono nada más comenzar su trayectoria. Algo inusual que conllevó un gran impacto sociológico. Por eso se convirtió en un símbolo de la transición francesa (y europea) entre los años de la posguerra y la vanguardia de los 60s. Tras ello, su fama a nivel mundial superó todas las previsiones. Y su personal belleza y estilo impregnaron los 70s y 80s mientras su azarosa vida sentimental ocupaba páginas y páginas de papel couché. Por desgracia y debido a sus polémicas opiniones desde los años 90, su figura no perduró como un buen ejemplo de respeto y cordialidad. Todo lo contrario. Pero mejor… corramos un tupido velo al respecto.
Su característico cabello rubio decolorado, sus ojos con un grueso delineado y sus dientes separados por la sensual diastema que mostraba sin tapujos fueron su seña de identidad beauty. La cautivadora confianza de Bardot siempre resultó innegable. Ella fue y por siempre será la personificación de la feminidad audaz, incluso feroz. Con el pelo recogido en plan beehive o con su flequillo despeinado y su melena suelta. La capacidad de la actriz y cantante para crear tendencia era instantánea. A continuación, VIBE repasa algunos de sus mejores beauty looks desde su aparición en 1952. Incluyendo su clímax cinematográfico con el film Y Dios creó a la mujer, sus etapas sixties & seventies y su posterior vida dedicada al activismo.
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