Las ampollas faciales se han convertido en el imprescindible de cualquier prescriptora de belleza. Su uso viene dado, especialmente, por dos motivos: el estético, para quienes quieren aportar un extra de nutrientes a su piel, y el reparador, que sana el cutis dañado por factores externos gracias a su alta concentración de activos.
Las necesidades de la piel varían a medida que pasa el tiempo. La edad, los cambios hormonales y los factores medioambientales, como la exposición al sol, someten a la piel a efectos negativos, que deben paliarse con tratamientos específicos o con formulaciones concretas si queremos lucir una piel sana. En este sentido, las ampollas actúan regenerando la matriz extracelular de la piel; aumentando la capacidad de producir colágeno, ácido hialurónico y elastina propios, y reparando el tejido dañado. Pero este no es el único motivo por el que deberíamos incluir ampollas en nuestra rutina de belleza.
La alta concentración de activos en las ampollas faciales
Las ampollas faciales contienen un porcentaje mayor de activos que los sérums. Parece una tontería, pero el hecho de que se comercialicen en formato monodosis de cristal hace que todas sus propiedades queden concentradas en una única aplicación, sin perder valor con el uso; que se evite la adición de conservantes y así se conserve la naturalidad total del producto, y que este permanezca protegido de la incidencia de la luz y el oxígeno, responsables de la oxidación.
Tienen un efecto inmediato
El poder de penetración de las ampollas es mucho mayor que el de otros productos. Como veníamos comentando, el hecho de que las ampollas faciales estén diseñadas para una sola aplicación hace que los activos se concentren y sus propiedades no se pierdan con el paso del tiempo. Su resultado, por lo tanto, es el de una eficacia inmediata.
Existe una ampolla para cada necesidad
Hay una ampolla facial por cada activo. Algunas están diseñadas para aportar beneficios únicos y otras unen varias propiedades, potenciando entre sí sus beneficios.
Algunos de los numerosos activos que podemos encontrar en este tipo de producto son: el ácido hialurónico, que actúa hidratando la piel; el silicio orgánico, que busca firmeza; los prebióticos, que equilibran y dan un aspecto saludable al cutis; las vitaminas del grupo B, que regulan el metabolismo cutáneo, y las vitaminas A y C, que contribuyen a la buena formación de las fibras colágenas del tejido.
¿Te animas a incorporar las ampollas en tu rutina de belleza? Te hacemos una recopilación de nuestras ampollas faciales favoritas:
Ampollas pre & probióticos de Deliplus: Refuerzan y equilibran el microbioma cutáneo de factores externos. Además, aportan luminosidad, hidratan y calman la piel.
Ampollas Fitoactivas-antioxidantes de @royalfernskincare: Protegen, calman, hidratan y reparan la piel de radicales libres y otros agresores medioambientales que aceleran el envejecimiento.
Metamorfosis de @delapieloficial: Unifica el tono, equilibra y calma la piel para liberar las células nuevas. Además, actúa de barrera con prebióticos y postbióticos.
Skin Complex Advanced de @martiderm: Trata el cronoenvejecimiento y la piel desvitalizada. Son perfectas para pieles deshidratadas, apagadas, con signos de flacidez y líneas de expresión.
Potenciador Vitamina C de Deliplus: Activa la renovación celular del cutis y previene el envejecimiento prematuro.
