La relación con el perfume de la generación de nuestros abuelos no era igual que la de nuestros padres pero internet ha cambiado las reglas del juego y las nuevas generaciones abordan el universo de las fragancias de una forma muy distinta. ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿La generación Z se ha rebelado ante los gustos de las generaciones predecesoras? En VIBE queremos saber qué es lo que ha pasado con el consumo de perfumes en las nuevas generaciones y, para ello, hemos entrevistado a uno de los perfumistas más aplaudidos y respetados de nuestro país, Ramón Monegal, que acaba de lanzar al mercado su nueva fragancia: MATADOR.
Un nuevo acercamiento a la perfumería
Parece que los jóvenes de la generación Z y los millenials están viviendo de una manera muy diferente a generaciones anteriores. Le preguntamos a Ramón Monegal cómo describiría el cambio en la sensibilidad olfativa entre las generaciones más jóvenes y las anteriores «¡Algo ha pasado! Se interesan muchísimo más por el olor y no se interesan por la publicidad clásica. Están dispuesto a crearse un fondo de ‘tocador’ (termino mal empleado) amplio y bien seleccionado, se pueden pasar mucho tiempo para conseguirlo. Experimentan, se informan y comunican a través de las redes, están más tiempo descubriendo, oliendo y evaluando, total: han aprendido y saben más que generaciones anteriores», nos explica.
Dentro de es nuevo acercamiento al mundo de los perfumes. ¿Qué notas o familias olfativas están conquistando a la generación Z y los millennials que antes eran menos populares? «Actores que eran muy secundarios en otras tiempos, como un sinfín de notas afrutadas, pera, piña, mango, maracuyá, fruta de la pasión…o notas dulces como cacao, chocolate, azúcar quemado, caramelo o de frutos secos como el pistacho. Ahora se han convertido en los verdaderos protagonistas y serán los que van a definir época y generaciones», asegura Monegal.
El perfume como identidad
Para Ramón Monegal, las nuevas generaciones no se conforman con usar fragancias como un accesorio más: las convierten en parte de su identidad. Los millennials y la Gen Z buscan diferenciarse, jugar con la experimentación y, al mismo tiempo, expresar una estética propia que comunica quiénes son y cómo quieren ser percibidos.
¿Qué tipo de relación tienen los millennials y la generación Z con el perfume? ¿Es más identitaria, más estética, más experimental? «Es fundamentalmente identitaria, es diferencial para lo que se valen de la experimentación, y por supuesto estética y comunicativa que indican un madurez sexual temprana», asegura el perfumista.

El perfume deja de ser algo heredado o tradicional y se transforma en un lenguaje personal, un statement que habla de madurez, de libertad y de autoexpresión. En este sentido, las fragancias se convierten en un código cultural: un modo de decir «esto soy yo» sin necesidad de palabras.
La experiencia de compra actual
Está claro que la forma de adquirir un perfume ha variado con los años y las nuevas generaciones se rigen por otros parámetros.
¿Cómo ha cambiado la forma en que se compra un perfume? ¿Qué papel juegan las redes sociales, los influencers o las experiencias digitales? «¡Ha cambiado y mucho! Se llega a comprar sin haber olido el perfume! Antes era totalmente impensable… Los nuevos prescriptores, los más decisivos son influencers o Tik Tok».
Ramón nos comenta que hay muchísima oferta de marcas y perfumes nuevos y desconocidos, la distribución clásica no es capaz de asumirlos, las redes son el nuevo canal para descubrirlos y para obtener información a la que antes tampoco se tenían acceso. «Las nuevas generaciones están totalmente intercomunicadas, la información se mueve a una velocidad increíble, los influencers se multiplican, las experiencias digitales también, y al final la forma de llegar al perfume se ha convertido en un proceso donde la prescripción tecnológica esta siendo muy determinante».
El ADN de Ramón Monegal
Es cierto que los gustos varían, las formas de compra y la oferta han cambiado. ¿Cómo se adapta un perfumista como Ramón Monegal a los códigos estéticos de las nuevas generaciones sin perder su sello personal? «Estoy atento a todas las evoluciones y no solo en perfumería. Soy muy curioso y me fascinan los cambios, me aburren la uniformidad, las tendencias impuestas y la inmovilidad. Las nuevas generaciones nos tienen que cuestionar, es la única manera de evolucionar. Los códigos estéticos, generalmente impuestos, me importan muy poco, el olor informa a través del lenguaje de sus ingredientes, el mensaje es lo que importa».
«Tengo mi paleta de ingredientes, ¡mi lenguaje del olor!… incorporo los nuevos, los que definen una nueva generación, los nuevos protagonistas que en generaciones anteriores eran secundarios o simples figurantes. El criterio de evaluación de la narración olfativa cambia pero los valores de la composición no. La estética y el mensaje pueden cambiar, pero mientras mi paleta de ingredientes se enriquezca, lo hace también mi lenguaje olfativo y el resultado es más experiencia sin perder mi ADN», afirma el perfumista.

Ramón Monegal acaba de lanzar al mercado su último perfume, MATADOR, una fragancia con mucha actitud, seductora y atrevida, con notas de comino, palo de rosa e incienso en la salida, un corazón de jazmín, magnolia y rosa y un fondo de almizcle, sándalo y coco. Un lujo para los sentidos que no tiene género pero sí instinto. Un perfume creado para deslumbrar con un giro olfativo inesperado, que refleja la fuerza y frescura de la nueva generación mientras reafirma el espíritu innovador de Ramón Monegal.


