¿No alcanzas el buen descanso? Hay pocas cosas que nos entorpezcan tantísimo el día como haber pasado una mala noche, el problema es cuando no se queda en una anécdota aislada, sino cuando esto se traslada a un: «yo no duermo bien». En general.
Evidentemente hay muchos factores que nos interceptan para que podamos descansar plácidamente y el tiempo correcto (7-8 horas para los adultos), e iremos desgranándolos de menos a más, para poner soluciones.
No hacer ejercicio por la noche ni a última hora de la tarde
La actividad física intensa es beneficiosa pero, aunque creamos que nos cansamos (y es así, en parte) también genera un montón de hormonas que nos agitan el propio organismo, haciendo que nos sintamos más excitados porque nuestro cuerpo acaba, como quien dice, de hacer un esfuerzo y de subir revoluciones. De hecho, la mejor hora es por la mañana, antes de empezar la jornada laboral. Esto, por lo contrario, sí que será un elemento que ayudará (entre el madrugón y el ejercicio) a conseguir el tan ansiado bien descanso cuando llegue la hora de ir a dormir.
Evitar consumir teléfono y redes sociales
Las pantallas que nos impliquen cierta actividad, chatear, ver vídeos con música y movimiento, los mensajes cortos en poco tiempo, todo lo que te da pensar cuando miras redes sociales antes de irse a la cama, hace que te cueste cortar, precisamente porque están diseñadas para que pases tiempo en ellas y que tu cerebro se active.
Cenar poco
No vas a usar tanta energía mientras duermes y tener el estómago muy lleno o con comidas demasiado grasientas, que obliguen trabajar muchas horas a todo tu aparato digestivo, dificultará el sueño y no nos ayudará a conseguir un buen descanso.
Adiós, cafeína
Los expertos recomiendan no tomarla una vez hayamos comido a medio día, tampoco abusar de ella por la mañana. Pero también existe el nivel de tolerancia de cada cuerpo. Una buena infusión que ayuda bastante justo antes de irse a la cama es ‘Dormir’, de Hacendado.
¿Tienes ansiedad?
No somos partidarios de los remedios fáciles para paliarla, sino de ir a terapia, si es que es lo que no te deja dormir pese a hacer caso a los puntos anteriores. Tal y como cuenta el psicólogo y terapeuta Buenaventura del Charco (@venturapsicologo) sobre el tema:
«La opción más habitual es no hacer nada. Simplemente tapamos el síntoma con medicación o técnicas psicológicas, por lo que la ansiedad volverá una y otra vez, ya que, aquello que la ocasiona sigue existiendo, lo que hace que los «antídotos» no solo no funcionen, sino que, además, nos dé la sensación de que nuestro problema es imposible de solucionar y nuestra ansiedad es «resistente» a toda solución… Lo que nos da más ansiedad.
El problema es que lo que hacemos para controlar la ansiedad acaba generando más ansiedad. A nuestras agendas ya desbordadas y sentimiento de culpa por no llegar a ellas añadimos tener que hacer deporte, yoga o meditación, con lo que o, nos criticamos por «no hacerlo bien» y nos culpabilizamos por nuestra ansiedad (lo que genera ansiedad) o para poder sacar hueco para eso nos acabamos estresando más, de modo que el remedio se convierte en una fuente de estrés»
Lo importante es ir punto por punto y ponerle remedio según sea el problema que no te deje dormir, sin buscar soluciones mágicas, sobre todo si estas son de índole psicológica. Y con ello ir consiguiendo, poco a poco, el buen descanso para disfrutar del 100% de nuestra energía.
