El término antienvejecimiento o anti-aging no ha dejado de generar polémica en los últimos años. Hasta el punto de ser sustituido por otra opción que parece más sensata: well-aging. Sin embargo, el ámbito de la belleza continúa insistiendo en su ambiciosa lucha contra el inevitable paso del tiempo enfrentándose a otro concepto cuyo origen, además, es ancestral: la longevidad.
Así pues, ¿se ha vuelto obsoleto el «antienvejecimiento» tal como lo conocemos? Probablemente. La búsqueda de una piel joven es atemporal, pero las beauty lovers actuales también centran su atención en el cuidado para conseguir una piel longeva. Porque… ya no se trata solo de corregir los signos visibles del envejecimiento, sino de promover proactivamente la salud cutánea a largo plazo.
Longevidad + belleza = senescencia celular
Este enfoque en la longevidad de la piel se centra en comprender y abordar las causas profundas del envejecimiento biológico para mantener una vitalidad juvenil. Esto ha impulsado la demanda de productos y soluciones para el cuidado de la piel eficaces, con un respaldo científico adecuado. En el centro de este enfoque se encuentra el concepto de senescencia celular, un objetivo clave en la búsqueda de la longevidad en la belleza.

El cuidado de la piel para la longevidad va más allá de la simple reducción de líneas de expresión y arrugas. Según Marcela Valoroso, Chief Communications Manager de la firma Beauté Mediterranea, «no se trata solo de verse joven, sino de preservar la funcionalidad y resiliencia de la piel a largo plazo. Para envejecer de forma saludable». Y para ello se implementa una estrategia integral destinada a preservar la integridad estructural de la piel a nivel molecular, sus funciones fisiológicas y su apariencia juvenil a lo largo de toda la vida.
Los procesos biológicos son la clave
Así pues, según la ciencia de la longevidad, un campo en desarrollo desde hace bastantes años, existe la posibilidad de crear intervenciones específicas diseñadas para ralentizar, detener o potencialmente revertir la trayectoria del envejecimiento. Y esto implica apoyar la capacidad natural de la piel para repararse, regenerarse y protegerse contra agresores internos y externos.

Pero atención, Marcela Valoroso advierte lo siguiente: «la longevidad cosmética no depende de la edad. Se centra en mantener la salud celular y la funcionalidad cutánea en todas las etapas. Actuando sobre procesos biológicos clave. En concreto, cuatro: la limpieza celular (autofagia), la reparación del ADN, la regulación de células envejecidas (senescencia) y la protección frente al daño oxidativo. Todo ello para prolongar la resiliencia de la piel a lo largo del tiempo, conservar el equilibrio interno de los tejidos y retrasar el deterioro cutáneo».
Ciencia y naturaleza, un tándem imbatible
Lo cierto es que el cuidado de la piel para la longevidad es muy dinámico y ha evolucionado en los últimos años. A medida que se profundiza en la comprensión de los citados procesos biológicos que impulsan el envejecimiento cutáneo. Al reconocer el papel fundamental de factores como la senescencia celular, se han puesto en marcha el desarrollo de estrategias específicas por parte de innovadoras empresas como Seppic o DSM-Firmenich que realmente favorecen y reivindican la salud de la piel. Y este cambio de enfoque no se puede hacer realidad sin experimentar con nuevos componentes que la naturaleza provee.

Por ejemplo, ingredientes de origen marino como el el alga roja Asparagopsis Armata están demostrando un potencial notable para abordar los efectos visibles de la senescencia. ¿Cómo? Contribuyendo a conseguir una piel más sana y radiante. Y otras algas como la parda Alaria Esculenta son capaces de actuar sobre los desencadenantes previos a la senescencia celular. Es evidente que, de cara al futuro, este enfoque de la salud cutánea está llamado a extender su influencia más allá del cuidado facial tradicional, transformando también mercados como el del cuidado capilar.
Para dar la bienvenida a la era de la longevidad en la belleza y como anticipo de lo que está por llegar, toma nota de algunos productos que ya han centrado el citado enfoque en ella. ¿Se pueden considerar pioneros en la materia? Sin duda alguna. Descúbrelos y, a través de ellos, entra en una nueva dimensión del cuidado de la piel y del cabello. ¿Te atreves?

La crema Absolue Longevity de Lancôme utiliza PDRN, el bioestimulador a la vanguardia de la estética regenerativa en Corea del Sur, para multiplicar las mitocondrias, responsables del 90% de la energía celular. De este modo, se aumenta el metabolismo de la longevidad celular para prolongar la juventud de la piel. Su textura soft es suave y envolvente, dejándola intensamente nutrida y revitalizada. Y además, es recargable.

La crema facial Age Pro 9 de Beauté Mediterranea promueve la longevidad gracias a la fórmula patentada Synerage 9®, de origen natural y sostenible. Combate los 9 signos del envejecimiento a través de la combinación de péptidos, retinol marino (alga Chlorella Vulgaris) y niacinamida B3. Una combinación que trabaja en sinergia para proporcionar beneficios duraderos para una piel más firme, hidratada y juvenil.

La crema Neovadiol Longevity Revolumizing de Vichy Laboratoires funciona gracias a la tecnología Longevisia, una combinación potente y pendiente Proxylane redensificante, NAD + Booster energizante celular y Senevisium. ¿Su objetivo? Elimina las células zombis, restablecer 6 características clave en la raíz del envejecimiento de la piel madura y restaurar el poder propio de las células para recrear tejido cutáneo juvenil.

La loción capilar de la gama Vitality de Beauté Mediterranea actúa sobre la longevidad capilar mediante un enfoque biotecnológico integral centrado en el cuero cabelludo y la fibra capilar. Es el último paso de una rutina a base de ingredientes regeneradores como los exosomas de cúrcuma y los péptidos. Este tratamiento avanzado consigue fortalecer, regenerar y rejuvenecer el cabello desde la raíz hasta las puntas.

El nutracéutico Next de Olistic concentra potentes ingredientes naturales que se potencian entre sí, con la misión de mejorar la longevidad capilar desde el interior. En su lista de componentes destaca el antioxidante ubiquinol Q10, el cobre (participa en la producción de melanina), la salvia officinalis (contribuye a aliviar los síntomas causados por la menopausia) o la vitamina K2 (se focaliza en fijar el calcio en los huesos).


