El ámbito de la perfumería cada vez está más conectado con el del bienestar y, por ende, con la madre naturaleza. Por este motivo, en pleno verano, las fragancias solares destacan y triunfan. Incluso cuando algunas de ellas ya se han convertido en clásicos que perduran en el tiempo y se reinventan. ¿Su principal virtud? Poseen composiciones que capturan la luz, el calor y la sensualidad de los días estivales. Y la propuesta realmente apetece, ¿o no?
Según la Academia del Perfume, existe la categoría de fragancias solares como tal y no es una invención del marketing más ecofriendly… ni tienen la necesidad de incluir filtros SPF. Su presencia se ha convertido en una tendencia transversal en el panorama actual de la perfumería. Gracias a los aromas que capturan el esplendor del sol, la suavidad de la brisa marina, la luz dorada en la piel… y lo traducen en fórmulas que invitan a aplicar el perfume justo después de la ducha, con la piel aún tibia por el «astro rey».
¿Cómo huele un perfume de estilo solar?
Las fragancias solares no solo buscan imitar la sensación del sol sobre la piel, también intentan (y lo consiguen) evocar recuerdos asociados con la playa, el mar y la arena caliente. Atención a qué notas y acordes con sus respectivos ingredientes suelen formar parte de sus composiciones habitualmente:
- Notas florales: como el jazmín, la flor de azahar y el ylang-ylang. Estas flores suelen tener un carácter exótico, aportando un toque cálido y cremoso que simula la suavidad de la piel bajo el sol.
- Notas cítricas y frescas: como la bergamota, el limón y la mandarina, que aportan frescura y ligereza a la fragancia, recordando la brisa marina.
- Notas amaderadas: como el sándalo y el cedro, que añaden un toque terroso y cálido, similar a la sensación de la arena caliente bajo los pies.
- Acordes de coco y monoï: el monoï es un aceite tradicional tahitiano hecho a base de flores de tiaré maceradas en aceite de coco, lo que aporta un toque cremoso y envolvente.
- Acordes de almizcle y ámbar: ambos son ingredientes idóneos para simular la calidez del sol y la sensualidad de la piel bronceada.
Fragancias solares: un aftersun emocional
Así pues… ¿es posible hacer realidad la versión olfativa de una tarde bajo los cítricos, cuando la luz se vuelve líquida y se empieza a pensar si se puede vivir en una novela de época sin wifi? Lo es. Sin embargo, más allá de todo un trasfondo poético tan inspirador y sugerente, las fragancias solares tienen algo de ritual: son la forma de seguir disfrutando del verano incluso cuando ya no se tienen vacaciones. Por eso encajan tan bien en una rutina wellbeing para elevar el nivel de bienestar personal.
Al aplicarlas después de un día al aire libre (o no), prolongan la sensación de calma, piel cuidada y momentos felices. Como auténticas cartas de amor al verano tienen un efecto inmediato que, sin duda, funciona. Y, por qué no, su calidez innata se puede seguir reivindicando durante el otoño. A continuación, te proponemos descubrir el fascinante universo solar de las fragancias con una advertencia previa: si te animas a probarlas te atraparán en su órbita y después… quizás no desearás otro tipo de perfumes en tu día a día. ¿Te atreves a comprobarlo?
El eau de parfum L´Or de Louis de Arquiste se inspira en la Grand Orangerie del Palacio de Versalles y es un luminoso homenaje al esplendor barroco del jardín francés. Su aroma se abre con un acorde radiante de azahar absoluto, granada y bergamota, envueltos por jazmín. El corazón se torna opulento con miel, iris florentino y almizcle blanco, asentándose finalmente en una base de cedro, madera de cade y humo de leña.
El eau de toilette Bronze Goddess de Estée Lauder es una fragancia solar con un corazón cremoso de ámbar dorado que evoca los aromas del verano y crea un cautivador rastro de sol. La suavidad de la leche de coco, el sándalo y la vainilla potencian su carácter sedoso. La exótica combinación de vetiver y mirra refuerza su lado más sensual. Y los capullos de azahar añaden un toque de luminosidad, mientras que la lavanda aporta frescura.
El eau de parfum Soleil Blanc de Tom Ford es una sensual fragancia floral ambarina que evoca islas privadas remotas donde el verano dura todo el año y un día se funde a la perfección con el siguiente. Contiene acordes de pistacho y coco de mar. También seductor aceite de cardamomo, refrescante ylang ylang de las islas Comoras y extracto de benjuí. ¿El resultado? Un perfume que irradia sin complejos la búsqueda incesante del sol y del lujo.
El eau de parfum Aqua Vitae Forte de Maison Francis Kurkdjian es una fragancia unisex luminosa y cálida con notas amaderadas y especiadas. Sus notas de salida son limón (lima ácida), cardamomo guatemalteco, mandarina siciliana, canela de Ceylan, bergamota y pimienta rosa. Las notas de corazón son ylang-ylang de Madagascar y flor del naranjo tunesino. Y las Notas de Fondo son sándalo y vetiver de Haití.
El extracto de perfume Lemon Pie de Toni Cabal es una fragancia de autor basada en la tensión aromática que se da cuando la frescura se encuentra con lo dulce, cuando lo efímero se convierte en recuerdo. Su salida efervescente contiene limón español y mandarina verde. El corazón aporta un toque etéreo gracias a la flor de naranjo y al nenúfar. Y el fondo se sumerge en notas azucaradas y almizcle floral que aportan cremosidad.
El eau de toilette Terracotta Le Parfum de Guerlain se lanzó en 2014. Tras su creación está la icónica nariz de Thierry Wasser. Sus notas de salida son flor de tiaré, coco y bergamota. Las notas de corazón son jazmín, ylang-ylang y flor de azahar del naranjo. Y las notas de fondo son vainilla y almizcle. El resultado final es un clásico de las fragancias solares que evoca a la perfección los atardeceres de un largo y cálido verano.
