orden de los cosméticos

Limpieza de cara: ¿en qué orden deberíamos aplicar la cosmética?

¿Realizas bien la limpieza de cara cuando vas maquillada? Nos enseñaron que el orden de los factores no altera el producto, pero esta frase es aplicable a poquísimas cosas en la vida. Desde luego y sobre una superficie física que recibe tratamientos, limpieza o protección como la piel: el orden y la cantidad que nos apliquemos, son fundamentales. 

No tiene ningún sentido que nos pongamos un sérum en aceite, por ejemplo, y luego una crema hidratante encima. Las moléculas aceitosas son mucho más grandes que las que cuya composición esté basada en agua

Para no volvernos locos haremos una lista de orden en la rutina de limpieza de cara. En base a los productos que se tienen que aclarar y llegando poco a poco a los que hay que dejar o, incluso, reponer durante el día. Partamos de la base de que vamos maquilladas. 

Paso 1: Limpiar

El primer paso para llevar a cabo la limpieza de cara pasa por hacernos con un bálsamo desmaquillante, leche desmaquillante o aceite para retirar maquillaje de ojos. La cantidad será la necesaria hasta que se retire todo, pero no es muy grande. Puedes tomar de referencia un algodón impregnado de producto.

Limpieza con un gel acuoso para retirar el resto de suciedad que no es ni maquillaje ni protección solar, sino polución, grasa y otro tipo de moléculas. 

Tónico o esencia, un algodón empapado o un par de ‘pumps’ si hablamos de un formato spray. 

Paso 2: Cuidar

Sérum o tratamiento, siempre que sea en formato ampolla o suero fluido con base de agua. Normalmente, un par de ‘pumps’. Si este es en aceite, lo dejamos para el penúltimo paso, justo antes de la protección solar y no pondremos encima crema hidratante, en todo caso al revés, para que esta pueda penetrar y el aceite quedarse en una capa superficial, donde tiene alcance, básicamente.

Para seguir con la rutina de limpieza de cara, necesitamos una crema hidratante, normalmente se aplica en cuatro puntos del rostro (frente, mejillas y cuello) y ahí, lo vamos extendiendo. Suele ser necesaria la cantidad equivalente a media avellana, pero se trata de hidratar. Si te has quedado corta, lo notas perfectamente porque la sensación es de tirantez absoluta. 

Paso 3: Proteger

Y el último paso de nuestra limpieza de cara lo protagoniza la protección solar, siempre es el último paso y en esto no hay discusión, siempre dos dedos untados de punta a base (índice y corazón). Es más, lo mejor que puedes hacer es llevar una bruma solar o polvo solar (hay muchas marcas, ISDIN, La Roche Possay y Bioderma tienen todo este tipo de productos). Con esto siempre en tu bolso, reaplicar en los días de más sol y tantas veces como sea necesario, será un acierto. 

No por ponernos más producto vamos a estar más protegidas, hidratadas o con mejor aspecto. De hecho, las pieles saturadas existen. Se llaman pieles asfícticas y se nota que están hasta arriba de exceso de producto porque les salen puntitos blancos normalmente. 

El orden de los factores en cuestiones de belleza es importantísimo. Siempre hay que ir de las texturas más líquidas/acuosas a las más densas/acuosas. Esta sería la norma general que, si se te olvida el orden de la lista en la rutina de limpieza de cara, al menos siempre puedes acordarte de esto. 

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